Suroeste de Madrid. Frío arranque de febrero, ya no sólo por las temperaturas, sino también por ese maldito virus con el que convivimos desde hace ya dos años, que golpea duramente a todo tipo de centros educativos. Pese a todas las dificultades, el colegio Santa Gema Galgani acepta el reto de D+I con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia: reunir a una clase de ESO y fomentar un debate que acabará pareciéndoles apasionante.
Alumnas y alumnos de 3º de ESO se reúnen para hablar de tecnología y el papel de la mujer en este universo siempre cambiante de innovación y emprendimiento. Moderadas por su profesor de Tecnología, Miguel Méndez Isla, eligen un tema por el que su ciudad siempre suele ser noticia: la movilidad.
Con esta actividad, D+I ha querido fomentar no sólo el espíritu crítico de nuestras futuras disruptoras con respecto a la tecnología sino también su espíritu crítico sobre una de las lacras de nuestra sociedad: el machismo imperante en tantos sectores.
Y, viendo las conclusiones extraídas por la clase tras el debate, el objetivo está más que cumplido.
Como se puede apreciar en el resto de debates organizados en los otros centros escolares, la conclusión genérica es común y se podría resumir en dos palabras y un signo de puntuación: "Sí, pero…".
La tecnología genera debate, expectación, ilusión y cierta pasión al imaginar en qué puede convertirse nuestra sociedad dentro de unas décadas. Pero, al mismo tiempo, no hay debate cuando el tema vira hacia el papel de la mujer. Ahí todo el mundo tuerce el gesto y concluye que hay mucho trabajo aún por hacer.
El consenso es total. Las alumnas tienen claro que "mujeres y hombres deben participar de este cambio tecnológico y cualquier otro con las mismas condiciones".
Medios y colegios
Para ello, según explican, "la educación y los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad de darle visibilidad al papel de la mujer". Tomamos nota.
Una medida concreta para lograr esa igualdad, según proponen, sería "que los centros educativos acercaran a niñas a proyectos que se consideran masculinos y a niños a proyectos que se consideran femeninos, derribando las barreras de los roles impuestos en la sociedad a lo largo de la historia".
Como se diría en las aulas, el papel de la mujer en el mundo de la tecnología, en general, y en el de la movilidad inteligente, en particular, progresa adecuadamente. Pero el semáforo aún no está en verde. El objetivo sería que no hubiera semáforos…
Y quizá la ausencia de semáforos sea una de las características de nuestras futuras ciudades. Habíamos venido a debatir y en este caso, la clase de 3º de ESO del colegio Santa Gema Galgani de Madrid, ha formado varios grupos para hablar de la movilidad del futuro. Pronto aparecen las primeras discusiones.
Sorpresa y entusiasmo marcan el inicio del debate. Acaban de echar un vistazo a algunas de las noticias y reportajes publicados en el último año por D+I y descubren que el "futuro lejano" que imaginaban está más cerca de lo que creían.
De repente, la clase echa a 'volar'. Coches circulando por el cielo, drones que te traen el pedido de Amazon a tu balcón… E incluso las alumnas que suelen caracterizarse por tener los pies en el suelo, dan rienda suelta a su imaginación: ¿trenes sin conductor? ¿carreteras inteligentes? Sí, será posible. Es posible, de hecho.
Pero comienza el debate y los pros y los contras, las ventajas y los inconvenientes empiezan a aflorar. No todo el mundo se sentiría "a salvo" sobre un taxi sin conductor o a bordo de un coche que constantemente le está transmitiendo sus datos al vehículo de delante.
Veamos primero algunas de las ventajas de la movilidad 4.0, vistas desde los pupitres de una clase de ESO.
"Proponemos que los centros educativos acerquen a niñas a proyectos que se consideran masculinos y a niños a proyectos que se consideran femeninos"
"El transporte inteligente reduciría los tiempos de desplazamiento debido al aumento de la eficacia de los vehículos, a la reducción del tráfico y a una mejor gestión", señala el grupo de Luna, Wesal, Carla y Nerea.
Y añaden: "La información que proporciona cada vehículo permitiría una mejor organización a través del Big Data. Ya no hablamos de coches independientes, sino de predecir cuáles son las mejores vías por las que desplazarse".
El grupo de Estela, Milena, Leire y Marcos, por su parte, cree que "los avances en movilidad ayudarán en la vida a todos los ciudadanos en general, aunque creemos que facilitará la vida especialmente a personas con movilidad reducida y les dará más independencia".
Otros grupos señalan que puede ser "una buena oportunidad para reducir el impacto medioambiental que tienen los vehículos de hoy en día". Están convencidos, en definitiva, de que "tal potencial tecnológico nos debería dar información y ayudar a reducir los gases de efecto invernadero".
El grupo de Miguel, Adrián, Iván, Yago y Sergio siente mucha "preocupación" por el tema de la dependencia tecnológica y señalan que "ya no quedan muchos espacios donde uno se mantenga alejado de la tecnología". En general, muchos se sienten inseguros porque no saben cuánta de su información personal quedará expuesta.
De momento, el papel de las alumnas y alumnos es seguir estudiando y prepararse para un futuro cambiante.
El colegio Santa Gema Galgani les ofrece un amplio abanico de posibilidades. Según los responsables del centro, proyectos como Computational Thinking o Design Thinking que fomentan el pensamiento crítico y computacional, el pensamiento lateral o la resolución de problemas a través de la innovación.
Y todo ello desde una perspectiva de género que contribuirá a que estas alumnas que hoy, lamentablemente, consideran ciertas actitudes como normales, puedan verlas en un futuro sólo como ese tráfico pesado que ralentizó el transcurso de la Historia.