La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) continúa viendo “riesgos significativos al alza para la inflación”, lo que “podría requerir un mayor endurecimiento de la política monetaria”, es decir, nuevas subidas de los tipos de interés. Así se desprende de las actas de la reunión que a finales de julio mantuvo el banco central estadounidense.
En dicho encuentro, y tal y como se esperaba, la Fed retomó las subidas de los tipos de interés tras haberlas pausado en junio. Exactamente, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) elevó el precio del dinero 25 puntos básicos, hasta situarlo en el rango de entre el 5,25% y el 5,5%.
El banco central estadounidense aumentó los tipos de interés a máximos desde enero de 2001 -si se toma como referencia la parte alta de la horquilla, ese 5,5%- tras subirlos 525 puntos en once de las últimas doce reuniones celebradas. Las alzas comenzaron en marzo de 2022 con 25 puntos básicos.
Subida de julio
Según han mostrado este miércoles las actas, los miembros de la Fed “consideraron apropiado” el aumento ejecutado a mediados de julio. “Los participantes señalaron que esta acción pondría la política monetaria en territoria más restrictivo, en consonancia con la reducción de los desequilibrios entre la oferta y la demanda en la economía y ayudaría a restaurar la estabilidad de precios”, indican los documentos.
Sin embargo, “un par de participantes indicaron que estaban a favor de dejar sin cambios el rango de los tipos de interés o que podrían haber apoyado tal propuesta”.
En la rueda de prensa posterior al encuentro de julio, el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió de que el proceso de bajar la inflación "tiene un largo camino por recorrer".
Sin embargo, evitó pronunciarse sobre si el banco central volverá a subir los tipos de interés en la reunión de septiembre. Simplemente se limitó a defender que la decisión se adoptará en función de los datos.
Septiembre
Así, defendió que la necesidad de adoptar un enfoque dependiente de los datos para determinar el grado endurecimiento adicional de la política monetaria que puede ser apropiado. Aunque las actas conocidas este miércoles mantienen dicho enfoque, dejan la puerta abierta a una nueva subida de tipos.
“Con la inflación aún muy por encima de la meta a largo plazo del Comité [del 2%] y el mercado laboral permaneciendo ajustado, la mayoría de los participantes continuaron viendo riesgos significativos al alza para la inflación, lo que podría requerir un mayor endurecimiento de la política monetaria”, se puede leer en el resumen del encuentro.
[La inflación de EEUU repunta al 3,2% en julio, la primera subida en más de un año]
El mensaje que contienen las actas contrasta con las declaraciones de algunos de los responsables de la política monetaria de Estados Unidos. Desde la reunión de julio, el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, se ha sumado al presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, en decir que no eran necesarias más subidas de tipos.
Otros responsables del banco central, entre ellos el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, vicepresidente del banco central estadounidense y miembro con voto permanente del FOMC, han empezado a debatir el calendario de posibles recortes de tipos, aunque han aplazado esa posibilidad hasta el año que viene.
"Los mensajes contradictorios indican que a la Reserva Federal, o al menos a una parte importante de ella, le preocupa que la política monetaria pueda volverse demasiado restrictiva" si la inflación sigue siendo baja, señalan desde SGH Macro Advisors, tal y como recoge Reuters.
Lo que sí confirmó Powell en la rueda de prensa que dio el mes pasado fue que el personal de la Fed ya no contemplaba la entrada en recesión de Estados Unidos.
Sin recesión
"El personal [de la Fed] contempla una notable desaceleración en el crecimiento a partir de finales de este año en el pronóstico, pero dada la resistencia de la economía ya no espera una recesión", señaló Powell en la mencionada intervención
“Desde el surgimiento de la tensión en el sector bancario a mediados de marzo, los indicadores de gasto y actividad real se habían mostrado más fuertes de lo anticipado; como resultado, el personal ya no consideró que la economía entraría en una recesión leve hacia finales de año”, reiteran las actas.
Estas previsiones se diferencian de las expectativas que la Fed manejaba en el primer trimestre. Con la quiebra de Silicon Valley Bank, y la esperada restricción al crédito bancario, "la proyección del personal [...] incluía una recesión leve a partir de finales de este año, con una recuperación en los dos años siguientes", mostraron las actas de la reunión de la Fed de marzo.
A pesar de la mejora de las previsiones, “el endurecimiento adicional de la política monetaria que requeriría una inflación más alta o más persistente representó un riesgo a la baja para la proyección de la actividad real”, indican los documentos.