España cuenta desde 2020 con una Oficina del Dato y, desde 2021, con un Chief Data Officer (CDO), es decir, un responsable de datos del país. El puesto lo ocupa Alberto Palomo y, si bien la posición no es nueva (la integran otros países como Estados Unidos, Canadá o Francia), en esta región es "bastante única", según afirma él mismo.
"¿Por qué? Porque somos, probablemente, la única Oficina del Dato que no tiene datos, por eso somos distinta a todas las que puedan existir", explica, brevemente, Palomo en una entrevista exclusiva con D+I - EL ESPAÑOL. "Nuestra Oficina del Dato es, realmente, una oficina de definición de estrategias digitales con el dato, que no es lo mismo que una oficina que utiliza el dato".
[Carme Artigas: "España no quiere ser testigo, sino protagonista de los grandes cambios digitales"]
El CDO de España cuenta que el organismo que dirige se creó en su momento para "romper los silos naturales de los sistemas de información", ya que la mayoría de los sistemas que se habían creado hasta la fecha se habían diseñado en función de la necesidad individual del momento y, por tanto, eran prácticamente incompatibles a la hora de combinarlos. "Esto lo vimos, por ejemplo, en la pandemia, cuando, de repente, nos dimos cuenta que los viajes y la salud de los ciudadanos estaban totalmente unidos, pero el concepto de los datos de movilidad y los de salud no estaban ni totalmente separados, ni totalmente conectados", recuerda.
Así, la Oficina surge como una capa transversal que facilite las metodologías y los modelos de referencia tecnológicos para que exista un lenguaje común que permita interconectar diferentes sistemas de información. Según precisa Palomo, esto no solo se aplica al sector público, sino también al privado.
"No somos 100% Gobierno, ni somos 100% investigación o empresa privada, somos un puente en esa colaboración".
"Trabajamos para que, cuando cualquier Ministerio o empresa privada cree un proyecto, pueda pensar en el dato más allá del uso que tiene en ese momento concreto, es lo que llamamos la nueva economía del dato", señala. "Si solo has diseñado tu sistema para los tuyos, has cerrado las posibilidades, eso es lo que pasó con los datos de las Comunidades Autónomas durante el COVID, por ejemplo".
El CDO de España destaca que el país se encuentra en una posición de liderazgo en lo que se refiere a la Oficina del Dato porque, al contrario que en el resto, este organismo depende, directamente, de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA) y, a su vez, del Ministerio de Economía y Transformación Digital. "Con lo cual, para mí, conectar con el diseño de política pública es inmediato porque estoy ahí", afirma.
"Somos una cosa rara porque no somos 100% Gobierno, ni somos 100% investigación o empresa privada, somos un puente en esa colaboración", explica.
"Nosotros orquestamos"
Palomo reconoce que una de los escollos a superar en este camino es la evangelización de los actores del ecosistema para que entiendan los beneficios de adoptar una estrategia común para el procesamiento de los datos. "Para que luego, años después, digan 'Qué buena idea fue haber adoptado esto'", apunta.
Según indica, hasta ahora la economía del dato existía, pero estaba capturada "por unos pocos", las grandes plataformas digitales. "Lo que estamos haciendo con la estrategia europea es colectivizar los datos y ponerlos en valor de muchos".
El CDO precisa que uno de los grandes ejemplos es la reorientación de la Administración digital al dato con el objetivo de mejorar los servicios públicos (adaptándolos a las necesidades de los ciudadanos a partir de los patrones de uso), aumentar su eficiencia y ofrecer una mayor transparencia.
Palomo cuenta que ese proceso se produce alrededor de cinco líneas principales: fijar las líneas de gobierno que definan una semántica común, potenciar la transparencia y reutilización de los mismos, fortalecer la compartición, promover la disponibilidad de grandes conjuntos para investigación ("que no es lo mismo que Open Data") e impulsar los cambios organizativos. "Todo son ideas bonitas, pero claro, luego hay que llevarlas a la práctica", añade respecto al último punto.
"¿Y nosotros qué hacemos en ese sentido? Nosotros orquestamos", explica. "La idea es que cualquier Administración Pública pueda venir y pedirnos que les ayudemos porque no saben por dónde empezar".
"Estamos continuamente refinando las reglas del juego, de lo que creemos que será la economía del dato de los próximos cinco, diez, 15, 20 o 25 años".
"Estamos continuamente refinando las reglas del juego, de lo que creemos que será la economía del dato de los próximos cinco, diez, 15, 20 o 25 años", afirma. "A veces bromeo que somos un poco como la FIFA, que marca las reglas del juego, pero los que realmente juegan el partido son los jugadores".
El CDO español explica que la creación de la Oficina responde a la necesidad de arrancar e impulsar la conversación de los datos y su impacto en el sector financiero, algo que va de la mano de la colaboración público privada, ya que repercute en el tejido productivo no solo de las empresas, sino también de las organizaciones. "El dato va mucho más allá, es un movimiento imparable", reitera.
El marco normativo europeo de los datos
Toda la actividad de la Oficina del Dato y la de Palomo como CDO de España se enmarca, además, en un contexto europeo en el que se está apostando por legislar el dato a través de diferentes normativas novedosas, entre ellas, la Data Act o la Data Governance Act, además de tratar este elemento en otras leyes paralelas como la futura IA Act.
"Nuestro trabajo [para con la Data Act] consiste en entender que esta ley es un game changer", apunta. "Es muy necesaria porque va a dinamizar la economía del dato y, creo, va a romper esas barreras de tamaños, de dominancia de unos sobre otros, ese es su objetivo y ahora se trata de llevarlo a la practicidad".
El CDO español cree que esta normativa puede ser "tremendamente positiva" porque obligará a "repensar las cosas", acabará con "la inercia" y será capaz de "dinamizar grandes cosas". "La conversación sobre cómo sacar valor a los datos tiene que venir", afirma.
Palomo explica que están reuniéndose con diferentes actores industriales para ayudarles a "navegar esa ley" para que cuando sea efectiva todos salgan "mucho más potentes". "Lo veo como una enorme oportunidad (...), va a ser clave para la economía digital", concluye.
Gaia-X: interoperabilidad y confianza
Alberto Palomo no es solo el CDO de España, también ostenta la posición de presidente del Consejo Gubernamental de Gaia-X, la iniciativa privada europea que busca crear una infraestructura de datos abierta, federada e interoperable. "Son labores súper complementarias", afirma.
Por un lado, cuenta que la labor de la Oficina del Dato es impulsar la compartición y conexión de datos entre diferentes organismos, públicos y privados, mientras la Gaia-X surge como un proyecto para dar trazabilidad a los servicios de nube y aumentar la transparencia.
¿Y cuál es la relación entre ambos? Palomo explica que al desplegar una interconexión entre espacios federados de información, no solo vale con juntarla toda en el mismo sitio, "eso solo es una base de datos gigantesca". Por eso, se hace mediante el concepto de nube federada, interconectando diferentes bases de datos, sin necesidad de volcarlos en una nueva infraestructura o plataforma.
El responsable de Gaia-X apunta que aquí son importantes dos conceptos: la interoperabilidad técnica, "hablar el mismo idioma", y la identificación, es decir, saber que cada actor "es quien dice ser". "Son cuatro capas: negocio, datos, federación y confianza", resume.
Según explica, las estrategias de interconexión que se están desarrollando en los diferentes hubs de Gaia-X permiten avanzar hacia un único modelo para desplegar proyectos entre varios usuarios y que, a posteriori, puedan sumarse más y aprovechar esos datos sin que afecte en absoluto.