Hay lugares que dicen mucho de lo que sucede en ellos. La aceleradora Órbita es uno de esos emplazamientos en que cada pieza encaja perfectamente en un engranaje diseñado con precisión y donde cada eslabón de la cadena tiene su razón de ser.
D+I visita su sede, ubicada en la ciudad de Castellón, en los momentos previos a la apertura de su sexto programa de aceleración. Son momentos de ajetreo, de preparativos... El listón está alto -Órbita fue reconocida el año pasado por FUNCAS como la mejor aceleradora del país- y el ecosistema emprendedor español atraviesa un momento crucial. Toca acelerar y no caer en la autocomplacencia.
Castellón es tierra de emprendedores, empresas que nacieron en su día vinculadas a la producción citrícola y la industria cerámica que han llevado el nombre de la provincia por todo el mundo y que ahora, en la era de la tecnología, la innovación y la disrupción, continúan librando la batalla por no perder su posicionamiento.
Castellón, tierra de emprendedores
Y aquí la labor de su aceleradora "boutique" -como a ellos les gusta definirse- está jugando un papel determinante para adecuar su tejido productivo a la nueva economía digital que ha llegado para quedarse.
Según la RAE, la segunda acepción de 'boutique' hace referencia a una "tienda de productos selectos", y no debe estar mal escogido el adjetivo para definir qué sucede en el universo que Órbita ha construido en solo cinco años.
Nada más que diez empresas pasan por sus aulas de mentoría y formación cada año y, de ellas, cinco se reparten 100.000 euros en premios. Pero el capital más valioso de Órbita no es el monetario, sino un intangible mucho más cotizado en la actualidad: su valor humano.
Y es que alrededor de su programa de aceleración, que dura cinco meses, se ha ido construyendo una red de empresas, inversores y mentores que se retroalimenta y donde la relación es bidireccional.
"Hay un vínculo muy importante entre Órbita y sus startups que nos ha convertido en casi una familia. Las empresas nos piden mentores, asesoramiento por parte de algún empresario que ya pasó por aquí... es un universo muy bidireccional que no acaba cuando finaliza el programa, esa relación tan especial perdura en el tiempo", explica a D+I Marta Palomar, directora de la aceleradora.
Bien sabe lo que significan estas palabras Fran Villalba, CEO de Internxt, uno de los valores en alza del emprendimiento de la Comunidad Valenciana que pasó por el Programa Órbita.
Su servicio de almacenamiento en la nube atraviesa se está posicionando en el sector tecnológico con fuerza gracias a una propuesta disruptora que ya cuenta con el apoyo de Wayra, Srinivasan, Angels, Esade Ban o The Venture City, entre otros.
"Órbita nos ayudó muchísimo en un momento en que estábamos empezando. Nos conectó con los mentores adecuados para aprender a minimizar errores. Estamos muy agradecidos porque fue un conocimiento que ha contribuido mucho para llegar donde estamos ahora", reconoce Fran Villalba a D+I con orgullo.
Órbita nos conectó con los mentores adecuados para aprender a minimizar errores
Desde su creación en 2019, Internxt se ha posicionado como una de las startups con mayor proyección internacional en el ámbito tecnológico y del sector de la ciberseguridad con el lanzamiento de sus servicios Internxt Drive, Send y Photos, que permiten a los usuarios almacenar y compartir sus documentos y fotografías en la nube de forma encriptada, protegiendo así sus datos.
Atención muy personalidad, feedback constante y un reducidísimo número de empresas aceleradas cada año -aplican más de cien en cada convocatoria y solo diez realizan finalmente el programa- son atractivos más que suficientes para que mentores de reconocido prestigio quieran cada año forma parte de la familia Órbita.
Reconocidos mentores de prestigio
José Carlos Cortizo, Jesús Alonso Gallo, Fares Kameli, Mathieu Carenzo, Tom Horsey o Juanma Varo son mentores habituales que prestan sus conocimientos a las aceleradas en Órbita y que contribuyen el enriquecimiento del ecosistema.
"Es de agradecer que estos expertos están encantados en colaborar con nosotros, hay algo mágico en estas aulas, se crea una relación tan especial que siempre están dispuestos a echarnos una mano, a ayudar a una empresa...", relata Paloma Delgado, responsable de Comunicación y Marketing en Órbita.
Francho García ha experimentado en primera persona esa aura de creatividad y colaboración a la que se refiere Paloma. El CEO de Arkadia Space también pasó en su día por el programa de aceleración de CEEI Castellón y recuerda aquel momento como uno de los más determinantes para su proyecto.
"Éramos la típica empresa del sector aeroespacial formada por ingenieros, más enamorados y pendientes de la solución que del problema y del mercado. Su programa fue clave. Nos abrieron la mente y nos ayudaron a pensar de una forma muchísimo más comercial", afirma Francho García.
[Los motores a propulsión 'made in Spain' que utilizará el 'camión de la basura' espacial]
Arkadia Space es uno de los nombres propios en nuestro país en el campo de la logística espacial a propulsión en el espacio, un área mucho menos desarrollada que la tecnología para poner a los cohetes y vehículos espaciales en órbita, donde destaca la también valenciana PLD Space.
Y es que tras el lanzamiento, una vez allí arriba, se continúan utilizando sistemas propulsivos de hace cincuenta años para que estas unidades se muevan por el espacio.
Éramos la típica empresa del sector aeroespacial, más enamorados de la solución que del problema y del mercado
"El programa también nos puso en contacto con el ecosistema emprendedor de Castellón y con la red de inversores, otro de sus puntos fuertes", añade el responsable de la startup que está contribuyendo, desde el aeropuerto de Castellón donde tiene instalada su base de operaciones, a construir el futuro sector aeroespacial español.
En este sentido, cabe destacar que Órbita cuenta con un Club de Inversores que, como mínimo, invierte cada año en uno de los diez proyectos acelerados.
Club de Inversores
"El año pasado fueron exactamente dos empresas donde invirtió el Club de Inversores como entidad. Además, a título particular, los inversores contribuyen con su capital a participar en aquellos proyectos que ellos consideren. La proximidad, cercanía, bidireccionalidad que hay desde el minuto uno en el programa propicia, precisamente, este hecho", puntualiza Marta Palomar.
El Club de Inversión está conformado por inversores locales privados, inversores profesionales y empresarios que quieren invertir en startups. En tierra de emprendedores, cada nuevo proyecto puede ser la génesis de uno posterior. Bien lo saben en Castellón y lo atestiguan cada uno de los actores protagonistas que cada día construyen Órbita.