Inteligencia artificial como oportunidad para las compras y fusiones
La inteligencia artificial no reemplazará los trabajos tradicionales, pero aquellos que sepan utilizar sus capacidades estarán en posición de poder reemplazar a los que no hayan sido capaces de adaptarse a ella. Esto sucederá en la mayoría de sectores, y también en el negocio de banca de inversión y en las operaciones de compraventa de empresas.
Históricamente, en un entorno mucho menos tecnológico, la búsqueda de oportunidades se ha desarrollado a puerta fría, vía telefónica o por e-mail. Un proceso complejo, muy intensivo en tiempo y en costes (viajes, hoteles, taxis, etc) y extremadamente difícil de escalar sin métricas que confirmen la eficiencia recurrente de su metodología.
Era, simplemente, lo conocido y aceptado como práctica común. Con la llegada de la tecnología el sector financiero hemos ido familiarizándonos más y entendiendo las grandes ventajas que supone el ecosistema de herramientas digitales para acelerar y hacer más eficientes los procesos existentes.
Después de haber participado en varios procesos de M&A como miembro de un banco de inversión tradicional, hay varias ineficiencias que se detectan durante el proceso sobre todo por el volumen creciente de información gestionada en él.
Entre ellas, cabe destacar la dificultad de procesar toda la información pública necesaria, para estimar qué empresas pueden tener problemas de sucesión y, en consecuencia, ser susceptibles de interés para el inversor; el tiempo dedicado en estandarizar la misma información clave de diferentes oportunidades para poder compartir con inversores y así “salir al mercado” lo más rápido posible o, en el caso de un proceso con varios inversores interesados, responder varias veces la misma pregunta.
Ejemplos claros de lo que fácilmente se resuelve a través de la inteligencia artificial.
Es (o era) impensable que un algoritmo sea capaz de decirnos qué sectores están más fragmentados, tienen mejores márgenes, han crecido más después de la pandemia o tienen mucho potencial de crecimiento. Se hacía imposible estimar cómo de grande podría ser un mercado en el cual íbamos a invertir; descubrir qué competidores tienen ciertas empresas solo estaba al alcance de aquellos que pagaban miles de euros por Bloomberg, Capital IQ o Refinitiv; o aprovechar la experiencia generada en operaciones pasadas en cuestión de minutos. Ahora con modelos como los que están detrás de ChatGPT esto parece una realidad que muchos early-adopters están aprovechando para acceder a las mejores oportunidades.
La experiencia dicta que cuando nos pasa un tren por delante tenemos que subirnos o seremos los únicos que no lleguemos a destino. Sin lugar a dudas, este es un tren en el que se están subiendo cada vez más empresas, más inversores y más asesores. Atrás quedaran aquellos que no entiendan que la tecnología no compite con su negocio tradicional sino que lo impulsa y lo convierte en más eficiente.
*** Gerard García es fundador y CEO de Deale.