Un nuevo actor ha entrado con fuerza en la carrera geoestratégica de la economía digital. Singapur, la economía más competitiva del mundo según el ránking del International Institute for Management Development (IMD), mueve fichas para convertirse en un hub global de servicios y tecnología digitales. En última instancia, paso a paso, este país estaría conformando una gran alianza de naciones digitales alternativas a la hegemonía digital de China y Estados Unidos.
Así, en junio del año pasado se firmó el primer Digital Economy Partnership Agreement, o DEPA (acuerdo de colaboración para la economía digital) entre Chile, Nueva Zelanda y Singapur. Es el primer acuerdo comercial exclusivamente digital del mundo e incluye otros aspectos novedosos para un tratado comercial, como por ejemplo acuerdos en materia de inclusión digital.
Pero sobre todo, lo más llamativo del DEPA es que presenta una configuración flexible, en forma de módulos o ‘bloques de construcción’. Desde su nacimiento, se concibió como una alianza abierta a la que podrán sumarse nuevos miembros. Estos podrán adherirse en su totalidad o bien escoger aquellos módulos que estimen más convenientes. Como parte del acuerdo, los países pueden decidir asimismo aplicar esos apartados en sus respectivas políticas digitales domésticas.
Un acuerdo 'emprendedor'
Concretamente, el DEPA consta de módulos para la agilización comercial, la confianza empresarial y del consumidor, la identidad digital, la identificación de tendencias y tecnologías emergentes, la cooperación con pequeñas y medianas empresas, la inclusión digital, la transparencia, y hasta un mecanismo de mediación o resolución de disputas.
El contenido de algunos de ellos es todavía provisional o poco conciso, a la espera de que se desarrollen los respectivos marcos regulatorios. Otros, como el de agilización, permite ya que toda la documentación comercial se registre online.
El DEPA incluye el libre flujo de datos entre los países y el compromiso de que “cooperen” (sin entrar en mucho más detalle) en ciberseguridad. Se trata, en definitiva, de un intento de crear entornos armonizados para la economía digital, que permitan a las pymes digitales internacionalizarse y crecer más rápidamente. Entre las cuestiones que excluye, destaca la fiscalidad.
Australia, Corea del Sur… ¿y después?
Por otro lado, en agosto de 2020 Singapur firmó otro acuerdo digital (DEA) con Australia, que entró en vigor el 8 de diciembre. Esta alianza reemplazó el capítulo sobre comercio electrónico que incluía el acuerdo de libre comercio entre ambos países.
El nuevo texto incluye disposiciones relativas a la creación de un entorno online seguro, la cooperación en materias de Competencia, cláusulas sobre cables de telecomunicaciones submarinos y una serie de memorandos de entendimiento sobre inteligencia artificial, uso de datos o identidad digital.
En la actualidad, Singapur se encuentra en negociaciones para cerrar una alianza similar con Corea del Sur. “El acuerdo busca profundizar la cooperación bilateral en áreas digitales emergentes, como la protección de datos personales y los flujos de datos transfronterizos, las identidades digitales, fintech o la gobernanza de la inteligencia artificial. También tiene como objetivo apoyar y fomentar una mayor colaboración entre las pymes de ambos países en la economía digital”, exponía el comunicado conjunto publicado por estos dos países en junio.
Salto a otros continentes
Las alianzas con Nueva Zelanda, Australia y, próximamente, Corea del Sur, convierten a Singapur en el gran nodo tecnológico, de facto, de la región Asia-Pacífico. “Estos acuerdos tienen como objetivo abordar los desafíos [de la economía digital] para permitir que nuestras empresas, incluidas las pymes, se conecten internacionalmente con socios en el extranjero”, señala el Ministerio de Comercio e Industria de Singapur.
En paralelo, para ganar fortaleza global, Singapur busca socios en otros husos horarios. Es el caso de Chile, antes mencionado, así como de Reino Unido, aún en conversaciones.
Según anunciaron Londres y Singapur a través de otro comunicado, en diciembre, el DEA entre estos países podría ver la luz la próxima primavera. “El acuerdo promoverá el libre flujo de datos entre ambos países, manteniendo altos niveles de protección de datos personales. También promoverá sistemas digitales interoperables para conectar nuestros prósperos ecosistemas de innovación, aprovechar la interacción entre los servicios financieros y la economía digital, y ayudar a dar forma a los estándares globales para una regulación efectiva en áreas clave como la seguridad cibernética y la tecnología emergente”, apuntaba este comunicado.
Por otra parte, a partir de este acuerdo Singapur y Reino Unido esperan consensuar sus posiciones en los foros multilaterales, como los que organiza la Organización Mundial del Comercio.
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