Borja Sánchez, consejero de Innovación de Asturias: "No confundamos especialización con monocultivo"
El responsable de Ciencia, Innovación y Universidad remarca que "una región debe basarse en sus fortalezas para saber en qué sectores se especializa, sean dos o una docena".
21 febrero, 2023 02:37Borja Sánchez, consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, ha sido uno de los integrantes del gobierno del Principado de Asturias con mayor visibilidad en la legislatura de la transformación digital.
Palabras como "especialización", "colaboración" e "inclusión" tiñen su discurso de un tono optimista de cara al futuro.
Hablar de Asturias en clave I+D+i es hacerlo de una región pequeña, pero con muchos frentes abiertos con mayor o menor grado de implantación (conectividad, computación, tecnología militar, biotecnología, industria 4.0…). ¿Qué es ahora mismo para usted Asturias en el contexto de España en materia de innovación, tecnología, investigación y ciencia?
Para poner al Principado de Asturias en el contexto de España en términos de política científica, es obligatorio realizar primero una somera revisión de las reformas de los últimos tres años y medio. La creación de la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad trajo consigo el despliegue de un nuevo sistema de gobernanza regional de la ciencia y de la innovación, bajo la premisa de que ambas son la principal fuente de crecimiento y bienestar de nuestras economías.
Las dos son, por tanto, necesarias para ir construyendo un nuevo sistema productivo más digital, sostenible e inclusivo, pilares fundamentales para nuestro proyecto de región tras las continuas reconversiones que hemos sufrido desde los años 80 del pasado siglo.
Mientras se afianzaba esta gobernanza, hemos acometido la creación de un instrumento administrativo que nos permita gestionar la I+D y la innovación de una forma integral. Este instrumento es la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación, que aúna el paradigma de la promoción económica y de la innovación, con la convicción de que, además del necesario avance en la generación de conocimiento científico, sólo conseguiremos que la I+D tenga un impacto económico positivo si se realiza una transferencia exitosa de sus resultados a través de nuevos productos, procesos y servicios innovadores.
Simultáneamente a la implantación de la nueva gobernanza y de las herramientas administrativas, hemos definido la participación de Asturias en el marco de la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación. Y lo hemos plasmado en nuestra Estrategia de Especialización Inteligente.
Sabemos que Asturias, respecto a España, ocupa un lugar destacado en materia agroalimentaria, energías renovables -notablemente hidrógeno verde-, en la implantación de una industria sostenible, digital y resiliente y en envejecimiento saludable.
Paralelamente, estamos tratando de introducir la cadena de valor de la innovación en el ámbito de los patrimonios (gastronómico, geológico, biodiversidad, cultural…). Para ello hemos desarrollado herramientas transversales, que tiren y conecten estos sectores entre ellos, como son la inteligencia artificial y el sector de la defensa. También estamos redefiniendo el papel del centro tecnológico, a través de un proceso de licitación pública, para que sea esa interfaz en el que la investigación aplicada acaba en innovación, que acompaña y favorece el crecimiento y competitividad empresarial y que cataliza la creación de nuevas empresas innovadoras de base tecnológica.
¿Es de la opinión que una región debe especializarse y ser referente a nivel nacional o incluso europeo en un sector concreto y atraer así a talento de fuera o que es mejor que sea multidisciplinar para primar la generación de oportunidades en el propio territorio?
Por supuesto, pero no debemos confundir especialización con monocultivo. Una región debe basarse en sus fortalezas para definir en qué sectores debe especializarse, sean dos o una docena. Y para ello es necesario hacer un análisis comparativo de las cadenas de valor presentes en cada región en cada sector de actividad.
En el caso de Asturias ese análisis dio como resultado los cinco sectores definidos anteriormente, para los que nuestra región presenta ventajas competitivas con respecto al resto de regiones de la UE27, como capacidad de arrastre, presencia exterior, capacidad tecnológica etc. Simultáneamente, hay otros sectores que no van a especializar a una región pero que debemos hacer, como son la digitalización, la economía del dato y el uso de energías renovables.
