La economía española cerrará el año con un crecimiento del 2,1%, según las últimas previsiones del Consejo General de Economistas (CGE). Esto supone un incremento de tres décimas respecto a sus perspectivas anteriores.
El CGE ha revisado al alza sus proyecciones del PIB español tras conocerse los datos oficiales del primer trimestre, con un repunte del 0,6% trimestral y de un 4,2% en la tasa interanual. Los expertos consideran que si la economía española sigue creciendo a ese ritmo en los próximos trimestres, incluso en el 0,5%, puede cerrar el año en el 2,1% que vaticinan.
No obstante, el CGE también observa con atención para los siguientes meses el comportamiento de la inflación. Los economistas confían en que el IPC mantenga su senda de moderación y culmine el año en la horquilla del 3% y el 3,5%.
El Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas también mejora levemente sus proyecciones de la tasa de paro, con una décima de reducción, del 12,7% al 12,6%. Los economistas basan esta decisión en la evolución mostrada por el mercado de trabajo, con cuatro meses consecutivos de caídas en el número de parados y con la afiliación en máximos.
Además, los datos del paro de mayo mejoraron en todos los sectores productivos, en todas las comunidades autónomas y en todos los grupos de edad.
Preocupación por la deuda
Pese a la fortaleza de esos datos, el CGE tiene dudas con otros indicadores. La deuda de las Administraciones Públicas en abril ascendió a 1.526 millones de euros, con una tasa de crecimiento interanual del 5,6% y una reducción del 0,58% respecto a marzo.
En el primer trimestre, la deuda suponía el 113% del PIB. El CGE estima que cierre del año en el 111,5%, por debajo del nivel que preveía en un primer momento. Sin embargo, los expertos no ocultan su preocupación por "el alto volumen de la deuda, por el efecto de los costes financieros y el incremento de los tipos de interés". La previsión del déficit se mantiene en el 4,4% para este año.
También existe cierta intranquilidad por el "desentonamiento" de la microeconomía, sobre todo entre las pymes, los autónomos y las familias. "Están viéndose afectadas por las políticas recesivas con altos tipos de interés, alta inflación y contención de los salarios", advierten desde el CGE.
Esto plantea incógnitas sobre el comportamiento de la demanda interna por la reducción de la capacidad adquisitiva de los hogares. A eso hay que sumar la desaparición del sobreahorro acumulado durante la pandemia, aunque en el CGE tampoco descartan que pueda darse una subida de los salarios en la segunda parte del año, como consecuencia del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), alcanzado entre los sindicatos y los empresarios para trasladar subidas salariales a los convenios colectivos.
El CGE recomienda políticas fiscales, como la deflactación del IRPF, para incrementar la renta disponible y dinamizar el consumo.
La evolución de la demanda externa tampoco está exenta de dudas. El CGE contempla la posibilidad de que se vea "muy afectada" por la desaceleración de la economía de países del entorno, como Alemania, Francia y Reino Unido. En el caso concreto de Alemania, preocupan los costes de prefinanciación de sus exportaciones y la inflación, que puede traducirse en una limitación de la demanda de los productos españoles.