Voces del departamento que dirige María Jesús Montero explican que no está planeado hacer recortes en su financiación. Ni tampoco gestionar cambios de peso. Sin embargo, esto también funciona para posibles incrementos presupuestarios. Es decir, que, si los hay, no van a ser elevados ni van a ir más allá del convenio actual, que este 2024 cumple su último año de vigencia. 

Según este documento, la previsión es que las primas de las aseguradoras hayan aumentado el próximo año un 10% respecto al momento en el que se acordó el convenio, en 2022. De esta manera, de 2023 a 2024, según el convenio, la subida debería ser de sólo el 2%. Y Hacienda no tiene intención de moverse de ahí.

[CSIF reclama que se incremente la financiación del concierto de Muface]

Esto supone un jarro de agua fría para las empresas aseguradoras que trabajan con Muface. Tanto ellas como los propios beneficiarios (los funcionarios, representados por los correspondientes sindicatos) han trasladado a Hacienda que, a día de hoy, la mutualidad funciona en el borde de la viabilidad financiera. 

¿La causa? Las aseguradoras (y la sanidad privada) afrontan un importante incremento del coste de la atención sanitaria. La escasez de profesionales ha provocado que se haya incrementado de manera notable el gasto en salarios. A eso se suma el aumento de precios tanto de los productos sanitarios tras la pandemia como de la energía y otras materias primas por la crisis energética. 

Una inflación que no está compensada en los incrementos introducidos en el convenio de Muface de 2022, en el que no estaban previstas estas subidas. 

2024, además, va a ser un año especialmente importante para el futuro de la mutualidad. En los próximos meses se va a tener que negociar un nuevo convenio en el que se abordarán, de nuevo, las subidas de primas correspondientes. 

[Muface está buscando vías para poder modificar el contrato actual e intentar subir las primas]

De ellas dependerán los proveedores de servicios con los que cuente Muface. En estos momentos hay tres: SegurCaixa Adeslas, Asisa y DKV. 

Durante las últimas semanas, el futuro de la mutualidad ha estado en el centro de la actualidad política. Cabe recordar que uno de los planes de Sumar, uno de los socios de Gobierno, es poner fin a las mutualidades y que sus usuarios pasen a depender de la sanidad pública.  

Estos temores aumentaron cuando Mónica García, precisamente de Sumar, fue designada ministra de Sanidad. Temores infundados teniendo en cuenta que Muface depende del Ministerio de Hacienda y Función Pública.

Con todo, la también líder de Más Madrid acalló rumores aclarando que no pensaba hacer, o proponer, cambios en Muface. 

[El gasto por persona de Muface es un 39% más bajo que el de la sanidad pública]

Cabe recordar que Muface y el resto de las mutualidades, Mugeju e Isfas, dan cobertura a 1,73 millones de personas y su gasto per cápita es de 1.020 euros, frente a los 1.674 euros de la sanidad pública.

Son estimaciones correspondientes a 2022 recogidas en el informe La aportación del sector sanitario privado elaborado por la Fundación IDIS. En este análisis, la organización explica que "el mutualismo administrativo en la sanidad privada aporta eficiencia a la sanidad pública, ya que el gasto per cápita de dicha población cubierta es inferior al gasto público per cápita". En concreto, un 39% menor por persona.

Así, si todos los pacientes generaran el mismo nivel de gasto, el ahorro que supondría el modelo Muface al Estado sería de alrededor de 1.130 millones de euros.