La diferencia es notable. Mientras que en el mundo más desarrollado la conectividad se ha estancado, en regiones como Asia y América Latina no deja de crecer. El informe anual de GSMA, el consorcio que une a las operadoras de todo el mundo, expone datos interesantes de cómo la pandemia ha impulsado el uso y adopción de redes móviles en la región.
El 93% de la población ya tiene acceso a red de banda ancha a través del móvil, pero solo lo usa un 75% de la misma (360 millones de personas). Esto significa que el margen de crecimiento es todavía grande. Se prevé que 60 millones de personas comiencen a usar internet móvil de aquí a 2025. La mitad de los mismos, 30 millones provendrán de Brasil y México.
Por países, Brasil, México, Colombia, Argentina y Perú son los que cuentan con un mayor número de usuarios. Se espera que Brasil llegue a los 175 millones de usuarios en 2025, mientras que México y Colombia tendrán 92 y 54 respectivamente.
La previsión de consumo pasará de 4,7 gigas de datos al mes por suscriptor en 2019, a los 23,9 que se estiman de consumo medio mensual en 2025.
La pandemia, además, ha acentuado esta tendencia con un uso más intensivo. En consecuencia, en 2020, el tráfico móvil aumentó un 25%.
5G, impulso hasta 2025
El 5G se ha convertido en el gran vector de adopción, con 15 millones de conexiones usando esta tecnología de última generación. Aunque se cifran en 360 millones de personas las que tienen acceso, son más de 440 millones los suscriptores. Es decir, algunas conexiones pertenecen a un mismo usuario. Una tendencia más habitual en el mundo desarrollado.
Las operadoras han comprometido más de 99.000 millones de dólares en despliegue de infraestructura 5G entre 2019 y 2025. En América Latina sigue siendo relativamente común que las operadoras ayuden en la financiación de terminales de modo que puedan rentabilizar estas conexiones.
Brasil y Uruguay han sido los primeros en adoptar esta nueva generación de telefonía. En 2021 se subastarán bandas de este espectro para dar el pistoletazo de salida en Chile, Colombia y República Dominicana. A pesar de la promesa del 5G, el 4G, la generación actual, seguirá siendo la predominante hasta 2025.
Conectividad y crecimiento económico
Según el estudio, las tecnologías y los servicios móviles generaron el 7% del PIB de América Latina. Con una contribución que superó los 421.000 millones de dólares de valor económico agregado. La economía de la industria móvil genera, en cálculos de la organización 1,4 millones de puestos de trabajo de manera directa e indirecta. En consecuencia, el sector público se beneficia también con una recaudación tributaria de 33.000 dólares.
El informe destaca también cómo la relación público-privada ha generado impacto en la sociedad. Como ejemplo de esta colaboración se muestran las tarifas reducidas para centros educativos y de salud, o donaciones en efectivo a través del móvil para hospitales y causas humanitarias. Una tendencia que estiman será más acentuada durante la fase de recuperación de la Covid-19.
GSMA incide en la necesidad de ser todavía más inclusivos con la sociedad. Dentro del informe añaden una serie de recomendaciones para empujar la economía digital. Como promover una regulación favorable a la inversión en tecnología, el diálogo entre el poder Legislativo, el Ejecutivo y el sector privado, así como construir una política fiscal que ayude en inclusión digital, innovación e inversión.
IoT: ciudades inteligentes y 'agrotech'
Más allá del uso del móvil y las aplicaciones, la conectividad abre la puerta a la gestión de ciudades y mejores decisiones en el mundo agrónomo y minería. En casi todos los países este desarrollo se está haciendo en colaboración con operadoras. En México, AT&T brinda soluciones de coches conectados. En Brasil, Vivo Empresas -unidad de negocio integrada en Telefónica- experimenta una solución de bioenergía en un campo de 90.000 hectáreas, con monitorización de datos en tiempo real y un consecuente recorte de gastos. GSMA realza los esfuerzos de Buenos Aires, Santiago, Medellín y Sao Paulo por su experimentación con sensores urbanos.
Llama especialmente la atención el caso de San Nicolás de los Arroyos, en la provincia de Buenos Aires. La ciudad de 130.000 habitantes ha apostado por gestionar la flota de vehículos municipal y la mano de obra con sensores, de modo que se optimiza el uso de los recursos con un notable ahorro de combustible, gastos de mantenimiento y accidentes de tráfico.
Startups: sensores y 'fintech'
Las empresas nacidas tech que buscan crecimiento rápido, las startups, son también protagonistas de este estudio en dos aspectos. Se ensalza la capacidad de innovación de las fintech, democratizadoras del acceso a banca en gran parte de la población. Se hace mención especial a los países que han creado un marco favorable a este tipo de empresas, como es el caso de Colombia, y previamente, México, Brasil y Chile. Se hace una mención especial a Ualá, la fintech argentina que vio cómo a partir de marzo, con la irrupción de la crisis sanitaria, se duplicaron sus usuarios.
La denominada Internet de las Cosas (IoT) permite explorar nuevas funciones. GSMA menciona nueve como ejemplo a seguir: Tecrea, para monitorización de ganado, Neltume, para ayudar a los agricultores a lidiar con plagas, Citysense, para medir la calidad del aire, SensorBox, que predice apagones, Jooycar, que optimiza rutas en coches conectados, Babybe, cuyo colchón ayuda a monitorizar los latidos y respiración de bebés prematuros, Lok, un sistema de taquillas inteligentes para entregas de comercio electrónico, Firecity, para monitorizar y alertar de incendios en tiempo real, y ChoppUp, dedicada a medir los surtidores y barriles de cerveza en hostelería evitando desperdicios.