Estados Unidos y China han puesto fin a la guerra arancelaria que los enfrenta desde hace meses. Ambos países han firmado la primera fase de un nuevo acuerdo comercial que, en teoría, sienta las bases para las relaciones entre ambos países de cara a los próximos años.
Ha sido el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el que ha presidido la firma del tratado y, junto al viceprimer ministro chino, Liu He, ha suscrito el documento de 86 páginas en una ceremonia en la Casa Blanca. Esta primera fase del acuerdo es una tregua tras 18 meses de tensiones.
"Hoy estamos dando un paso muy importante, uno que nunca antes se había dado, hacia un futuro de comercio justo y recíproco a través de la firma de la Fase 1 de este histórico acuerdo entre Estados Unidos y China", dijo Trump.
"Quiero agradecerle al presidente Xi Jinping y voy a viajar a China en un futuro no muy lejano. Es un muy buen amigo mío. Representamos países diferentes, pero desarrollamos una relación increíble".
Por su parte, Liu leyó una carta de Xi Jinping, en la que destacaba que la firma "es buena para China, para EEUU y para el mundo", y expresó su confianza en que las relaciones entre los dos países sea "de mutua confianza y cooperación".
Aunque en un principio Trump había adelantado que Xi participaría en la ratificación del acuerdo, Pekín finalmente envío a Liu a la ceremonia en la Casa Blanca.
Aranceles en vigor
Según el acuerdo, China se compromete a comprar bienes estadounidenses por valor de unos 200.000 millones de dólares en dos años, entre ellos 50.000 millones en productos agrícolas, 50.000 millones en energía y 75.000 millones en manufacturas, mientras EEUU rebaja a la mitad, hasta el 7,5%, los aranceles impuestos a importaciones chinas por valor de 120.000 millones de dólares.
Trump indicó que los aranceles se mantienen en vigor como elemento de negociación de cara a la segunda fase del pacto comercial.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, presente en la ceremonia, señaló que la nueva fase de negociaciones comerciales podría segmentarse en "fase 2A, 2B, 2C", aún sin fecha, y abordará las quejas de EEUU sobre robo de propiedad intelectual.
Las negociaciones entre ambas partes han sufrido varios sobresaltos, con informaciones contradictorias y críticas veladas desde que en octubre se anunció un principio de acuerdo.
Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, que comenzaron el año pasado, han tenido profundas consecuencias.
En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba sus proyecciones de expansión al 3% para 2019, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado la disputa.