Una vez identificados los ámbitos de especialización, lo más importante es conseguir que se comuniquen, que haya zonas de solapamiento. Es ahí donde surgen las nuevas posibilidades.
Por poner un ejemplo que me toca muy de cerca, en la interfaz entre el sector agroalimentario y el de la biomedicina nos encontramos las nuevas aplicaciones de la microbiota y su biotecnología, sector que en la actualidad es muy intensivo en I+D y donde no me cabe duda que Asturias será un referente a nivel mundial a medida que se vayan incorporando las diferentes innovaciones al mercado.
¿Quién es quién en la I+D+i asturiana? ¿Cómo se organiza el sistema público-privado que está detrás de cualquier proyecto relacionado con la innovación, la tecnología y la investigación?
Podemos vislumbrar dos grandes bloques. Por un lado, tenemos a las entidades que gestionan la financiación, como son la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad y la futura Agencia, que estimamos pueda ser una realidad antes de la cita electoral del 28 de mayo. Por otro lado, tenemos toda una serie de organismos que ayudan en la gestión de los programas de I+D y de innovación, como son FICYT, el CEEI o la SRP. Es importante resaltar que, al nacer como medio propio, la Agencia podrá aceptar encargos para gestionar programas de I+D o de innovación de otras consejerías sectoriales.
Por otro lado, tenemos a los organismos beneficiarios. Por ordenarlos de alguna forma, están aquellas instituciones más próximas al lado de la oferta que suelen operar en niveles de maduración tecnológica más bajos y generan conocimiento científico tecnológico, como pueda ser la Universidad de Oviedo, el SERIDA o el CSIC. Del lado de la demanda nos encontramos los centros de I+D de grandes empresas o las propias pymes innovadoras, interesadas en niveles de maduración tecnológica mucho más elevados.
A mayores, tenemos diversos programas como el de misiones científicas, el de creación de centros de I+D privados o las primas proof-of-concept que incentivan la colaboración entre agentes públicos y privados.
Aunque está en diferentes frentes, el gobierno de Asturias parece muy pendiente de la conectividad y la dinamización de zonas rurales. ¿De dónde venimos y hacia dónde vamos en este sentido? ¿Algún proyecto que estén preparando?
Cabe destacar que, a pesar de los datos que arroja el INE y pese al mantra que escuchamos continuamente en determinadas opciones políticas y en ciertas organizaciones, Asturias cuenta ya con una economía altamente innovadora en comparación al resto de CCAA. Así, Eurostat reporta que el sector de la alta tecnología ya representa en nuestra región valores muy próximos al 4% tanto en términos de empleo como de PIB, solo por detrás de Madrid, Cataluña y País Vasco.
Para nosotros es necesario seguir avanzando en esta línea, pero también es muy importante que los avances se hagan de forma inclusiva, evitando que nadie se nos quede atrás e intentando disminuir las diferentes brechas en el ámbito digital, como la de género, la territorial o la debida a la elevada edad media de nuestra población. Y nos preocupa que la banda ancha llegue a cualquier territorio de la geografía asturiana.
"Con respecto a España, Asturias ocupa un lugar destacado en agroalimentación, hidrógeno verde, industria 4.0 y envejecimiento saludable".
Lo que hemos planteado estos tres años es una apuesta por conseguir financiación para los diferentes planes de extensión de la banda ancha puestos en marcha por el Ministerio de Economía: unos 60 millones de euros desde nuestra llegada al gobierno. Es todo un hito porque no olvidemos que Asturias es la región orográficamente más irregular de España.
Respecto a la dinamización del mundo rural, hemos planteado una conversión de nuestros centros de dinamización tecnológica local en laboratorios de innovación social. Tenemos al menos uno en cada concejo con menos de 20.000 habitantes, que es la inmensa realidad municipal de Asturias.
Es notable que su modelo de financiación ha pasado de una asignación fija basada en transferencias nominativas, a un proceso de concurrencia competitiva donde deben presentar proyectos y donde ahora pueden incluir la financiación de actividades de ciencia ciudadana, divulgación, etc.
