Alemania capitula y acepta relajar las reglas de déficit y deuda de la Unión Europea
El Ecofin alcanza un acuerdo sobre las líneas generales de la reforma del Pacto de Estabilidad, que despeja el camino para una propuesta legislativa de Bruselas.
12 marzo, 2023 02:17Tras resistirse como gato panza arriba durante meses, Alemania capitula y acepta relajar las reglas de déficit y deuda de la Unión Europea. Su ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, se había quedado prácticamente solo en su rechazo a las propuestas de la Comisión de Ursula von der Leyen, que consisten en dar más flexibilidad y más tiempo a los Gobiernos para poner sus cuentas en orden tras el tsumani de la pandemia y la guerra de Ucrania. Incluso Países Bajos, el aliado más fiel de Berlín en la disciplina fiscal, se cambió de bando descolgándose con un acuerdo con España.
Desde su presentación en noviembre del año pasado, Lindner cuestionó el núcleo central de la reforma que plantea Bruselas: cambiar los objetivos de reducción de déficit y deuda iguales para todos por planes de ajuste plurianuales a medida de cada Estado miembro negociados de forma bilateral entre Bruselas y las capitales, siguiendo el modelo de los fondos Next Generation. A su juicio, este sistema pone en riesgo la igualdad de trato entre los países, el principio de que las mismas reglas deben aplicarse a todos de la misma manera.
Hace apenas un mes, Lindner todavía decía que el plan de Von der Leyen supone "entrar en un continente desconocido" y debe modificarse "en cuestiones esenciales" si quiere contar con el visto bueno de Berlín.
Sin embargo, en apenas cuestión de días y tras más de 20 horas de negociaciones a nivel técnico, Alemania ha dado un giro radical en su posición: apoya un borrador de conclusiones que valida los principales ejes del plan de Von der Leyen. Un texto que se aprobará por unanimidad en el Ecofin del próximo martes y que despeja el camino para que la Comisión Europea presente una propuesta legislativa en abril.
Las conclusiones del Ecofin consagran el principio de los planes de ajuste plurianuales, que fijarán un techo de gasto, negociados de forma bilateral entre la Comisión y cada Estado miembro y aprobados por el Ecofin.
Los plazos para poner las cuentas en orden podrán ampliarse si el Gobierno en cuestión ejecuta reformas o inversiones de interés europeo, por ejemplo en defensa o en la doble transición digital y verde. El texto no concreta los tiempos, aunque la propuesta original de Bruselas hablaba de planes de cuatro años ampliables a siete.
Todos los planes podrán revisarse cuando llegue al poder un nuevo Gobierno para tener en cuenta el "proceso democrático" y actualizarse "en circunstancias objetivas". Eso sí, siempre manteniendo "la ambición del ajuste presupuestario".
A cambio de esta mayor flexibilidad, la UE introducirá multas adicionales de importe más reducido para poder activarlas de forma temprana cuando un Estado miembro se desvíe de su techo de gasto. Las reglas vigentes prevén para los incumplidores una sanción equivalente al 0,2% del PIB (2.400 millones de euros en el caso de España). Un castigo que nunca ha llegado a aplicarse porque se percibe como "la opción nuclear".
¿Por qué Berlín ha decidido cambiar de posición? La delegación alemana sostiene que el borrador de conclusiones del Ecofin recoge muchas de sus demandas. En primer lugar, no se tocan los límites de un 3% para el déficit y un 60% para la deuda pública que fija el Tratado.
Además, se han introducido "salvaguardas" con el fin de garantizar que el esfuerzo de reducción de la deuda sea suficiente y evitar que los Gobiernos dejen todos los ajustes para los años finales del plan de ajuste. Finalmente, Berlín sostiene que ha logrado preservar un sistema multilateral y basado en reglas y se garantiza una aplicación más eficaz gracias a las nuevas sanciones.
No obstante, para Alemania todo esto todavía es insuficiente a la hora de garantizar la igualdad de trato. Lindner reclama ir un paso más allá y fijar objetivos cuantitativos mínimos comunes de reducción de la deuda. Una demanda sobre la que no hay acuerdo en el Ecofin, pero que se mantendrá en la mesa de discusión en los próximos meses.
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, está totalmente satisfecha con las conclusiones que aprobará el Ecofin sobre la reforma del Pacto de Estabilidad. Considera que se trata de un texto "equilibrado" que "refleja bien las posiciones de los diferentes Estados miembros", según explican fuentes del ministerio de Economía. Calviño confía en que las propuestas legislativas que presentará Bruselas en abril se aprueben durante la presidencia española de la UE, en la segunda mitad del año.