¿En qué pensamos las mujeres del 'fintech'?
La AEFI presenta cada año el informe FinTech Women Network en el que se puede ver la evolución del sector fintech e insurtech, incluyendo también un análisis sobre los perfiles femeninos que lo forman y cómo se distribuye el talento. Es un hecho consolidado que hay bastante paridad dentro de las empresas del ecosistema, que las mujeres que trabajan en ellas son personas que rondan los 40 años, que están muy cualificadas y que logran alcanzar puestos de responsabilidad, principalmente en las áreas de legal, financiero y marketing, siendo desarrollo y tecnología los ámbitos en los que no hay casi representación femenina en esos puestos más altos.
En este sentido, existe una corriente actual, con respecto a los estudios universitarios y de postgrado, que señala la necesidad de corregir el bajo porcentaje de mujeres en carreras STEM, que haya muchas más alumnas en matemáticas, ingenierías… ¿Por qué se hace este reclamo y se omite el hecho de que el porcentaje de chicos en estudios de enfermería o magisterio, por ejemplo, sea muy bajo?
Después de las seis primeras ediciones de FinTech Women Network, hemos visto que muchas de las mujeres que desarrollan su vida profesional dentro de la industria financiera con excelentes resultados, reputación y posibilidades de ascender y convertirse en un referente no son licenciadas o graduadas en carreras STEM. Provienen, en su mayoría, de carreras de ciencias o letras mixtas o incluso puras, principalmente del ámbito de la Administración y Dirección de Empresas, Derecho, Publicidad y Marketing.
La tecnología, la ciencia y las matemáticas son materias fundamentales para el desarrollo del ecosistema fintech e insurtech, pero ¿por qué se pide que haya 50% hombres y 50% mujeres en estos departamentos? ¿Se reclama lo mismo en otros sectores ocupados mayoritariamente por mujeres, como legal o marketing?
Parece que solo se pide paridad si hay más hombres que mujeres porque se alega que los departamentos y equipos heterogéneos son más creativos y se complementan mejor que los más homogéneos. Sin embargo, no se exige lo mismo para departamentos en los que hay más mujeres. La razón suele ser por la necesidad de dar visibilidad a mujeres en la industria financiera, pero la realidad es que en el fintech la paridad ya es prácticamente de libro y las mujeres con poder brillan igual que los hombres.
No es menos cierto que en la industria, en general, a las mujeres les ha costado más hacerse un hueco y aspirar a puestos con responsabilidad. Es normal. En 1950, según recoge el libro Las mujeres en distintos sectores de actividad en España de Astrolabio, el Reglamento de Trabajo para el personal de la banca privada rezaba: "El personal femenino ingresado en la Banca deberá abandonar el trabajo en el momento del matrimonio, tendrá derecho a reingresar si se convierte en cabeza de familia, por incapacidad o fallecimiento del marido. La empresa le abonará, en concepto de dote, una cantidad equivalente a tantas mensualidades como años de servicio haya prestado".
Afortunadamente, este reglamento forma parte del pasado. Pero hay que entender que el camino que las mujeres han y deben recorrer es complicado y más abrupto que el de los hombres en la industria financiera, un sector en el que, aunque ahora hay muchas mujeres referentes, las mujeres emprenden menos y llegan en menor medida a puestos directivos.
Esta es una realidad que se suele debatir en el marco del FinTech Women Network, llegando a la conclusión de que hay muy pocas mujeres emprendedoras (actualmente, solo uno de cada diez emprendedores del sector financiero es mujer), que las mujeres sienten mucha más inseguridad que los hombres para optar a puestos de responsabilidad, por su miedo al fracaso y que la conciliación es un tema que preocupa y mucho a las mujeres, desde su incorporación al mundo laboral. Desde los "veintipocos" piensan en cómo van a llegar a todo, si serán capaces de progresar o si serán castigadas por ser madres.
Además, las mujeres no tienen muchos referentes en los que fijarse para alcanzar los puestos de dirección y, con respecto al tema de las cuotas, que una vez fueron percibidas como beneficiosas para las mujeres, han sido desterradas como una herramienta eficaz dentro del ámbito privado, mientras que lo público parece que sí que han funcionado en los últimos años.
La preocupación por el papel de las mujeres profesionales en la industria financiera es un tema que ha generado debate en el fintech, que también ha sido pionero en este ámbito. Recordando a una famosa película, podemos plantearnos, ¿en qué piensan las mujeres del sector? Y llegar a la conclusión de que creen que el cambio es necesario, pero que no se hará solo, ni tampoco se hará si no existe inclusión y compromiso por parte de todos, hombres y mujeres.
Esta situación descrita no afecta solamente a la industria financiera y debe hacernos pensar en la composición general de las estructuras sociales y educativas de la sociedad en la que vivimos. Debemos tener una visión holística y global del mundo laboral. En la película Los padres de ella cuando el protagonista es preguntado por su futura familia política por qué es enfermero y no médico, el personaje que interpreta Ben Stiller responde: "Porque no quería ser médico, quería ser enfermero". Esta película no tiene tantos años y seguro que esta escena no sorprende a casi nadie.
Así las cosas, hay otras profesiones en las que no se exige ningún tipo de paridad. Si pasamos por una obra en la calle, no veremos a casi ninguna mujer como peón, encofradora o manejando una grúa. Y, sin embargo, no nos sorprende mucho la ausencia de mujeres, ni tampoco exigimos paridad a los constructores. Si en nuestra profesión sí la exigimos, seamos responsables.
Resulta necesario seguir trabajando para eliminar la brecha salarial o el techo de cristal, que existen. Pero debemos ser conscientes de dónde venimos, a dónde vamos y qué estamos exigiendo a nuestras nuevas generaciones. Seamos ejemplo de desempeñar nuestro trabajo con dignidad para con nosotros mismos y para con los demás. Seamos ejemplo de defender con integridad y razonamiento nuestras ideas. Seamos ejemplo de valentía sin enfrentamiento y cambiemos las cosas desde dentro. Seamos responsables con el mundo que queremos dejarle a los que vienen.
***Leyre Celdrán es Business Manager Director de AEFI (Asociación Española de FinTech e InsurTech).