Aprendió a programar a los 11 años. Con apenas 20 se fue a Silicon Valley y con 23 vive su sueño: tiene una startup de impacto internacional y acaba de salir de Y Combinator.
Alfonso de los Ríos (Monterrey, México, 1998) comenzó a estudiar la carrera de computación (informática para los españoles) en el Tec de Monterrey, una de las instituciones más valoradas de América Latina, pero no resistió la tentación de saltar a California.
Pidió empleo como becario en más de 40 startups. Fue tomando café en Palo Alto, el corazón de Silicon Valley, donde se encontró con Esther Wojcicky, la madre de las hermanas del mismo apellido, CEOs de YouTube y 23andMe. Su historia cambió para siempre al cruzarse en su camino esta experta en educación. Decidió que debía completar su educación por su cuenta y generar un impacto mayor.
En esa misma época se cruzó en su camino Maximiliano Casal, un uruguayo con el que hoy ha cofundado su empresa Nowports. “Ambos éramos supergeeks. Hicimos clic muy fácil”, explica De los Ríos.
Empresa familiar de logística
La familia de Alfonso de los Ríos tenía una empresa de logística. Desde pequeño creció escuchando el argot en casa. “Era una industria rota, con demasiados procesos manuales”, relata. En 2018 decidieron, formalmente, que tenían que solucionarlo. “Queríamos que el sector se volviera más transparente y autónomo. Pensamos que importar y exportar mercancía debía ser más sencillo, mucho más allá de usar el email”, concreta.
Su enfoque ha sido poner el seguimiento de la mercancía en el centro y eliminar la introducción manual de datos, uno de los grandes puntos de fricción. Se consideran, por encima de todo, un software que conecta las mercancías de China con México, Colombia, Chile, Uruguay y Brasil. Sobre el papel, tienen ante sí un mercado potencial de 54.000 millones de dólares. En tres años desde su nacimiento suman más de 120 empleados repartidos entre estos países.
En su proyecto el cliente final es la empresa exportadora a la que ofrecen una cotización al instante. Nowports monitoriza transporte marítimo, aéreo y por carretera. Ferroviario les encantaría, pero está cada vez más en desuso en América Latina.
Para convencer a Max de sumarse al proyecto, Alfonso le invitó a Ciudad de México para que viera su día a día. A una oficina de correos, para bregar con la mercancía y hojas de cálculo sin fin.
En Octubre de 2018 lanzaron su primera versión y ese mismo año llegó el primer contenedor gestionado de principio a fin por Nowports. ¿La magia? Crear APIs (interfaces para que aplicaciones de terceros se integren con las suyas) para hacer seguimiento de barcos y aviones con sencillez.
Poco después recibieron un pedido que podía ser su consagración o un sonoro fracaso. Grin, la empresa de patinetes (scooters o carriolas, según la latitud) les hizo un encargo para trasladar nada menos que 70 contenedores a cuatro países distintos. Prosperaron. Salió bien. Y, desde entonces, no dejaron de pensar a lo grande.
Escuchar al usuario
En 2019 se unieron a Y Combinator. Fue entonces cuando decidieron dedicarse por completo a Nowports. Recuerdan la entrevista final, la que define si les aceptan en la fábrica de startups con mejor historial de Silicon Valley, como un bombardeo de preguntas. “Son 10 minutos que marcan tu pertenencia o no a un lugar muy especial. Fue un privilegio. De allí salimos con una obsesión, escuchar al usuario. También al mercado, claro”, matiza el mexicano.
Tras el demoday, equivalente a la graduación, consiguieron financiación por más de ocho millones de dólares. Una ronda semilla de notable cuantía en la que contaron con Monashees, uno de los gigantes del venture capital en América Latina, y Base 10, el fondo de Adeyemi Ajao, bien conocido en España por ser uno de los fundadores de Tuenti.
La visión de Nowports es pan latina, mirando al continente, pero también al exterior. Imaginan una ruta interconectada entre Estados Unidos, Asia y América Latina con flujos entre sí. En el horizonte ya miran a una serie A, en la que esperan llegar a más países con esta tecnología. Alfonso de los Ríos insiste en lo que les hace diferentes: “Hay algunos competidores que quieren ser digitales, pero ninguno con la capacidad de unir diferentes regiones, con marítimo y aéreo”.
La crisis de la covid-19 ha acelerado la digitalización de todos los servicios. En el suyo el interés es especial. “El negocio va ahora mismo a la disrupción de las cadenas de suministro. Si algo no va a llegar a las tres de la mañana como estaba previsto, se puede saber. Poder adaptarse y tomar decisiones para preservar la salud es básico. Esto solo se consigue con tecnología”, subraya De los Ríos.
El sector automotor en México se ha convertido en uno de sus clientes más destacados. Aunque en 2020 las mascarillas fueron las protagonistas, en 2021 las vacunas se han convertido en el foco principal: “Las empresas de farma tiene impacto global. Se priorizan las vacunas por encima de todo”.