Regimos nuestro día a día por el tiempo y el uso eficiente del mismo. Hoy, sobre todo en ciudades como Madrid, todo lo que suponga un ahorro en un trayecto, en una reunión o en una llamada, se convierte en una mejor gestión entre nuestra vida personal y profesional. Y ahí es donde entran todo tipo de herramientas, técnicas y manuales que nos brindan un amplio abanico de oportunidades a través de la IA.
ChatGPT tardó sólo cinco días en acumular un millón de usuarios. Twitter (ahora X) tuvo que esperar dos años para hacer lo mismo. Esto demuestra que el ritmo de crecimiento de la IA ha sido inigualable: nunca una herramienta basada en inteligencia artificial había llegado a tantas personas en tan poco tiempo. Debido a su gran impacto, todas las empresas quieren su trozo del pastel de la IA para contribuir a esa transformación de la industria.
Menos de un año después de la aparición de la inteligencia artificial generativa (GenAI), un tercio de las organizaciones ya la utilizaban en, al menos, una función empresarial, y el 40% tenía previsto aumentar su inversión global en inteligencia artificial gracias a los avances de la IA generativa, según datos de McKinsey.
Desde el punto de vista económico, este tema es crucial ya que prácticamente todos los altos directivos (99%) afirman que la optimización de procesos es importante, o incluso esencial, para alcanzar sus objetivos empresariales. No obstante, a más del 70% le preocupa que las deficiencias en los procesos puedan obstaculizar su éxito con la IA.
En este sentido, existe una herramienta basada en la inteligencia de procesos (Process Intelligence) que, al combinarla con la IA, hace que las empresas puedan acceder a soluciones para toda la compañía y que, a su vez, son capaces de transformar diversos sectores.
Ya sea la automatización de procesos empresariales o la atención al cliente personalizada, es indiscutible que las empresas están apostando por la transformación basada en la IA. Esto es debido a que la inteligencia de procesos es la capa que conoce cómo fluye el negocio, permitiendo a la IA comprender cómo todos los procesos interactúan entre sí y se relacionan mutuamente en todos los departamentos y sistemas.
El futuro ya está aquí y las compañías tienen que posicionarse para utilizar todas las ventajas de la IA a su favor, eso pasa inevitablemente por la creación de una nueva hoja de ruta para una mejor gestión del tiempo y los recursos.
En definitiva, y desde mi visión, hoy en día no podemos imaginar un futuro basado en la IA sin incorporar la inteligencia de procesos. Y para poner a la IA al servicio de las empresas y de sus objetivos de transformación del sector, tenemos que entenderla como una necesidad empresarial.
***Fernando Ranz es country leader para Iberia y Latinoamérica de Celonis.