"Estas horas son claves. Seguimos trabajando desde el Ministerio con los agentes sociales. Ya saben que nunca doy por perdido un acuerdo". Con estas palabras, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda de Trabajo y Economía, mostraba este lunes la esperanza de lograr 'in extremis' un pacto con CEOE y los sindicatos CCOO y UGT para subir el salario mínimo interprofesional (SMI). Sin embargo, la primera espada de Unidas Podemos está en el abismo de tener que afrontar su primer fracaso en el Diálogo Social.
Tras dos reuniones, el bloqueo de la negociación y la ruptura en el Diálogo Social son firmes. Las posturas siguen alejadas y parece improbable que se vayan a acercar. Así lo indican fuentes cercanas a la CEOE, que insisten en que en estos momentos no se mueven del 'no'.
De hecho, tras varias sesiones internas, en estos momentos la patronal incluso ha descartado el SMI autonómico. En la CEOE insisten: no es el momento de activar una medida que amenazaría con romper el crecimiento del empleo y dificultaría el acceso al trabajo. Además, consideran que pondría en un brete a sectores endémicos en el campo de los salarios bajos, como la agricultura o la hostelería, que tendrían que afrontar un incremento de los costes laborales en medio de una crisis.
Así, la ruptura por este lado parece un hecho, aunque no es la primera vez que Díaz hace un 'milagro' con la patronal. Es lo que ocurrió con la subida del SMI de principios de 2020 (del 5%), en la que la vicepresidenta del Gobierno logró el 'sí' de la patronal para llevarlo a los 950 euros mensuales actuales.
Sin embargo, hay más obstáculos. El Gobierno ha planteado una horquilla para subir el SMI para lo que queda del 2021 de entre 12 y 19 euros. Una cantidad claramente insuficiente para UGT. Desde este sindicato insisten en que el aumento tiene que ser de 25 a 30 euros, acompañando la subida del IPC.
De hecho, Pepe Álvarez, secretario general del sindicato ha insistido en esta dirección. "Hay que pensar que sólo vamos a aplicar este SMI durante, en el mejor de los casos, tres meses y que, por tanto, esa subida tiene que ser una subida cuantitativamente más importante", ha subrayado.
Por lo pronto, el Ministerio de Trabajo no pierde la esperanza. Aparte de la vicepresidenta, desde dentro insisten en que durante los próximos días seguirán negociando de forma 'informal', es decir, sin reuniones físicas, con la esperanza de llegar a un acuerdo. Las posibilidades de hacerlo son muy tenues, a pesar de que el pacto incluiría una senda de subidas hasta final de legislatura.
Cabe recordar que Díaz había puesto como límite para llegar a un acuerdo este mismo lunes. El dar más tiempo supone un cambio de actitud radical para tratar de evitar que se trunque su racha de acuerdos en el Diálogo Social.
Con todo, cabe recordar que el Gobierno ya ha dicho que aprobará igualmente a lo largo de este mes -de manera "inminente", como dijo el propio Pedro Sánchez- la subida del SMI. Una subida que desde Trabajo aseguran se comenzará a aplicar en septiembre a pesar de que Nadia Calviño dice que no se comenzará a ejecutar hasta octubre.
Rally negociador
Además, del SMI, Trabajo inicia un 'rally' de negociaciones con los agentes sociales este septiembre. Según ha podido saber Invertia, la próxima semana el equipo de Díaz retoma una de las negociaciones más duras que le queda en 2021: la reforma laboral.
Un conjunto de cambios legislativos para reducir la temporalidad, coartar la subcontratación y recuperar la negociación colectiva al que se ha opuesto la patronal. Sin embargo, se trata de uno de los conjuntos legislativos prometidos a la Comisión Europea y de los que depende parte de los fondos europeos.
Así mismo, antes de que acabe septiembre, Trabajo y Seguridad Social se tendrán que sentar también con patronal y sindicatos para la ampliación de los ERTE hasta finales de año. ¿El punto de fricción? A buen seguro las condiciones.