Empezamos tan fuerte con esto de los fondos NextGeneration que hoy todo el mundo habla de pinchar la burbuja, de bajar el suflé. Arrancamos el año con tantos prados verdes en el fundraising de lo público que a la mayoría de las empresas de nuestro país se les ha pasado el año con las inversiones guardadas en el cajón. El argumento que más escucho últimamente es tremendo: para qué voy a hacer esto o aquello ahora si seguramente puedo encontrar una subvención que me lo apañe, mejor me espero a que salgan los Next… Mal. Muy mal.
Fue tan fuerte la campaña que hasta nuestros abuelos tuvieron que hacer el esfuerzo de añadir nuevos acrónimos a su maltrecha memoria: PERTE, MdI, Componentes y hasta otros cien conceptos más, mientras del abismo de las trincheras de la consultoría aparecían gurús que también saben de lo recién inventando, lobistas con contactos estrechos, ingenieros con información privilegiada del sector del automóvil, del agro, de la salud.
Llegó un momento singular en el que todo el mundo lo sabía todo de la nada, de la entelequia. Fue así como configuramos otra realidad inventada sustentada en una hipótesis falsa: habrá dinero para todos, más pronto que tarde, para grandes y para pequeños, también para los gigantes; para las autonomías y para los ayuntamientos, para digitalizar y para hacer sostenible el país, para salvar el drama del paro, para resucitar a la juventud, para conquistar la felicidad…
En España somos grandes aficionados a este tipo de exageraciones. Vamos, que tú sales a dar un paseo por el pueblo y en el bar, igual que hay más entrenadores que aficionados al fútbol, no es de extrañar toparse hoy con un experto en subvenciones: su expectativa es pillar la máxima subvención, presentando cuantos papeles haga falta, yendo de ventanilla en ventanilla hasta la victoria final. Mal. Qué mal. ¡Somos un país tan lleno de enigmas y contradicciones!
Publicamos más libros de los que leemos (al menos si atendemos a la media de lectura por persona/año y añadimos a la fórmula los libros publicados previamente), tenemos más profesores de universidad que alumnos universitarios, más especialistas en coaching que ejecutivos o emprendedores; más políticos que necesidades de gestión política… Vale, admito que puedo estar exagerando, pero en la hipérbole se encuentra el sustrato de esta historia.
Ejecución tardía y planes del gobierno
Hay que concederle al gobierno que viniendo de donde veníamos no es nada fácil poner en marcha al mastodonte. En un país tan garantista como el nuestro lanzar un paquete de inversión de 80.000 millones de euros es toda una odisea. Desde mi punto de vista se han hecho bien los planes (haciendo documentos siempre somos los uno) y se han definido bien las prioridades, se ha negociado bien con Bruselas y se han lanzado algunos temas que han de servir como palanca de activación de la nueva maquinaria de gestión ad hoc. Pero no ha sido suficiente.
La ejecución es escasa, no alcanzando el 6% en fondos convocados, las Comunidades Autónomas no han terminado de entrar en la partida y andan desconfiadas y las empresas no se lo acaban de creer: las pequeñas piensan que esto es para las grandes y las grandes se quejan porque pidieron el cielo entero y sólo les da para un trocito de tierra. Esta suerte de bloqueo ha provocado un efecto colateral que es muy peligroso: todo el mundo está esperando a que se levanten las cartas, nadie quiere arriesgar su propio dinero y así, la inversión privada para digitalización e industrialización, al menos en las pequeñas empresas, se ha visto gravemente ralentizada.
Supongo que a los Ministerios que tienen que ejecutar los fondos no les hacen falta informes y soplos para saber lo que ha calado tras este año de anuncios, pero por si acaso, ahí va un resumen muy escueto de lo que se oye en los mentideros NextGen hoy:
- Hay escepticismo con el Digital Toolkit: los pequeños piensan que será otro medio más de pagarle la fiesta a los grandes para que coloquen sus productos. Además, los expertos piensan que subvencionarle a una empresa un ERP no es el tema, que la transformación digital exige un bisturí más profundo.
- Hay mosqueo con la publicación de convocatorias tan urgentes, con tan poco plazo. Los beneficiarios piden más información, canales más transparentes de comunicación y sitios únicos para gestionar y tramitar.
- Las regiones quieren sacar adelante sus propios PERTES con el enfoque lógico de repoblar sus desiertos digitales, con el ánimo de transformar sus sectores estratégicos. Puede tener sentido habida cuenta del problemón de gestión que tenemos.
- Las empresas no entienden que gran parte de los fondos se gestionarán usando los mismos canales que antes: CDTI, ENISA, Red.es, IDAE. Muchas esperan que los NextGen les ayuden a cambiar algo, a mejorar algo, pero miran donde todavía no hay nada.
- Todo el mundo se pregunta si el dinero está en la caja o si tendrán que adelantarlo.
¿Dónde nos informamos? Webs de ayudas europeas.
Han proliferado y son más necesarias que nunca las webs y plataformas que facilitan a empresas y ciudadanos la gestión de ayudas. Aunque parezca lo contrario, España está por debajo de la media en un dato crítico: el número de empresas que solicitan ayudas y subvenciones no alcanzamos el 9%. Esto quiere decir, fundamentalmente, que nuestro sistema de gestión de ayudas es endogámico y funciona por repetición. Las empresas que consiguen una ayuda repiten y de ahí pasan a otra subvención y así van enganchando oportunidades en cadena. Mal. Otra vez mal.
Es fundamental que las empresas se informen y que sepan qué ayudas pedir y con quién hacerlo. Actualmente, hay distintas ofertas en el mercado y diferentes modelos de negocio: las webs de pago como Yotramito.com o la de web de ayudas de la CEOE, e iniciativas como Tufinanziacion.com, gratuitas si tienes cuenta bancaria en alguna de las entidades financieras con las que opera la plataforma. Recientemente han surgido en el mercado algunos anuncios de empresas como Minsait o EY, que, al parecer, desde distintos enfoques, van a lanzar plataformas de gestión de ayudas para los mercados B2B e incluso B2G.
Precisamente en ese contexto, Tufinanziacion.com anunciaba recientemente su alianza con la Unión Europea a través del EIT Digital para hacer llegar su tecnología a toda la UE a través de distintas colaboraciones. El proyecto se llama Finance4Hope y promete revolucionar el modo en que conocemos y presentamos las ayudas. Veremos.
El avispero de soluciones digitales se mueve porque hay que solventar algunos problemas de origen: hay demasiada información que está desordenada, es urgente aumentar el número de empresas que solicitan ayudas públicas y hay que cubrir la creciente demanda de consultores especializados para preparar propuestas.
Hagámoslo ahora, no hay tiempo para más…