El Banco Central Europeo (BCE) puede “actuar de nuevo” si ve “riesgos crecientes de no alcanzar la meta de inflación”, fijada por la institución en el 2%. Así lo ha advertido este martes su presidenta, Christine Lagarde, en un evento organizado por el Ministerio de Finanzas de Alemania.
Durante su intervención, Lagarde también ha señalado que los miembros del BCE tendrán que “permanecer atentos”, hasta que tengan pruebas “firmes” de que la inflación regresa "de manera sostenible” a ese objetivo.
“Por eso, hemos dicho que nuestras decisiones futuras garantizarán que los tipos de interés se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”, ha destacado. Las medidas que en el futuro tome el también supervisor bancario estarán condicionadas a los datos económicos que se vayan conociendo.
Los últimos datos que se han conocido han sido positivos. La tasa de inflación interanual de la zona euro se moderó el pasado mes de octubre al 2,9%, su lectura más baja desde julio de 2021. La subida de los precios registrada en septiembre fue del 4,3%.
Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa interanual de inflación se situó en el 4,9%, frente al 5,5% del mes anterior. Si se deja fuera también el impacto del precio de los alimentos, el alcohol y el tabaco, la inflación subyacente se quedó en el 4,2%, tres décimas menos que en septiembre.
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Pero en el BCE esperan que “la inflación general vuelva a aumentar ligeramente en los próximos meses, debido principalmente a algunos efectos base”.
Sin embargo, “dada la magnitud del ajuste monetario”, ahora los miembros del BCE tienen “algo de tiempo”, ha considerado Lagarde, para calibrar su actuación. Por eso, en la última reunión del Consejo de Gobierno de la institución mantuvo los tipos de interés, en el 4,5% en el caso de la tasa general.
No hay que cantar victoria
A pesar de ello, “este no es el momento de empezar a cantar victoria. La naturaleza del proceso inflacionario en la eurozona significa que también tendremos que permanecer atentos a los riesgos de una inflación persistente”, ha puntualizado.
“Tuvimos que endurecer enérgicamente la política monetaria para alinear la demanda con la oferta y mantener ancladas las expectativas de inflación mientras la inflación aumentaba”, ha recordado Lagarde. Desde julio del 2022, el BCE ha aumentado los tipos de interés al ritmo más rápido de nuestra historia, 450 puntos básicos en total.
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“Después de haber realizado un ajuste tan grande y rápido”, el BCE se encuentra en una fase que Lagarde ha calificado de “atenta y centrada”. Los banqueros centrales de la eurozona deben “seguir centrados en hacer que la inflación vuelva al objetivo del 2%”, sin apresurarse “a sacar conclusiones prematuras basadas en acontecimientos de corto plazo”.
Como en sus últimas intervenciones públicas, la ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha afirmado que “las tasas de interés se encuentran en niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo”, contribuirán “sustancialmente” a que la inflación se modere al 2%.