Sólo hay que analizar los datos macro. La huida de empresas y la constante tensión política que afecta a la región pasa factura a sus indicadores. Uno de ellos el empleo. En estos años de crecimiento de los ocupados, la evolución del mercado laboral catalán ha estado por debajo de la media española. 

Así lo indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), obtenidos mediante la encuesta de población activa (EPA). Según esta información, desde el cuarto trimestre de 2017 (cuando se celebró el 1-O) hasta el cuarto trimestre de 2022 (la comparación debe ser siempre entre periodos equivalentes), la cifra de ocupados en Cataluña creció en 202.800 personas, un 6,1% más. 

Dicha evolución está bastante por debajo de la media nacional. En el mismo tiempo, el empleo en toda España aumentó en 1,4 millones puestos de trabajo, un 7,7% más. 

Esta diferencia también se nota en los datos del paro. La EPA recoge que la cifra de desempleados se redujo en todo el Estado en 752.000 personas entre 2017 y 2022. Esto se traduce en una caída del 19,8%. 

[Los 71.000 millones que Cataluña debe al Estado y de los que Puigdemont no habla]

En cambio, en Cataluña la reducción del paro también fue inferior a la media nacional. Bajó en 92.000, un 19,1%. 

Esta diferencia de parámetros también se traslada al crecimiento económico, aunque en este caso los datos del INE están limitados hasta 2021. Desde que tuvo lugar el 1-O, el PIB nacional ha aumentado un 3,8%. En cambio, el de Cataluña ha crecido menos y se ha quedado en el 3,5%.  

La constante efervescencia política en Cataluña es la culpable de este proceso y la constante marcha de empresas de la región que ocasiona. Como ya contó este periódico, desde 2017, Cataluña es la comunidad autónoma que pierde el mayor volumen de facturación por los cambios de domicilio de empresas. En concreto, ese volumen es de 54.983,8 millones de euros.

En el mismo periodo de tiempo, las compañías que decidieron cambiar su domicilio a Cataluña suman unas ventas de 9.802,2 millones de euros. Es decir, que desde el año del 1-O, el saldo neto es que Cataluña ha perdido más de 45.000 millones en facturación de empresas. . 

Grandes empresas

Más de 7.000 empresas han huido de la región tras el punto culminante del Procés. Entre ellas, entidades tan relevantes como CaixaBank o Banco Sabadell, o las multinacionales Naturgy, Cellnex y Colonial. 

Cabe recordar que, además, en términos públicos la Generalitat de Cataluña acumula una importante deuda con el Estado. Como ya ha contado EL ESPAÑOL-Invertia, el Ejecutivo autonómico debe al Ministerio de Hacienda unos 71.000 millones de euros.

Incluso durante los momentos álgidos del Procés, el Gobierno central ha estado inyectando liquidez a la Generalitat para que pudiera pagar y mantener servicios públicos como la sanidad. Concretamente, Cataluña ha recibido más de 135.000 millones desde 2012 para pagar a proveedores.