Y, por último, es inminente la puesta en marcha de una campaña para la captación de nómadas digitales y de teletrabajadores, daremos más noticias en el próximo Mobile World Congress.
El informe ('La I+D+i en Asturias: una primera aproximación a la situación de la región en el contexto nacional y europeo') situaba a la región por encima de la media nacional en talento propio pero necesitada de inversión privada. ¿A qué se debe esa situación?
Cuando llegamos al gobierno y se creó la Consejería de Ciencia -partiendo de cero- tuvimos muy claro que debíamos identificar nuestra situación de partida. Sólo conociendo dónde estás, puedes definir a dónde llegar y cómo mejorar y progresar. Así, creamos una Cátedra de Innovación con la Universidad de Oviedo, cuya ambición es que acabe evolucionando hacia un observatorio para la evaluación de nuestra política pública en materia de ciencia e innovación.
Este informe que menciona es un ejemplo de lo que el grupo de la Universidad de Oviedo con quien establecimos esta cátedra, RegioLab, es capaz de producir, y que nos es de gran valía a la hora de definir y orientar nuestros programas.
La aparente falta de inversión privada no se debía a que las empresas inviertan poco, ya que la intensidad de inversión de nuestras empresas es superior a la media, era debido a la existencia de pocas empresas que invirtieran. Digo era, y digo bien, porque el número de pymes que acceden a diferentes programas de I+D o de innovación supera largamente las 500 y los centros de I+D asociados a centros de producción de grandes multinacionales ha pasado de dos a doce.
Es cuestión de tiempo y hay que seguir en esta línea. A medida que haya más centros inversores en nuestra región, públicos y privados, habrá más oportunidades para la atracción y retención de talento, y cada vez será mayor el porcentaje de nuestro PIB regional que se invierte en I+D.
Hábleme de iniciativas como la Milla del Conocimiento de Gijón o el Barrio de la Innovación de Oviedo. ¿Cómo pueden favorecer ecosistemas como estos al futuro disruptor de Asturias?
Crear una consejería permitió a mi equipo observar cómo cada territorio de Asturias presenta sus fortalezas. Gijón tiene la Milla del Conocimiento Margarita Salas, en torno al Parque Científico Tecnológico y la Universidad de Oviedo, donde se factura el 7% del PIB regional, y cuya ampliación está en tramitación urbanística.
Avilés ha sabido aunar su potencial industrial con la instalación de centros de I+D de multinacionales y también cuenta con un plan para ampliar los terrenos donde se puedan instalar muchas más empresas innovadoras alrededor de la ría.
Oviedo tiene actualmente dos proyectos muy importantes, transformar la antigua fábrica de armas e incorporar actividades innovadoras en torno a la biomedicina, y desarrollar la ampliación del campus universitario de El Cristo en los terrenos del antiguo hospital central de Asturias. Otros concejos como Siero, Llanera o Mieres, cuentan con numerosas empresas innovadoras y, de hecho, ya tenemos empresas en 20 de los 78 concejos asturianos que solicitan proyectos de I+D.
Desde lo público, impulsaremos un polo de innovación en el concejo de Navia, aprovechando las fortalezas industriales y la presencia de grandes multinacionales, que marcan la actividad no solo del concejo, sino de buena parte del occidente asturiano.
A mayores, daremos una segunda vida al Pozo Carrio, donde antiguamente se extraía carbón, y donde desarrollaremos un centro de innovación agroalimentario.
No pararemos aquí, nuestra intención es que, allí donde se pueda desplegar una actividad innovadora, lo haga, y sobre todo que se conecte con el contexto asturiano. Sabemos que esto crea empleo cualificado, empleo indirecto e inducido, y esta es una de las bases de nuestro proyecto de Asturias.
"Hemos dedicado 60 millones de euros a extensión de banda ancha. Es un hito, puesto que Asturias es la región orográficamente más irregular de España".
Asturias tiene interesantes alianzas tecnológicas en materia de energía eólica marina con regiones cono Cantabria, Galicia o Baleares. ¿Hay abiertas otras alianzas con otras regiones españolas?
