La Unión Europea lidera el comercio agroalimentario mundial, como mayor exportador e importador mundial de productos agroalimentarios. Sin embargo, con la creciente demanda de alimentos y necesidad de seguridad alimentaria, el sector se ve sometido a una presión cada vez mayor.
Los sistemas de producción requieren mayor eficiencia y productividad, proporcionando alimentos nutritivos y saludables en mayores cantidades, que satisfagan la demanda de los consumidores, minimizando a la vez su impacto sobre el medio ambiente.
En la consecución de este objetivo, ya nadie duda de que la tecnología y la innovación van a jugar, si no lo están haciendo ya, un papel clave.
La agricultura de La Rioja es uno de los sectores que ha situado en el foco el gobierno regional para incrementar su potencial innovador y tecnológico. Aunque fundamentalmente este sector se mueve en torno al mundo de los viñedos, empiezan a emerger ejemplos de cómo la disrupción puede colaborar en la diversificación más allá de la uva y el vino.
De hecho, desde el Centro Tecnológico Agroalimentario (CTIC CITA) se está incluso liderando un proyecto europeo que une la agricultura con la tecnología de los gemelos digitales.
El proyecto BBTWINS
La digitalización del sector es la vía que plantea BBTWINS. El proyecto desarrollará y validará una plataforma digital basada en la tecnología denominada gemelo digital: una réplica digital en tiempo real de un proceso físico que puede examinarse, alterarse y probarse sin interactuar con él en el mundo real y evitando consecuencias negativas.
A través de dos casos de uso -la producción de carne y fruta-, BBTWINS demostrará cómo integrar en una única cadena de valor toda la cadena agroalimentaria, desde el campo hasta el producto final, según explican desde el CTIC CITA.
Este enfoque de gemelos digitales combinará las tecnologías digitales más avanzadas -inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático, el Internet de las cosas (IoT), blockchain y el análisis de software- en una única plataforma.
La plataforma será capaz de predecir el pretratamiento y las vías más adecuadas para cada materia prima en condiciones variables.
De este modo, aumentará la biomasa disponible, reducirá las pérdidas de biomasa y aumentará los tiempos de almacenamiento de la biomasa sin afectar a la calidad.
Con un total de 13 socios, de 8 países diferentes, se trata de un proyecto con especial impacto nacional, al contar con 4 empresas españolas clave.
BBTWINS adopta un enfoque multilateral y cuenta con la participación de este centro tecnológico, pymes (SOLTEC INGENIEROS, PANOimagen, STELVIO, ANGAZ,), una gran empresa del sector cárnico (PORTESA), un clúster de bioeconomía y organizaciones del sector primario (CluBE, DIMITRA) y expertos en logística y optimización de la cadena de suministro (VTT y VITO) y en gestión de residuos (CVR) asegurando la capacidad de desarrollar, probar y desplegar este ambicioso proyecto.
Este proyecto estará liderado por CTIC CITA, y con participación de otro socio riojano como PANOimagen, será coordinado por el área de especialización en procesos del centro tecnológico, desarrollando los modelos matemáticos dentro de las cadenas objeto de estudio y que alimentarán el gemelo digital.
Innovación en torno al tomate
Por supuesto, este no es el único proyecto en el que trabaja CTIC CITA. Y es que recientemente, este centro tecnológico, la Cooperativa El Raso, la Universidad de La Rioja y la Fundación Caja Rioja han presentado la nueva campaña en el campo experimental del proyecto AGRITOM 2.0., un proyecto para impulsar el cultivo del tomate en la Comunidad Autónoma.
Se trata de una experiencia piloto basada en la mejora de la eficiencia y de las buenas prácticas agrícolas.
AGRITOM2.0 ha plantado el último ensayo en su campo experimental de Calahorra que le permitirá obtener los parámetros que posibiliten el impulso del cultivo de tomate en La Rioja.
La recuperación de este cultivo pasa por diagnosticar las prácticas más adecuadas y los modos más eficaces para que su producción sea lo suficientemente atractiva para nuestros agricultores y puedan considerar su plantación para abastecer una industria con demanda creciente de este producto.
El proyecto espera ratificar los buenos indicadores sobre producción y calidad obtenidos en las pasadas campañas y matizar las prácticas más adecuadas para su cultivo quedando únicamente precisar las características que debe tener la explotación para que la rentabilidad se convierta en una realidad operativa.
La campaña pasada evidenció el buen comportamiento de las variedades analizadas en general y el comportamiento más adecuado de los acolchados biodegradables no solo por su funcionalidad sino también por el impacto que representaba su empleo. Los cortes de agua no fueron demasiado significativos ante la gran producción obtenida.
Con esta perspectiva, Germán Soldevilla, coordinador del proyecto ha señalado que se retoma el estudio y comportamiento del cultivo "cambiando pequeños aspectos técnicos para precisar los parámetros que se están estudiando sin modificar la esencia del proyecto".
Se continuará con las 9 variedades, se mantienen el acochado biodegradable y los cortes de riego y el control del agua ajustado del agua según las necesidades detectadas por los técnicos específica del cultivo.
Solamente se modifica que se ensanchan las calles para favorecer la limpieza mecánica de hierbas y limitar aún más el uso de herbicidas y la instalación de trampas Delta para el control del gusano taladro heliothis para controlarlo y optimizar el uso de los insecticidas.
"Esperamos que se ratifiquen las buenas perspectivas para que solamente quede la disposición de los terrenos para que convenzan al agricultor de lo adecuado de este cultivo en nuestra zona", indica.