Hablar de innovación y hablar de la ciudad de Oslo van de la mano. La capital noruega se ha erigido, no sin esfuerzo, en el foco disruptor del país nórdico y la principal muestra de ello es el gran despliegue que experimenta durante la última semana de septiembre, cuando se celebra la ya tradicional Oslo Innovation Week.
A pesar de que, oficialmente, el pistoletazo de salida para este evento, que ya forma parte del imaginario emprendedor de Noruega, de Europa e incluso de fuera de la región comunitaria, se da el lunes por la tarde, con la ceremonia de inauguración que tiene lugar en el impresionante edificio de Trenkanten, las ponencias comienzan mucho antes, a primera hora de ese mismo día.
Con un café en la mano, Rina Mariann Hansen, vicealcaldesa para el Desarrollo Empresarial y de Asuntos Públicos de Oslo, ha sido la encargada de dar la bienvenida en una reunión más íntima a la prensa extranjera que ha acudido a cubrir una cita que se ha hecho su hueco de forma permanente en los calendarios.
Hansen ha puesto de relevancia la importancia del encuentro como un espacio para conocer, conectar y promover el ecosistema innovador que genere nuevas oportunidades de negocio, no solo dentro de la ciudad, sino a nivel nacional. Según ha precisado, esta área supone, a la vez, una prioridad y un reto para la región.
En su intervención, la representante política ha apuntado que el hecho de que Oslo sea una ciudad pequeña, en comparación con otras capitales europeas, tiene unas implicaciones beneficiosas para el emprendimiento, ya que facilita la colaboración y permite experimentar de primera mano las nuevas disrupciones. Además, también ha destacado que la región cuenta con un gran apoyo gubernamental y una importante red de innovación.
De hecho, parte de este apoyo de las autoridades se ha materializado en la reducción de la burocracia y el tiempo necesario para contratar perfiles extranjeros, que ha pasado de durar meses a reducirse a apenas tres días. Hansen ha precisado que esta medida es clave para atraer y retener el talento por el que la industria está luchando en la actualidad.
La vicealcaldesa ha centrado gran parte de su intervención en un tema que ha sido una constante durante la Oslo Innovation Week en los últimos años y que, sin duda, protagonizará la edición de 2023: la sostenibilidad. Y es que, según ha insistido, innovación y cuidado al medioambiente son dos conceptos que no pueden ir separados.
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Así, ha desgranado los "planes ambiciosos" con los que cuenta la ciudad para reducir las emisiones, especialmente las procedentes de la construcción o el transporte, dos de los principales sectores que las producen, tal y como han revelado los estudios que han llevado a cabo. En este camino, ha destacado, es esencial contar con startups y scaleups que aporten soluciones disruptoras a los problemas existentes.
Hansen ha apuntado que la Semana de la Innovación de Oslo es una oportunidad para que los inversores, los emprendedores y las empresas se encuentren y den respuesta a los problemas actuales a partir de la innovación.
Durante la presentación, también ha intervenido Jonas Skattum Svegaarden CEO de Katapult Ocean, una empresa de capital riesgo centrada en firmas que impactan de forma positiva en el clima, y miembro de NorNAB, una organización independiente que trabaja para hacer crecer el desarrollo del ecosistema de inversión en Noruega.
En su turno, ha destacado la importancia de desarrollar ecosistemas de innovación en los que se desplieguen proyectos que creen impactos, que tengan una repercusión positiva para la sociedad y el planeta. Aquí, ha destacado, es esencial trabajar en colaboración.
En la conversación también ha participado Marit Rødevand, CEO y cofundadora de Strise, una de las empresas emergentes que ejemplifican el ecosistema innovador noruego y que acaba de abrir, recientemente, una oficina en Reino Unido. La firma tiene como objetivo crear la primera plataforma automatizada contra el lavado de dinero (AML) y, así, ayudar a las organizaciones financieras a protegerse y luchar contra el cibercrimen.
Más allá de la bienvenida, la primera jornada de esta cita ha servido para tomar el pulso al ecosistema emprendedor e innovador de la ciudad. A lo largo del día se han celebrado ponencias centradas tanto en la aplicación de nuevas herramientas tecnológicas, por ejemplo, la inteligencia artificial o la realidad aumentada como en la exposición de casos de uso de inversores y emprendedores que han expuesto cómo han conseguido llevar a cabo sus ideas de forma exitosa.
Todo ello, además, ha estado atravesado por una perspectiva crítica y social, por ejemplo, con un panel centrado en la relación entre la sostenibilidad y la descolonización.
Más de 15.000 asistentes
El primer día de la Oslo Innovation Week ha terminado con la inauguración oficial que, siguiendo el horario noruego, se ha celebrado con una recepción que ha comenzado a mediados de la tarde y que ha reunido a lo más florido del panorama innovador europeo (e incluso mundial).
Durante la misma, se ha anunciado a Strise como la empresa galardonada con el Premio a la Innovación en la que ya es la decimosexta edición de este galardón. Este reconocimiento se concede a la firma con sede en la ciudad que crea valor para la sociedad y es responsable desde el punto de vista ético y medioambiental.
El jurado ha valorado, además del propósito de la compañía, el rápido crecimiento que ha experimentado en el último año, durante el cual ha aumentado de forma "impresionante" su número de clientes y comenzando su expansión internacional.
Esta primera jornada la organización también ha dejado algunos datos de asistencia a la OIW, a falta de los oficiales. En concreto, se espera que en esta edición, la ciudad acoja más de 80 eventos repartidos por medio centenar de localizaciones distintas y puestos en marcha por más de 150 entidades. A ellos asistirán, se calcula, más de 15.000 personas que representarán a cerca de 50 países distintos, lo que avanza el carácter internacional de la iniciativa.