Una reunión más la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no se ha salido del guión. Tal y como se esperaba, la institución presidida por Jerome Powell ha decidido mantener los tipos de interés en el rango de entre el 5,25% y el 5,5%, en máximos de los últimos 22 años.
El banco central estadounidense ha elevado el precio del dinero en once de las trece reuniones celebradas desde marzo de 2022, cuando comenzó a incrementar las tasas de referencia.
Tras aumentar los tipos de interés durante diez encuentros de forma ininterrumpida -con subidas de 25, 50 y 75 puntos básicos- la Fed decidió hacer un alto en el endurecimiento monetario el pasado junio. Retomó las alzas en julio, con otros 25 puntos básicos.
Ahora los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) han vuelto a activar el botón de pause. Esta nueva pausa llega tras una subida acumulada de 525 puntos básicos en un año y medio.
De esta forma, el banco central estadounidense se da tiempo para evaluar la situación en la que se encuentra la primera economía del mundo y los efectos que en ella está causando el endurecimiento monetario.
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"Los indicadores recientes sugieren que la actividad económica se ha estado expandiendo a un ritmo sólido. La creación de empleo se ha desacelerado en los últimos meses, pero sigue siendo fuerte, y la tasa de desempleo se ha mantenido baja. La inflación sigue elevada", diagnostican los miembros de la Fed. Así comienza el comunicado posterior a la decisión.
Por ahora, Estados Unidos resiste, reforzando la posibilidad de que un aterrizaje suave pueda tener lugar. Exactamente, su Producto Interior Bruto (PIB) se expandió un 2,1% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. El crecimiento fue una décima superior al registrado enero y marzo. En comparación trimestral, el aumento se mantuvo en el 0,5%.
Por tanto, los miembros de la Fed han dejado a un lado los últimos repuntes de la inflación estadounidense. En agosto, el Índice de Precios al Consumo (IPC) se aceleró al 3,7% en tasa anual, cinco décimas más que en julio.
La inflación subyacente -que excluye del cálculo la energía y los alimentos frescos por su elevada volatilidad- se redujo cuatro décimas en agosto respecto al mismo mes del año anterior, hasta el 4,7%.
Otra subida en 2023
En la última reunión de cada trimestre -como la de este miércoles- los miembros del FOMC expresan sus expectativas sobre dónde se encontrarán los tipos de interés en el corto y medio plazo. Esas previsiones quedan reflejadas en el conocido como diagrama de puntos o dot plot.
En esta ocasión, los responsables de política monetaria han anticipado que los tipos de interés terminarán 2023 en el 5,6%, mismo porcentaje que ya pronosticaban en junio, cuando publicó sus anteriores previsiones. De esta forma, la Fed ha dejado la puerta a un nuevo incremento antes de que termine el año.
En su intervención ante la prensa, Powell ha considerado que la Fed está ahora en “disposición de proceder con cuidado” a la hora de determinar si debe seguir subiendo los tipos de interés. Las decisiones, ha asegurado, dependerán de los datos.
“Lo que decidimos hacer es mantener las tasas de interés y esperar más datos” para determinar si es necesario otro incremento más. “Estamos en condiciones de proceder con cuidado mientras evaluamos los datos entrantes”, ha insistido.
Y, a pesar de que las expectativas de inflación a largo plazo siguen “bien ancladas”, todavía hay “un largo camino por recorrer” en el proceso de reducir la inflación, ha indicado el banquero central. Por eso, la Fed está preparada para aumentar más los tipos de interés si fuera apropiado.
Sin embargo, los miembros del FOMC creen que “estamos bastante cerca del nivel al que necesitamos llegar”. A pesar de ello, los banqueros centrales no han decidido si los tipos de interés han alcanzado ya el máximo. Necesitan pruebas “convincentes” de que la inflación está bajo control.
Y menos bajadas en 2024
Desde el máximo del 5,6% que alcanzarán en 2023, y según las previsiones de la Fed, los tipos de interés comenzarán a bajar. La estimación es que terminen 2024 en el 5,1%. Al fijar esa nueva meta, la institución ha reducido los descensos proyectados para el próximo año a 50 puntos básicos. Se trata de la mitad que los 100 que anticipó en junio.
Powell ha señalado durante la rueda de prensa que en 2024 "llegará el momento" de reducir las tasas, aunque ha preferido no indicar exactamente cuándo darán inicio los descensos. El objetivo fijado para 2025 es del 3,9%, frente al 3,4% de hace tres meses.
Los miembros de la Fed han publicado por primera vez sus estimaciones para 2026. Para entonces, prevén que el precio del dinero se situará en el 2,9%.
En su intervención, Powell no ha aclarado cuál es el tipo neutral -el que reduce la inflación sin dañar la economía- aunque ha considerado que podría estar por encima del 2,5% estimado.
Más crecimiento, menos inflación
Además de actualizar sus previsiones sobre los tipos de interés, los miembros de la institución han revisado sus estimaciones económicas. En este caso, la Fed tampoco ha sorprendido, al elevar las perspectivas de crecimiento para 2023 y reducir las de inflación.
Exactamente, el banco central espera que Estados Unidos crezca un 2,1% este ejercicio, 1,1 puntos más que lo pronosticado en junio. Para 2024 y 2025 contempla que la economía estadounidense se expanda un 1,5% y un 1,8%, respectivamente. De esta forma, ha elevado su estimación para el próximo año y ha mantenido la del siguiente.
La Fed también ha incluido por primera vez sus previsiones sobre el PIB estadounidense de 2026, ejercicio para el que también espera un incremento del 1,8%.
En ese escenario macroeconómico, la Fed ha reducido su previsión de inflación para 2023 al 3,7%, desde el 3,9% pronosticado hace tres meses. Asimismo, sus miembros esperan que la escalada de los precios cierre 2024 en el 2,6% y que se desacelere al 2,3% en 2025. En junio anticipaba un 2,6% y un 2,2%, respectivamente.
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Ya en 2026 la inflación alcanzará el objetivo de la Fed, al situarse en el 2%.
Los responsables de política monetaria también han modificado sus expectativas sobre el mercado laboral. De esta forma, esperan que la tasa de paro cierre el año en el 3,8%, tres décimas menos que en sus últimas previsiones.
Asimismo, han reducido el desempleo esperado para el próximo año al 4,1%, cuatro décimas menos que en junio, y han mantenido en el 4,1% la tasa de paro prevista para 2025. La institución espera que en 2026 se sitúe en el 4%.