La inflación y la crisis económica generada por la crisis de Ucrania, principalmente, han obligado al Gobierno a revisar su cuadro macroeconómico. Concretamente, el Ejecutivo ha rebajado su previsión de crecimiento del PIB para 2022 al 4,3%, 2,7 puntos menos que lo pronosticado inicialmente (7%).
Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y responsable de Asuntos Económicos, ha añadido también que para 2023 el crecimiento de PIB previsto es del 3,5%, para 2024 del 2,4% y para 2025 del 1,8%.
Ha calificado estas nuevas previsiones como "prudentes" y, pese a ello, ha asegurado que el crecimiento de España estará por encima de los países de la Unión Europea. La responsable económica del Gobierno calcula que el PIB anterior a la pandemia se recuperará para la segunda mitad de 2023.
Aunque ha evitado hacer una estimación de la inflación, Calviño sí que ha informado de que el deflactor del consumo privado (indicador que es una aproximación al IPC) ascenderá este año al 6%.
Por otro lado, María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, ha precisado que se mantiene la previsión de déficit para 2022 en el 5% del PIB.
De cara a los próximos ejercicios, el Ejecutivo prevé que en 2023 el déficit público bajará al 3,9%, frente al 4% estimado anteriormente; en 2024 se situará en el 3,3%, frente al 3,2% anterior, y caerá al 2,9% en 2025, por lo que para ese año España conseguirá salir del procedimiento déficit excesivo (PDE).
Se trata de unas "estimaciones prudentes" ha insistido Montero, quien ha recordado que "las reglas fiscales siguen suspendidas este año, una decisión que ha permitido amortiguar los efectos de la pandemia y acelerar la recuperación económica y la creación de empleo".
En la mejora del déficit tiene mucho que ver la mejora de la recaudación fiscal, que subió un 15% en 2021 y que este año se espera que se incremente en torno al 7,4%, según ha explicado la ministra de Hacienda. Por cierto, que ha asegurado que el 80% de esa subida de los ingresos procede del impuesto de sociedades y del IRPF.
Estas nuevas previsiones del Gobierno se han hecho públicas después de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) certificara que la economía española se está estancando. En el primer trimestre del año el PIB creció un tímido 0,3% y puso fin a tres trimestres consecutivos en los que la recuperación económica empezaba a tener fuelle.
Este casi estancamiento del crecimiento fue consecuencia de varios imprevistos: la variante ómicron, la guerra de Ucrania, los paros de los transportistas y la crisis de suministro. Todo ello en un contexto en el que la inflación siguió avanzando hasta alcanzar en marzo el 9,8%.
Este contexto difícil e incierto tuvo su reflejo en el consumo de los hogares, que bajó un 1,3% en los tres primeros meses del año. Mientras, empresas y la Administración pública sostuvieron su gasto con un avance del 1,2 y un 1,3% respectivamente.
Con este contexto, el Gobierno espera que España situare sus niveles de empleo por encima de los niveles prepandemia en 2024. La tasa de paro descendería de forma progresiva hasta el 10%, algo que se conseguiría en el ejercicio 2025, gracias a la reforma laboral.
La deuda pública, por su parte, que se encuentra en el 118,4% al cierre de 2021 pasaría al 115,2% este año; al 112,4% en 2023; al 110,9% en 2024 y al 109,7% en 2025.