Bruselas

El Banco Central Europeo (BCE) sopesa permitir que la inflación supere temporalmente el tope del 2% con el fin de compensar aquellos periodos en los que el nivel de precios no alcanza los objetivos fijados. Esta mayor flexibilidad dotaría al BCE de más potencia de fuego para estabilizar la economía de la eurozona en el actual entorno de baja inflación, según ha dicho este miércoles su presidenta, Christine Lagarde.

Lagarde se dispone así a seguir los pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos, que ya anunció en agosto un cambio de política. Su presidente, Jay Powell, ha dicho que permitirá una inflación superior al 2% para favorecer el empleo. El BCE emprendió su propia revisión estratégica a principios de año que, tras el parón provocado por la crisis del Covid-19, debe concluir a finales de 2021.

En un discurso pronunciado en Fráncfort, la banquera francesa ha resaltado que la última década está marcada por una caída persistente de la inflación en todas las economías avanzadas. En la eurozona, la inflación anual se situó en un promedio del 2,3% entre 1999 y el principio de la Gran Recesión en agosto de 2008. Pero ha caído a sólo el 1,2% de media entre esa fecha y finales de 2019. 

Desde 2003, el BCE ha fijado su objetivo de inflación en una tasa "inferior, aunque próxima, al 2%". Esta formulación era apropiada en un momento en que el BCE buscaba establecer su credibilidad y su principal preocupación era una inflación demasiado alta. "Pero en el actual entorno de baja inflación, las preocupaciones a las que nos enfrentamos son diferentes y eso debe reflejarse en nuestro objetivo de inflación", argumenta Lagarde.

En primer lugar, la presidenta del BCE apuesta por simplificar el objetivo con el fin de que sea "más fácil de entender para el público" en general y se perciba como "simétrico". Es decir, Lagarde quiere fijar la meta de inflación simplemente en el 2%.

Su segunda propuesta es dar más garantías a los mercados de que este objetivo se cumplirá a medio plazo. "La discusión hoy es si los bancos centrales deben comprometerse explícitamente a compensar las pérdidas de inflación cuando están bastante tiempo por debajo de sus objetivos de inflación", ha señalado la presidenta del BCE.

"Si resulta creíble, esta estrategia puede reforzar la capacidad de la política monetaria para estabilizar la economía cuando se enfrenta al límite inferior. Eso es así porque la promesa de una inflación superior aumenta las expectativas de inflación y por tanto reduce los tipos de interés reales", alega Lagarde.

Finalmente, la presidenta del BCE plantea una serie de ajustes en el método para medir la inflación, incluyendo por ejemplo la vivienda en propiedad. Y pide concentrar el análisis en indicadores más cíclicos y menos volátiles, en particular la inflación subyacente (que excluye precios de alimentos y energía).

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