Nuestra principal colaboración con otras regiones españolas se realiza a través del programa de Planes Complementarios de I+D+i, desplegado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, con financiación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y cofinanciado por los gobiernos regionales. En cada programa participamos varias comunidades autónomas. Por ejemplo, en el del hidrógeno renovable, estamos con País Vasco, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Comunidad Foral de Navarra, Extremadura y Comunidad de Madrid, así como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Cada uno tenemos unas líneas de actuación precisas, y unos hitos a cumplir. En nuestro caso, el Principado actuará en líneas ligadas especialmente a la generación de hidrógeno verde a baja temperatura y a su uso industrial. Como proyecto singular, el programa incluye el desarrollo de una planta piloto industrial para la realización de pruebas y la investigación sobre el hidrógeno verde en la reducción de emisiones de CO2.
En otro de los planes, el de agroalimentación, participamos mediante la creación de un Hub Agroalimentario para fomentar y potenciar las actividades de investigación, innovación y transferencia a lo largo de la cadena de valor agroalimentaria en las condiciones productivas de la Cornisa Cantábrica, con actividades como la creación de una red de Granjas Demostrativas a modo de living labs o la potenciación de nuevos usos de las zonas de abandono de la minería del carbón.
Por último, participamos también en el programa de Biodiversidad, con el objetivo de posicionar Asturias como una región-observatorio del efecto del cambio climático en sus diferentes ecosistemas.
Se está viendo en los últimos tiempos un incremento de iniciativas regionales encaminadas a impulsar la tecnología militar y Asturias está también ahí. ¿Qué está sucediendo para que estén aflorando tantos ecosistemas dentro de este sector?
En el caso de Asturias, el impulso a la tecnología militar es un ejemplo de cómo pueden capitalizarse conexiones entre los diferentes ámbitos de especialización. Me explico. Hace algo más de dos años recibí una carta de la secretaria de Estado de Defensa, en aquellos momentos Doña Esperanza Casteleiro Llamazares, donde se me informaba de la publicación de la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa (ETID-2020). En dicha carta se me solicitaba que considerase dicha estrategia para el desarrollo de nuestra propia Estrategia de Especialización Inteligente (S3), con el fin de contemplar vínculos de cooperación entre ambas estrategias.
Este trabajo permitió identificar y desarrollar un polo de innovación empresarial que vio la luz hace escasamente un año. Nació así una asociación empresarial con marcado carácter tecnológico, que ya ha firmado un convenio con TEDAE, compuesta por más de una treintena de empresas, que cuenta actualmente con numerosos proyectos en cartera, una asociación que nos permite además traccionar la innovación en cuatro de los cinco ámbitos de nuestra S3.
Sabemos que la industria de la defensa representa un sector económico emergente en nuestra comunidad autónoma.
Así, ya somos tecnológicamente fuertes en desarrollos que tienen aplicación a distintos ámbitos de la mencionada industria, y nuestras compañías suman más de 2.200 empleos, con una facturación que supone el 15% del PIB regional.
¿Pase lo que pase en las elecciones del próximo mes de mayo es optimista en relación con que la región continúe con las estrategias ya iniciadas?
Seré claro: el futuro y el proyecto de Asturias pasa por el despliegue de una política científica y de innovación modernas, y esto necesita una gobernanza y herramientas administrativas adecuadas. Ya lo tenemos, y tendremos recursos crecientes para atender la también creciente demanda de proyectos e iniciativas. Esta es la vía para el fomento de ecosistemas innovadores que atraigan talento e inversiones, que permitan la creación de nuevas empresas, la diversificación económica y la instalación nuevos grupos de investigación; entre otras cosas.
Estas estrategias son un elemento fundamental para seguir construyendo la Asturias del futuro, más verde, más digital y más inclusiva, para seguir impulsando al Principado como región para vivir, para trabajar, para visitar, longeva, inclusiva, diversa, industrial, digital y sostenible. Insisto en el mensaje: ciencia e innovación son la única garantía para conservar nuestro estado del bienestar, no son políticas optativas, no sería nada inteligente no continuar por esta senda estratégica que hemos iniciado en esta legislatura.