El Banco de España prevé que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del cuarto trimestre de 2023 sea similar al registrado en los tres meses anteriores y que fue del 0,3%. Sin embargo, el ente espera que la economía se ralentice entre 2023 y 2024 -desde el 2,4% hasta el 1,6%- antes de volver a acelerarse levemente en el bienio 2025-2026. Entonces alcanzará tasas del 1,9% y 1,7%, respectivamente.

Así lo ha señalado su gobernador, Pablo Hernández de Cos, durante su participación en la cena oficial del Spain Inverstors Day que se ha celebrado este miércoles en el Palacio de la Bolsa de Madrid. En su intervención también ha destacado que “la evolución de la economía nacional contrasta con el estancamiento previsto de la eurozona”.

Según De Cos, a la resiliencia de la economía española han contribuido, por el lado de la oferta, el mayor peso de sectores que muestran un comportamiento positivo, como los relacionados con el turismo, y el menor impacto del aumento de los precios energéticos en la industria.

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Por el lado de la demanda, “el dinamismo del consumo ha supuesto el principal factor de apoyo a la actividad”, ha explicado. Asimismo, la economía española también se ha visto beneficiada por el crecimiento poblacional, explicado íntegramente por los flujos positivos de inmigración.

Para el Banco de España, “el principal soporte de la actividad será la demanda interna”. En particular, el ente considera que el consumo se verá favorecido por el aumento de las rentas reales, en un contexto de moderación de las tasas de inflación.

Por su parte, la demanda exterior neta se recuperaría tras su acusada contribución negativa durante la primavera y el verano de 2023, tal y como recoge la institución en sus previsiones. A pesar de ello, el ente no espera “que puedan impulsar el crecimiento del PIB con la misma intensidad con la que lo hicieron en 2022 y, en menor medida, 2023”.

“El empleo moderaría su dinamismo, en línea con la evolución de la actividad y con el supuesto de una cierta recuperación de la productividad”, ha subrayado De Cos.

El gobernador del Banco de España también ha utilizado su intervención en el foro para destacar la incertidumbre en política económica percibida por las empresas y ha advertido de que, de mantenerse, estas dinámicas podrían llegar a incidir negativamente sobre las decisiones de inversión empresarial y sobre la senda de crecimiento futuro".

De acuerdo con los resultados de la última Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial, las empresas percibieron en el último trimestre de 2023, y por segundo trimestre consecutivo, un aumento de la incertidumbre sobre la política económica.

Inflación

En su intervención, De Cos también ha subrayado la vuelta a “la tendencia de desaceleración” de la inflación en los últimos meses, hasta situarse en diciembre en el 3,3%, dos décimas por debajo del registro de octubre.

El Banco de España espera un leve repunte de los precios a comienzos de este año y que la inflación retome la senda descendente a partir de la segunda mitad del ejercicio. Con todo, la inflación se situaría en el 3,4% en el promedio de 2023, y se reduciría hasta el 3,3% en 2024. Para 2025 y 2026 la sitúan alrededor del 2%.

“El perfil de la inflación estará, en todo caso, muy condicionado por las decisiones sobre la expiración de las medidas aprobadas para reducir el impacto de la crisis energética”, ha destacado de Cos.

El gobernador del Banco de España también ha alertado de que “el nivel de incertidumbre sigue siendo elevado y los riesgos sobre estas proyecciones se mantienen a la baja en lo relativo a la actividad económica y se encuentran equilibrados con respecto a la inflación”.

Mercados de capitales

El gobernador del Banco de España ha compartido la tribuna de oradores con el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, quien ha defendido que los mercados de capitales europeos están "mucho más integrados" que los de financiación bancaria, rechazando así el debate sobre la necesidad de mayor integración de los mercados de capitales.

"A veces se debate sobre la necesidad de integrar adicionalmente los mercados de capitales europeos. Y en ocasiones se pone como contrapunto o ejemplo la llamada 'Unión bancaria'", ha explicado. Pues bien, a su juicio esta es "una comparación muy poco precisa".

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Como ejemplo, ha indicado que el porcentaje del capital de las cotizadas españolas que corresponde a accionistas no españoles es el 50,3%, mientras que el porcentaje de financiación bancaria no española de las empresas y hogares españoles "es tan solo del 17%".

Asimismo, ha resaltado que los inversores españoles compran productos financieros no españoles "casi tanto como españoles", como es el caso de los fondos de inversión: el 40% de los volúmenes invertidos por españoles está en fondos no españoles.