El ecosistema emprendedor español está inmerso en una nueva etapa de madurez, fruto de años de experimentación, duro trabajo y consolidación de sinergias entre todos sus actores protagonistas: startups, scaleups, spinoffs, aceleradoras, incubadoras y demás entidades privadas de apoyo al emprendimiento -desde universidades a grandes empresas-, fondos de capital riesgo, business angels, pequeños inversores, etc.
La financiación no lo es todo en una startup; se precisan otros ingredientes para que una idea se transforme en una empresa rentable que llegue al mercado y acabe impactando en la vida de la gente, pero sin ella, ningún proyecto emprendedor tiene futuro.
Más si cabe, en el escenario de endurecimiento de los requisitos para acceder al capital -quizás menos acusado en las fases más tempranas- que comenzó en el primer trimestre de 2022 y se ha extendido hasta nuestros días.
Las métricas de las startups se miran con lupa por parte de los inversores y la rentabilidad y la mesura se ha convertido en notas de una banda sonora que aplica su poder de selección natural sobre el ecosistema dejando con vida sólo a aquellas compañías que realmente cuentan con proyectos viables.
De ahí que desde el sector de la inversión se insista una y otra vez en que hacía tiempo que no había tan buenos proyectos donde invertir. Es lo que sucede cuando hay una criba: muchos se quedan por el camino y sobreviven sólo los más fuertes -o, como defendía Darwin, aquellos que se han sabido adaptar mejor a las circunstancias-.
Abrir la inversión a nuevo talento
En esta nueva etapa del ecosistema emprendedor español, redes de business angels y pequeños inversores han alzado la voz para reclamar la atención de la Administración pública y la sociedad civil, y atender por fin una carencia del sector español que ha llegado la hora, aseguran a D+I - EL ESPAÑOL, de subsanar.
En un ecosistema startup más consolidado, con fundadores de primera y segunda generación de startups -que, en muchos casos, acaban convirtiéndose también en inversores e impulsores de nuevos proyectos-, estos actores protagonistas del emprendimiento español consideran que desperdiciar ese talento en la generación de nuevas startups por trabas a la inversión sería un coste de oportunidad inasumible.
Y es que no todos los proyectos emprendedores son candidatos a ser financiados por fondos de capital riesgo -algo que no los desautoriza para convertirse en startups de futuro-, ni este tipo de inversión es el propicio para todas las etapas de una compañía, sobre todo en sus inicios donde las redes de business angels se ajustan mejor a las particularidades de los proyectos.
La Asociación Española Business Angels Networks (AEBAN) defiende la urgencia que existe en España por "aumentar el número de business angels y multiplicar el efecto de cada uno de estos".
Discriminación fiscal: la 'Espada de Damocles'
Así lo defiende a preguntas de D+I - EL ESPAÑOL, Marta Huidobro, presidenta de AEBAN. Pero ¿cuál es la Espada de Damocles del colectivo? Su respuesta es clara y coincide con la aportada por otras redes de pequeños inversores y despachos de abogados consultadas por esta redacción: los beneficios fiscales son la clave. Y ahí estriba la gran lucha en marcha de este colectivo profesional.
Huidobro sostiene que para aumentar el número de business angels hay que apoyar la creación de grupos o redes de inversión. "Muchos profesionales, empresarios, pequeños ahorradores quieren ayudar a los emprendedores, devolver a la sociedad parte de lo que ella les ha dado".
"Desgraciadamente, las deducciones por inversión están limitadas a las personas físicas, por lo que los pequeños inversores agrupados no tienen derecho a ese beneficio fiscal"
"Desgraciadamente, las deducciones por inversión están limitadas a las personas físicas por lo que todos los pequeños inversores agrupados no tienen derecho a la deducción".
"La deducción por inversión debería ser la misma si se hace personalmente o si se hace a través de un vehículo dedicado a ello exclusivamente. Esta discriminación fiscal desincentiva la inversión de estos pequeños inversores", esgrime la presidenta de AEBAN.
Piden modificar la Ley de Startups
La Ley de Startups está en el centro de la reivindicación de estos colectivos. Consideran que urge una modificación del marco normativo para no privar al ecosistema emprendedor español de un talento inversor que es clave en este momento de punto de inflexión del sector.
Y es que reconocen que la ley ha supuesto "un gran avance para el desarrollo en España del emprendimiento basado en la innovación" y que "estableció deducciones fiscales muy interesantes para las personas físicas que invierten en empresas emergentes de forma individual".
