Según la información del Ministerio de Hacienda, el crecimiento también se va frenando en el sector privado. La Agencia Tributaria advierte de que, según pasan las semanas, el incremento de las ventas diarias de las empresas va perdiendo fuste. De hecho, con el fin del verano y la llegada del otoño, ya han perdido más de seis puntos porcentuales de crecimiento. Y siguen bajando. 

Entre el 17 de agosto y el 13 de septiembre, el incremento de facturación de las empresas españolas fue del 30,8% respecto al mismo periodo de 2021. Sin embargo, este crecimiento cae al 24,5% en las semanas que van del 14 de septiembre al 11 de octubre. Y entre ambos periodos, la caída es paulatina. 

Hay sectores que notan esta ralentización más que otros. El de los transportes y almacenamiento se encuentra entre ellos. Pasa de un crecimiento del 96,6% a uno del 75,1%, más de 20 puntos porcentuales menos. 

Los sectores protagonistas de la economía española no se libran del frenazo. El comercio al por menor pasa de un crecimiento del 19,5% a otro del 14,7%. En la hostelería, el retroceso es más tímido, con una reducción de casi cinco puntos, hasta el 14,7%. 

La desaceleración de la facturación de las empresas se suma al parón de la economía. Este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE) lanzó su dato adelantado de PIB de octubre, que se habría estancado y elevado solo un 0,2%.

Pese a que los datos indicaban que el verano sería positivo para la economía española, con pernoctaciones y viajes en máximos, el crecimiento económico no es reflejo de ello. 

Tampoco el mercado laboral, que tras meses de crecimiento ya da severos síntomas de agotamiento. Así lo indica la última edición de la Encuesta de Población Activa (EPA), que analiza el tercer trimestre del año. 

La tasa de paro ha subido hasta el 12,67%, 60.800 personas más que en junio. Además, hay un dato extremadamente preocupante: el incremento del desempleo sucede exclusivamente entre las mujeres.

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Mientras que el número de hombres en paro disminuye en 18.500 este trimestre, situándose en 1.336.800, entre las mujeres el desempleo se incrementa en 79.300, hasta 1.643.400. 

Por otro lado, solo se sumaron 77.000 nuevos puestos de trabajo. Pese a que el número de ocupados se incrementa y se sitúa en los 20,5 millones, el incremento (del 0,38%) es uno de los más bajos en los últimos seis años (solo por debajo de 2019). De hecho, en datos desestacionalizados, la variación trimestral es negativa, del –0,06%. 

Ante esta situación, los cánticos de recesión arrecian en Europa. Y la economía española no es ajena a ellos. Pese a que España es el país para el que hay mejores pronósticos en 2022 y 2023, órganos como la AIReF ya avisan de que entrará en recesión técnica entre el último trimestre de este año y el primero del próximo. 

El Banco Central Europeo (BCE) comparte este escenario. Su jefe de Riesgos, Fernando Monar, señaló este viernes que las perspectivas de una posible recesión técnica aplican al conjunto de la zona euro, incluida España, si bien esta podría ser de mayor o menor magnitud y extensión en el tiempo.

Recesión inevitable

"Puede ser temporal, puede ser mayor o menor y es, en cierto modo, inevitable", sentenció en declaraciones a RTVE.

Todo esto en un escenario en el que la inflación sigue siendo preocupantemente elevada. Aunque se ha moderado, el dato de octubre en España (adelantado por el INE esta semana) se espera que esté en el 7,3%. 

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En este sentido, Monar opinaba que todavía existen riesgos al alza para la inflación, por lo que, en su opinión, todavía es necesario continuar con las subidas de tipos del BCE.

Más incertidumbre para la economía española en plena desaceleración. Veremos si el frenazo conduce a que la economía española entre en números rojos, aunque esperemos que solo de forma temporal.