El consumo privado, que hace meses estaba llamado a ser el motor de la recuperación, se está viendo ya afectado por la pérdida de poder adquisitivo de los españoles que ha traído la elevada inflación, que supera ya el 10% en este país. Y las perspectivas para los próximos meses no son mucho mejores -de hecho, se han rebajado a la mitad-. Los expertos creen que, además, los consumidores se van a ver obligados a 'tirar' de sus ahorros para poder financiar su gasto.
Numerosas instituciones están revisando estos días sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo debido al alargamiento de la situación de elevada inflación, en parte porque se estima que el consumo no va a crecer con el vigor que se esperaba en un principio.
Una de ellas es Funcas. De acuerdo con sus previsiones, el consumo privado crecerá este año un 1,8% y el que viene otro 2%, muy por debajo del 4,6% que se registró en el ejercicio 2021. El servicio de estudios ha rebajado en dos puntos porcentuales la previsión para 2022 y en casi uno la de 2023. En BBVA Research tienen una proyección similar, de crecimiento de un 1,9% este año y de un 2,3% el próximo.
Una de las peores consecuencias que está dejando el crecimiento desaforado de los precios es la pérdida de poder adquisitivo de los españoles, que ya "está teniendo consecuencias negativas sobre el consumo", como explican desde el servicio de estudios del banco. Y más que va a tener, pues, según los datos de Funcas, los hogares verán su renta disponible crecer un 6%, un avance que caería hasta el -2,6% si se descuenta el IPC.
Algo que va a llevar a los españoles a recurrir al dinero que tienen acumulado para poder consumir. "Los hogares tirarán del ahorro para financiar su gasto, algo que permitirá un leve crecimiento del consumo privado", explica Funcas en su último informe de previsiones macroeconómicas.
Eso en el caso de las familias, porque "las empresas no energéticas también se enfrentan a un estrechamiento de sus márgenes como consecuencia de la escalada de costes energéticos y de otras materias primas".
La parte positiva es que el ahorro creció considerablemente durante el confinamiento estricto, debido a la imposibilidad de consumir en ciertas actividades, como el ocio o la restauración, por las restricciones sanitarias. Los expertos de BBVA Research estiman que los hogares tienen unos 80.000 millones de euros invertidos en activos listos para utilizar, un importe que, coinciden, podría apoyar el consumo durante los últimos trimestres.
Confianza a la baja
La evolución del consumo en los próximos trimestres va a estar determinada por las presiones inflacionistas, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre sobre la situación macroeconómica, elementos que van a afectar a la confianza de los consumidores, como apuntan desde CaixaBank Research.
Pero lo harán especialmente después del verano. "Tras dos años de pandemia se prevé una campaña turística de verano muy positiva, con unos consumidores dispuestos a deshacer parte del ahorro embalsado debido a las restricciones", apuntan desde el servicio de estudios de CaixaBank, que prevé un crecimiento del consumo real del 1,5% este año.
Un ahorro que, por el momento, sigue situado en su promedio histórico, a lo que coadyuva el hecho de que la incertidumbre sobre la evolución de la economía y el incremento de la inflación están haciendo a los hogares retrasar algunas decisiones de consumo, como apuntan desde BBVA Research.
La inflación y la invasión rusa de Ucrania han levantado los temores y hecho mella en la confianza del consumidor. Según los cálculos de la Comisión Europea (CE), este indicativo cayó en mayo hasta prácticamente igualar los datos de abril de 2020, cuando marcó mínimos históricos.
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Es cierto que este empeoramiento de la confianza se da en un contexto en el que el mercado laboral está experimentando una buena dinámica, si bien durante el primer trimestre ha sido más fuerte el primer factor y el consumo real de los hogares retrocedió un 2% (frente al crecimiento del 1,5% del último trimestre de 2021).
De acuerdo con los expertos de CaixaBank Research, "algunos indicadores apuntan a que el consumo logró coger oxígeno en el segundo trimestre", pues crecieron tanto las ventas minoristas (+2,6% en el promedio de abril y mayo) como las matriculaciones de automóviles (+26,5% intertrimestral), entre otros indicadores. Los datos de gasto recopilados por el servicio de estudios apuntan a que el consumo creció un 3% en el segundo trimestre respecto al primero.