La falta de material sanitario y equipos de protección homologados en la fase inicial de la irrupción de la Covid-19 en marzo de 2020 causó estragos en el ámbito personal y sistémico. Esto produjo una merma de la capacidad del sistema sanitario para hacer frente a la primera ola de la pandemia, hasta el punto de llegar a colapsar las capacidades de muchos países.
Fue entonces cuando Laura Lozano y Héctor M. Morell, fundadores de la startup Chargy (pionera en el mercado al ofrecer un canal de marketing a través de la carga móvil) detectaron la oportunidad de ayudar a las administraciones públicas y grandes empresas a conseguir equipos de protección individual (EPI) en otros países, negociar las mejores tarifas y traer la demanda a España, en concreto, en el menor tiempo posible.
“Los comienzos no fueron fáciles, no teníamos recursos, credibilidad, ni contactos, tan solo muchas ganas de ayudar”, confiesa Laura Lozano, que recuerda haber contactado por teléfono y correo electrónico con decenas de empresas y administraciones cada semana, sin recibir apenas respuestas.
Sin embargo, añade Lozano, “en mayo de 2020, una buena amiga nos presentó al presidente de una gran compañía que necesitaba urgentemente conseguir material sanitario y nos solicitó ayuda depositando toda su confianza en nosotros”.
Alcanzaron su objetivo en tiempo récord, realizaron su primera gran operación internacional y materializaron lo que hoy es Skirion Enterprises, compañía que, casi un año de vida después, aseguran que factura más de 300.000 euros al mes.
Farmacéuticas, aseguradoras... y hasta administraciones públicas
Entre sus principales clientes se encuentran diferentes cooperativas farmacéuticas, aseguradoras, clínicas, así como grandes empresas privadas, nacionales e internacionales o las ya citadas administraciones públicas.
“Llevamos a cabo diferentes servicios, entre los que destacan la identificación de nuevas oportunidades de negocio, la distribución comercial, la gestión logística, la consultoría especializada y la importación y exportación de distintos productos”, explica Héctor M. Morell, cofundador de Skirion.
El peculiar nombre de esta startup proviene del griego antiguo y hace referencia a Coro, uno de los dioses de la mitología griega relacionado con los puntos cardinales desde los que llegaban sus respectivos vientos, sucediéndose las estaciones y estados meteorológicos.
En este momento, la empresa cuenta con destacados clientes en Portugal y Alemania, como principales países a los que exportan material para la lucha contra el virus, aunque apuntan a nuevas negociaciones en Latinoamérica y una ampliación de la tipología de productos.
“El proceso es muy sencillo y a estas alturas lo tenemos ya todo automatizado. Una vez que la mercancía solicitada previamente por nuestros clientes entra en el almacén, se les notifica, y de inmediato recibimos las órdenes de compra. Acto seguido preparamos cada uno de los pedidos, que intentamos servir en un plazo máximo de 24 o 48 horas”, cuenta Héctor, quien ostenta una dilatada experiencia con más de 20 años en este sector y se encarga de la relación con los proveedores o de la gestión de las operaciones internacionales, de almacén y la distribución.
Laura Lozano, por su parte, está detrás de la estrategia, comercialización de los productos y servicios, así como de la búsqueda de nuevos clientes. Les acompaña toda una red de profesionales con gran experiencia en finanzas, logística, almacenaje, transporte, etc que cubren todas las áreas operativas de la empresa.
El proyecto de Chargy
En este periplo, cabe preguntarse dónde queda Chargy. En palabras de Laura Lozano, la situación socio sanitaria ha azotado con fuerza los principales sectores a los que se dirigía esta startup de dispositivos de carga inteligente.
“Estos últimos meses nos hemos centrado en desarrollar nuevos productos y servicios orientados a los sectores menos golpeados por la crisis económica. Actualmente, estamos ejecutando un ambicioso plan para expandir nuestra innovadora tecnología por todo el territorio nacional gracias a las sinergias que estamos realizando con importantes partners”, argumenta Lozano, que asegura cómo el teletrabajo también ha facilitado la compatibilización de ambos proyectos.
Entre los próximos pasos que contempla Skirion, se encuentra adentrarse en el sector inmobiliario, realizando sus primeras inversiones. Otro hito en su primer año corresponde al incremento mensual de la facturación desde que cerraron su primera operación, que a su vez apunta a que alcanzarán la cifra de los dos millones de euros los próximos meses.
“Siempre que la situación sanitaria esté controlada, no se produzca un fuerte rebrote del coronavirus a nivel global y la economía empiece a remontar, Skirion tiene pensado diversificar su actividad destinando capital en diferentes ámbitos, como el Real Estate o el turístico”, aventura Héctor M. Morell.
Los responsables de la empresa creen que ambos sectores tendrán importantes perspectivas de crecimiento a lo largo de los próximos doce o dieciocho meses, a medida que la gran mayoría de la población vaya recibiendo la vacuna, y vayamos recuperando la normalidad pre-pandemia.