Sostenibilidad y biotecnología para salvar el lúpulo de cerveza: así lo cultiva esta startup con energía renovable
Ekonoke, que cuenta con los fabricantes de Estrella Galicia como socios, no usa pesticidas ni herbicidas y su huella hídrica es entre 15 y 20 veces menor. En abril abrirá una nueva planta piloto en Galicia de mil metros cuadrados.
15 enero, 2023 02:32Cuando tecnología y sostenibilidad alinean objetivos los resultados pueden ser alentadores. Si además, centran sus esfuerzos en recuperar y mejorar un cultivo tan delicado y particular como el lúpulo de la cerveza, el potencial de esta unión puede ser realmente de impacto para la sociedad.
Es precisamente lo que está logrando la startup Ekonoke, uno de los proyectos agrotech de referencia en nuestro país, enmarcado en un sector de la alimentación que está dando múltiples ejemplos de cómo la tecnología, innovación y disrupción bien entendida no tiene límites.
Ekonoke es la fusión de dos proyectos. Por un lado, en febrero 2018 Ana Saez e Inés Sagrario montaron la empresa (Achipámpanos SL) para montar huertos verticales en los puntos de cultivo. Un año más tarde las emprendedoras conocieron a Javi Ramiro y Antonio Rojas que contaban con su proyecto Los Tallos Microgreens donde cultivaban microgreens (brotes) para restaurantes.
"Decidimos fusionar ambos proyectos en agosto 2019, cambiando la marca comercial a Ekonoke. Después de cultivar hortalizas de hoja, aromáticas, flores comestibles y microgreens con respuesta variable por parte del mercado, apostamos por explorar otros cultivos que ya tuvieran hoy riesgo climático y es cuando llegamos al lúpulo", relata Inés Sagrario a D+I.
En 2021 los cuatro emprendedores dejaron lo que había sido su vida profesional hasta ese momento y centraron toda su capacidad innovadora e investigadora en el lúpulo.
Pero ¿por qué este cultivo? ¿Cuál es el valor añadido que podían aportar? El cultivo del lúpulo, un ingrediente clave en la elaboración de la cerveza (aporta su característico amargor y aromas), está gravemente amenazado por el cambio climático.
En años donde se combinan eventos climáticos extremos como la sequía y mayores temperaturas estivales -2022 ha sido un claro ejemplo de esta casuística-, se producen reducciones de hasta un 30% en la producción por hectárea y hasta un 60% en la calidad del lúpulo cosechado.
"Poder tener una garantía de suministro de lúpulo es una necesidad imperiosa para los responsables de compras de lúpulo en las cerveceras de todo el mundo", especifica la fundadora.
"Nosotros cultivamos el lúpulo en entorno 100% controlado, al abrigo de las inclemencias climáticas, sin pesticidas ni herbicidas, con una huella hídrica entre 15 y 20 veces menor y usando solo energía renovable".
Ekonoke combina agronomía, química, biotecnología, genómica y tecnologías avanzadas para eliminar el riesgo de la ecuación y garantizar una producción sostenible. "Lo que estamos logrando en cuanto a cantidad y calidad por planta es algo que no ha logrado nadie en el mundo", reconoce con orgullo Inés Sagrario.
En la actualidad, Ekonoke ya es capaz de registrar tres cosechas por año y planta y aspira en 2023 a lograr cuatro cosechas por año y planta (en exterior solo se da 1 al año). "La calidad de nuestro lúpulo es entre un 30 y un 60% superior a las referencias en campo".
'Partners' y alianzas
Además, desde 2021 cuenta con una alianza estrecha con Cosecha de Galicia, parte de la Corporación Hijos de Rivera (fabricantes de Estrella Galicia), con quien viene trabajado intensamente en investigación. Desde hace seis meses son también socios de referencia en la empresa.
El pasado noviembre Ekonoke también sello una alianza con AB InBev (la mayor cervecera del planeta) al entrar en su programa 100+ accelerator. "Tenemos otras alianzas con importantes partners tecnológicos y otros players importantes a nivel internacional, sujetos a acuerdos de confidencialidad".
En este punto del proyecto, la compañía estrenará el próximo mes de abril una nueva instalación piloto en Galicia (1.000 m2) donde alcanzará la escala pre-comercial y preparará la primera instalación comercial (10.000 m2), también en Galicia, cuya apertura se prevé para el primer trimestre de 2024.
"A finales de 2024 deberíamos tener la siguiente instalación comercial en otro país Europeo y en 2025 en otro continente", añade la responsable.
Para alcanzar estas metas, el equipo humano de la compañía es uno de sus principales activos. Está compuesto por 11 personas full time (y algunos asesores externos); seis mujeres y cinco hombres, con perfiles diversos: agrónomos, químicos, bioquímicos, mecatrónicos, biólogos y economistas.
"Tenemos un mix por edades; seis por encima de los 40, cinco por debajo de los 30 años… ¡El equipo diverso y comprometido que tenemos es para nosotros probablemente la pieza más importante en este puzzle complejo!", destaca Inés Sagrario.
Esperamos cultivar a medio plazo también lúpulo para la industria farmacéutica para tratamientos anti-tumorales, la menopausia o la enfermedad del Crohn
"Para nosotros es importante destacar la base científica y tecnológica sobre la que hemos construido el proyecto y el valor principal que nos rige: la sostenibilidad. El cultivo de lúpulo es muy complejo, nuestro proyecto es único en el mundo y creo que nuestro caso puede ser una referencia potente de lo que la capacidad de innovación española puede lograr", matiza.
De hecho, el proyecto de Ekonoke es ambicioso y ya piensa en otros campos más allá de la industria cervecera.
"Esperamos a medio plazo poder cultivar lúpulo también para la industria farmacéutica en aplicaciones para tratamientos anti-tumorales, reducir los síntomas de la menopausia o incluso terapias para la enfermedad del Crohn", concluye.