La pandemia de la Covid-19 ha obligado a la Agencia Tributaria a adoptar y acelerar nuevas fórmulas para llevar a cabo su acción reguladora e inspectora fiscal. Entre ellas, las inspecciones ‘telemáticas’, que establecen contactos con los contribuyentes mediante teléfono y videollamada. Sin embargo, los asesores fiscales denuncian estas prácticas. Alertan de que, con ellas, la Agencia progresivamente se está alejando de la sociedad.
Stella Raventós, presidenta de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), denuncia que “2020 es el año que más se ha alejado la Agencia Tributaria de la sociedad, y todo se ha hecho más a distancia” y con escasa interlocución.
De hecho, Raventós critica que se ha pasado de inspecciones fiscales a un sistema de “comprobación” fiscal en el que “no hay interlocución”. “Todo es por escrito y en muchas ocasiones no se pregunta exactamente lo que se quiere saber”. Y, cuando llega la liquidación tributaria al cliente con resultados inesperados, “le dan razones que en su momento no le explicaron”.
Esto genera situaciones de indefensión y desconfianza entre los investigados. Por esto, los asesores fiscales reclaman que “en situaciones de cierta complejidad se hagan inspecciones con interlocución directa” aunque sean telemáticas.
Sin embargo, esto puede provocar otro tipo de problemas. El paso a la inspección fiscal ‘a distancia’ ha provocado que los inspectores puedan investigar una empresa o una persona fiscal de áreas geográficas que les son ajenas. Y eso da lugar a escenarios de “incomprensión”.
Incomprensión geográfica
“Está claro que esto tiene su parte positiva para ser más eficientes”, admite Raventós. “Pero tiene un inconveniente grande para el contribuyente: las empresas tienen sus tipologías ligadas a un territorio”. Y la inspección y los actuarios no suelen estar familiarizados con las características especiales de dicho territorio si no residen o trabajan en él.
Por poner dos ejemplos, es como si se inspeccionara una estación de esquí desde Badajoz o una empresa mejllonera desde Alicante. “Les falta información sobre el sector que abordan” y esto puede tener un impacto clave en el desarrollo de la investigación.
Mostrador virtual
Justo esta semana, la Agencia Tributaria ha presentado su ‘mostrador virtual’, un servicio telemático con el que se pretende facilitar la atención al contribuyente. A pesar de que evita los desplazamientos (algo básico en tiempos de la Covid), los asesores fiscales no se fían. “De entrada nos genera desconfianza”, valora Raventós.
Insiste en que “la mecanización es buena, pero hasta cierto punto. Están muy bien los sistemas virtuales cuando las personas disponen de las herramientas necesarias” y hay mano humana detrás. “Habrá que ver si todos estos grandes anuncios son para mejorar la situación del contribuyente o es algo automático que no ayuda”.
La mano humana
En esto coincide Carlos Cruzado, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que indica que “siempre debe haber funcionarios detrás de los procedimientos, más allá de si se emplean herramientas como el big data”.
Por otro lado, desde la Agencia Tributaria aseguran que no se va a ‘virtualizar’ la atención que da el órgano fiscal. A pesar de las últimas medidas, “la atención personalizada y presencial no se plantea que deje de existir”. Es más, de cara a la próxima campaña de la renta se va a mantener el refuerzo de vía telefónica para presentar la declaración.
Además, recuerdan que las inspecciones telemáticas son anteriores a la Covid y son “totalmente voluntarias”. De hecho, hay que pedir permiso previo para ello.