"Extender la deducción permitiría ampliar el espectro de potenciales inversores en startups, específicamente de mujeres"
Isabel de Otaola es secretaria del consejo de la red de women angels WA4STEAM y pone sobre la mesa lo que, a su juicio, es una discriminación para el colectivo al que pertenece.
"Provoca una discriminación entre personas físicas: los grandes inversores pueden invertir de forma individual y aprovechar la deducción fiscal, mientras que los pequeños inversores que invierten de forma agrupada no pueden aprovecharla".
Y apela a la voluntad de los grupos parlamentarios para subsanar esta deficiencia normativa. "Desde WA4STEAM proponemos extender la deducción por inversiones en empresas de nueva y reciente creación a las inversiones que realicen las personas de forma agrupada a través de vehículos de inversión".
"Esta medida permitiría ampliar el espectro de potenciales inversores en startups, específicamente de mujeres, fomentando la participación de éstas en el ecosistema inversor".
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En concreto, la propuesta de WA4STEAM se centra en la modificación del artículo 68.1 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, aunque matizan: "Es posible que otras fórmulas logren el mismo resultado. Se trataría de que hubiera voluntad política para dar con la fórmula correcta".
Par lograr su objetivo, la red de mujeres inversoras se está reuniendo con la mayoría de grupos parlamentarios, y a propuesta del Grupo Parlamentario del PSOE presentó el pasado 6 de marzo en el Congreso de los Diputados una batería de medidas para fomentar el emprendimiento y la inversión en startups.
La inversión agrupada: luces y sombras
Pero ¿qué supone para un emprendedor la inversión agrupada? ¿Le beneficia o es complicada de ejecutarse en un proyecto tan incipiente? Consultamos con varios despachos de abogados y expertos del ecosistema startup para arrojar luz a los emprendedores.
Pedro Antonio Gil, abogado y cofundador de BIGBAN Inversores Privados arroja algunas claves al respecto. "El gran inversor por el volumen invertido en una startup -a partir de 40.000 ó 50.000 euros en un único proyecto- tiene capacidad de decisión en la startup y, aunque no sean los lead investor del proyecto, son recibidos de muy buen grado por los emprendedores por la cantidad aportada".
Sin embargo, cuando las cantidades invertidas por los pequeños ahorradores no son muy relevantes -por lo general, cantidades de entre 5.000 – 10.000 euros por proyecto-, "suelen convertirse en un problema para muchos emprendedores, quienes ven como un inconveniente tener que manejar un listado de bastantes inversores individuales para tomar decisiones, convocar juntas, cerrar un pacto de socios, etc".
Según el abogado y business angel de BIGBAN, "esta es la razón por la que los emprendedores quieren que los pequeños inversores se agrupen en un único vehículo, para que la startup cuente con menos socios, pero un mayor porcentaje de participación cada uno de ellos".
"Cuando las cantidades invertidas por los pequeños ahorradores no son muy relevantes, suelen convertirse en un problema para las startups, de ahí que se cree un vehículo de coinversión"
Sin embargo, a partir del momento en que se interpone un vehículo de coinversión para los pequeños inversores, la Administración tributaria discute la aplicación de la deducción fiscal porque, supuestamente, "los pequeños inversores dejarían de estar invirtiendo directamente en la startup para hacerlo en otra entidad -normalmente una sociedad limitada- que, al no realizar directamente actividad económica, incumpliría los requisitos para acceder a la deducción del IRPF".
Pero, como todo en la vida, no todo es blanco o negro y también en este terreno se imponen gamas de grises en forma de nuevas vías para la 'creatividad fiscal' de los pequeños inversores.
Ante los desafíos: 'creatividad fiscal' e ingenio
Patricia Navarro, Head of Tax en Aktion Legal explica alguna de ellas. "Existen fórmulas de inversión agrupada que pueden mantener a sus miembros el derecho a la deducción y consisten en vehiculizar la inversión a través de otras formas jurídicas como las Sociedades Civiles sin objeto mercantil, que no son contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, sino que, bajo la figura conocida como atribución de rentas, permiten a sus socios personas físicas seguir tributando en IRPF y generar el derecho a la deducción".
La cuestión está abierta y a la orden del día. La posible introducción de nuevas deducciones o incentivos fiscales para incentivar la participación de pequeños inversores -que bien podrían articularse a través de la Ley de Startups o en las propias normativas fiscales de cada impuesto- no tiene marcha atrás. Los colectivos implicados no lo van a permitir. Saben que se juegan mucho. No sólo ellos, el conjunto del ecosistema startup español, también.