El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ya se ha pronunciado. En un escueto discurso en el simposio de banqueros centrales de Jackson Hole, Jerome Powell ha apuntado a que la institución volverá a subir los tipos 75 puntos básicos en la reunión que celebrará a finales de septiembre.

“El aumento de julio en el rango objetivo fue el segundo incremento de 75 puntos básicos, y dije entonces que otro aumento inusualmente grande podría ser apropiado en nuestra próxima reunión”, ha afirmado.

A un mes de que se celebre la reunión de la Fed, ha reiterado que las decisiones que tome la institución financiera “dependerán de la totalidad de datos” que se conozcan hasta entonces y de la evolución de las perspectivas de la inflación.

Menor ritmo

Tal y como señalaron las actas de la reunión de la Fed de julio, el banquero central ha hecho referencia a que “en algún momento, a medida que la postura de la política monetaria se endurezca aún más, probablemente será apropiado reducir el ritmo de los aumentos” de tipos.

Aumentos más reducidos en el futuro, pero durante más tiempo -ha advertido- para restaurar la estabilidad de los precios, aunque ello implique un crecimiento más lento, un mercado laboral más débil y "algo de dolor" para "familias" y empresas.

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Powell ha asumido que esos "son los desafortunados costes de la reducción de la inflación". Pero, en su opinión, "un fracaso en el restablecimiento de la estabilidad de precios significaría un dolor mucho mayor". 

En las últimas semanas varios responsables del banco central estadounidense han pasado de considerar que una recesión era evitable a restar importancia si finalmente esta se acaba produciendo.

Desaceleración

El presidente de la Fed de Atlanta, Rapahel Bostic, señalaba hace unos días en una entrevista con The Wall Street Journal que “es de esperar cierto debilitamiento” de la economía estadounidense. Subrayó la importancia de asegurarse de que la inflación está encaminada hacia el 2% -el objetivo de la institución- antes de que tomen cualquier medida para flexibilizar su postura.



El lenguaje coincide con las expectativas procedentes de la eurozona y Reino Unido, donde miembros del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) también han comentado la necesidad de seguir subiendo los tipos de interés, incluso a pesar de que tenga lugar una recesión.

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En su comparencia Powell ha reconocido que la economía de Estados Unidos "se está desacelerando claramente" desde las históricas tasas de crecimiento que se registraron en 2021, gracias a la reapertura económica tras la recesión que desencadenó la pandemia de coronavirus. 

La entrada en recesión técnica de Estados Unidos en el segundo trimestre del año se confirmó el jueves. Entre abril y junio, el producto interior bruto (PIB) estadounidense se contrajo un 0,1% en comparación con los tres meses anteriores. El descenso es una décima inferior al anticipado en la primera lectura.

Reducir la inflación

En comparación con el segundo trimestre de 2021, el descenso del PIB de EEUU entre abril y junio de 2022 fue del 0,6%. Esta cifra mejora en tres décimas la estimación publicada en julio. El dato publicado entonces arrojó una contracción interanual del 0,9%.

A pesar de que "los últimos datos económicos han sido mixtos", en su opinión, la economía estadounidense "sigue mostrando un fuerte impulso subyacente".

El presidente de la Fed ha reiterado en varias ocasiones que todos sus esfuerzos están puestos en reducir la inflación hasta el objetivo del 2%. A pesar de que la escalada de los precios en Estados Unidos se moderó en julio, sigue siendo cuatro veces superior a dicha meta. 

Concretamente, la inflación se redujo en el séptimo mes del año hasta el 8,5% en tasa interanual, gracias a una ralentización en los precios de la energía y, concretamente, del coste de la gasolina y el gas natural.

A pesar de que Powell ha considerado que esta lectura es "bienvenida",  "la mejora de un solo mes está muy por debajo" de los niveles que los miembros del banco central estadounidense necesitarán ver antes de que estén seguros "de que la inflación está bajando".