Ayer, segundo día de South Summit, no cabía ni un alfiler dentro de La Nave. Casi literalmente. Desde primera hora los pasillos estaban a rebosar, caminar por ellos con cierta agilidad era casi misión imposible y a media mañana quienes conseguían un hueco en las zonas de descanso eran observados con envidia y admiración por el resto.
El café, por cierto, se convirtió en el reconstituyente más deseado. Por las largas colas para hacerse con uno y por la intensidad de la jornada. Quien se trajo su botella de casa –como aconsejaban los organizadores en las sucesivas convocatorias, en un guiño a un consumo más sostenible para eliminar las botellas de plástico– al menos pudo saciar su sed con agua de los dispensadores repartidos por casi cualquier rincón.
El barullo no paraba dentro de La Nave. La ocasión lo merecía. South Summit es el mayor evento dedicado a las startups que se celebra en nuestro país y que cada año atrae más la atención fuera de nuestras fronteras. De hecho, en la sala de prensa, el castellano se mezclaba con el inglés, el italiano o el francés. Síntoma de que este encuentro se puede calificar ya de internacional.
Una de las intervenciones que más interés político despertó entre la audiencia ha sido la del candidato del Partido Popular a presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo. Se subía al escenario principal, el Arena Stage, unos minutos antes del mediodía tras la presentación de la maestra de ceremonias que, como nativa inglesa, tuvo que hacer un esfuerzo por pronunciar sus apellidos ante las sonrisas de la audiencia.
Núñez Feijóo no intervino solo. Lo hacía acompañado de María Benjumea, fundadora y presidenta de South Summit, quien le dio la palabra sin demasiados prolegómenos. La puesta en escena parecía una presentación formal del presidenciable ante un ecosistema de empresas que nada tiene que ver con el tradicional. Ha querido dejar las cosas claras desde ya: “No van a oír ningún tipo de descalificativo hacia las personas que emprenden, innovan y arriesgan. Respeto a aquellos que salen de la zona de confort, yo lo he hecho algunas veces y siempre tiene sus líos”, ha manifestado Núñez Feijóo.
A partir de ahí, todo han sido alabanzas hacia las startups, adelantando que “no vengo a darles lecciones” sino a “acreditar su seguridad jurídica”, haciendo entrever sus intenciones ante su posible victoria en las elecciones del 23J. Momento en que Benjumea aprovecha para volver a hacer un guiño a la Ley de Startups, que ocupó gran parte del discurso de la primera jornada de este encuentro, poniendo de relevancia “lo bien que hemos trabajado todos juntos y cómo seguimos avanzando en un ecosistema que tiene mucho recorrido”.
En este momento de precampaña electoral inesperada en nuestro país, Núñez Feijóo no ha desperdiciado la ocasión para poner sobre la mesa cuáles son sus intenciones con relación a las empresas emergentes y a su regulación: “Agilizar el desarrollo normativo de la ley, buscar marcos fiscales para reducir el impacto –reducción o eliminación de impuestos por un tiempo– y crear un foro de empresas emergentes”, ha enumerado.
Algo que, la secretaria de Estado para la Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, le ha recordado desde su cuenta de Twitter que “ya está creado en la Ley de Startups y cuya consulta pública terminó en octubre de 2022”.
Disputas políticas aparte, South Summit llegaba al ecuador de esta jornada cogiendo aire y con los pasillos algo más despejados, aunque sin cesar su actividad. La alta ocupación en el interior de La Nave se trasladaba a los espacios exteriores, con food trucks donde los asistentes cogían fuerzas mientras seguían creando conexiones o en espacios improvisados donde celebrar una reunión -o hacer una entrevista-.
Lo mejor de la segunda jornada de South Summit, como es habitual, el ambiente desenfadado, pero frenético y enriquecedor. Lo peor: la lluvia, que por primera vez ha hecho acto de presencia en esta décima primera edición, pero que no ha conseguido aguarles la fiesta. Tampoco las peleas en la arena política.