Los últimos datos publicados por el Gobierno esta semana demuestran que la restauración y el turismo siguen siendo los más dependientes de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) impulsados por el Ejecutivo al comienzo de la pandemia.
Esta situación, sumada a que la crisis de estos sectores podría continuar mucho más allá que este 2021, abre la puerta a que el Gobierno tenga que abrirse a negociar futuras prórrogas de los ERTE mucho más allá del mes de diciembre, como está contemplado inicialmente.
Fuentes sindicales y del propio sector dan por descontado que en septiembre se prorrogarán los ERTE hasta finales de diciembre, pero van más lejos todavía indicando que la supervivencia del sector y de su tejido productivo -mayoritariamente pymes- necesita una prórroga hasta por lo menos la primera parte de 2022.
Los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones presentados por el Gobierno esta semana indican que al finalizar julio 331.486 personas estaban protegidas por un ERTE, el nivel más bajo desde el inicio de la pandemia, y 116.334 personas menos que el mes anterior si se mide por fecha de notificación.
De estas 331.486 personas, 79.258 personas corresponden a ERTE del sector servicios de comidas y bebidas (restauración) y 58.299 a servicios de alojamiento (hoteles). Entre los dos suman 140.000 trabajadores en ERTE, esto es casi la mitad de todos los trabajadores en esta situación en toda España.
ERTE por sectores
Por comunidades autónomas, al cierre de este periodo se contabilizaron 62.000 trabajadores en ERTE en Cataluña, 60.000 en Madrid, 52.000 en Canarias y 42.000 en Andalucía. Es decir, autonomías con una fuerte presencia de la restauración y del turismo.
Por otro lado, estos instrumentos llegaron a proteger a más de 3,6 millones de trabajadores en mayo de 2020, lo que significa que ya han salido de esta situación más del 90%. Más de 97.000 trabajadores en ERTE, el 30% del total, están en suspensión parcial.
Estas cifras globales invitan a pensar que los ERTE van en retroceso y que estamos ante el final del camino empezado en la primavera de 2020, pero si se pone la lupa sobre estos sectores está claro que queda mucho camino por recorrer.
Los últimos datos turísticos indican que en junio España recibió 2,2 millones de turistas internacionales, un 984,7% más que en el mismo mes de 2020, cuando llegaron 204.272; pero 6,6 millones menos de los que recibió en junio de 2019.
Es decir, el turismo está lejos del repunte esperado a comienzos de junio por el avance de la variante delta y las restricciones que siguen impidiendo que los viajeros de Reino Unido, Alemania y otros países de Europa viajen a España con normalidad.
Prórroga hasta diciembre
En el caso de la restauración, la serie de restricciones que se están volviendo a activar en toda España han dado la puntilla a un sector que precisamente ha podido reabrir gracias a los ERTE y la reducción de jornada de buena parte de la plantilla.
En el caso de las pymes y del propio sector del turismo estos instrumentos han sido vitales para poder afrontar el verano que se esperaba de la recuperación, pero que ha estado muy por debajo de sus expectativas.
Respecto de la próxima prórroga, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijo el pasado 5 de junio en RNE que ante un repunte de casos de Covid va a ser necesario una nueva prórroga antes de que el 30 de septiembre decaiga el acuerdo actualmente vigente.
"Creo que no tiene sentido dejarlo caer, ojalá pudiera decir que no es necesario", dijo Díaz. De hecho, fuentes sindicales e incluso en la patronal creen que es una buena idea, pero con determinadas condiciones.
En el caso de una prórroga más allá de 2021, en el sector de la restauración y el turismo lo ven necesario, pero en este caso el Gobierno es más reticente. En la Moncloa, y en este caso en sintonía con Unidas Podemos. Creen que la economía seguirá mejorando hacia final de año y que las cifras de empleo continuarán marcando récords, lo que no haría necesario seguir con los ERTE.
Nuevo mecanismo
De hecho, más allá de que esta modalidad se pueda ampliar en determinadas circunstancias, el Gobierno ya trabaja en un modelo de ERTE permanente que permita contener la destrucción de empleo durante las crisis, como ha sucedido en esta pandemia. Eso sí, a diferencia de lo que se venía haciendo hasta ahora, su puesta en marcha tendrá que contar con la autorización previa de la autoridad laboral.
En ella, según ha podido saber Invertia, esos nuevos ERTE permanentes serían denominados mecanismos de sostenibilidad del empleo (MSE).
Dichos MSE permitirían a empresas y trabajadores percibir unas ayudas que todavía no han sido desarrolladas y cuyo contenido se desconoce por ahora. Eso sí, a cambio, las empresas no podrían suspender toda la actividad de sus trabajadores (como ocurre con los ERTE actuales), sino que solo podrían reducir las jornadas laborales de sus trabajadores para rebajar costes como fórmula de flexibilidad interna.
Esto siempre y cuando que las causas sean crisis que generen parones inmediatos de facturación o del negocio correspondiente.