Mujer, con experiencia internacional con startups y gran conocimiento del ecosistema local y latinoamericano. Así es Ana Paula González (Guadalajara, México, 1984), la persona que ocupa uno de los puestos clave en Softbank y muy relevante para el futuro de Miami.
Habla con D+I pocos días después de su nombramiento, en llamada de vídeo, saltando de reunión en reunión, con la energía propia de quien sabe el impacto que causará su labor. Repasa su trayectoria, retos y visión de futuro, con reposo y detalle.
Ana Paula llegó a Miami antes de que estuviera de moda, pero cuando comenzaban a moverse las piezas del ecosistema emprendedor. Consiguió convencer a 500 Startups, el fondo y programa de aceleración nacido en Silicon Valley de que necesitaba no solo una oficina local, sino un plan a medida para una ciudad emergente. Tras demostrar que en Miami su idea funcionó, se multiplicó la experiencia más allá de Estados Unidos, con alianzas con diferentes programa en Asia y Oriente Medio.
París y Nueva York como forja
El ánimo internacional de González viene de su época de estudiante. Del Tec de Monterrey en su Guadalajara natal pasó por la École Superieure de Commerce en París. Fue becaria en Luis Vuitton. Tras su vuelta a México, pasó a Boston Consulting Group, en private equity. Estas experiencias le sirvieron para forjar su carrera. Supo qué sí y qué no le gustaba. “La práctica de invertir me cautivó”, relata mientras echa la vista atrás.
El siguiente paso fue un MBA en Columbia. En Nueva York disfrutó del jazz, una de sus pasiones. “Mientras mis compañeros pensaban en quedarse en Manhattan, sobre todo en banca, yo me moría por volver a México y realizarme allí. Sabía que el impacto sería mucho mayor”, cuenta.
Tras un tiempo en Deutsche Bank, en microcapital, llegó a Adobe Capital, en México. Ya estaba en el sector que quería. De ahí, a Miami, pero no el Miami que brilla ahora mismo, sino uno todavía latente, con potencial, pero silencioso.
Durante los cuatro años que ha pasado en 500 Startups, de 2016 a comienzos de 2021, ha creado un equipo local, convertido este modelo en una fórmula que se ha repetido en diferentes latitudes. Por momentos, llegó a vivir en un avión: “Teníamos acuerdos firmados en Moscú, Riad, Indonesia, Kuala Lumpur, Kobe o Montevideo, por decir algunos lugares. Miami, sin duda, ha sido un caso de éxito.
Softbank, echando raíces en Miami
Softbank abrió en Miami hace dos años. Inicialmente mirando a América Latina. Cada vez más, como un hub global, conectado son su central en Tokio y con fuerte relación con Silicon Valley.
Marcelo Claure es el promotor número uno de esta ciudad, no solo en lo verbal, sino también en lo ejecutivo, con inversión y equipo. El directivo al frente de Softbank global, anunció que Miami pasaba a tener un peso superior al de Nueva York y California. Ana Paula sabe que perciben la ciudad como un hub único, “al estilo de Singapur o Hong Kong. Con energía especial”.
Softbank comprometió 5.000 millones de dólares para invertir en América Latina. La primera impresión fue que no había dónde poner ese dinero. Ahora todo el mundo mira a la región. Algo similar está pasando con Miami. Ana Paula tiene el mandato de liderar una inversión de 100 millones de dólares solo para startups de la ciudad.
Sin embargo, no es una cantidad cerrada, sino una declaración de intenciones, de demostrar que van en firme. “Vamos a invertir en startups cuya aspiración sea tener una valoración de 1.000 millones. Lo importante es que sean tech enabled y escalables”, concreta.
De 'early stage' a etapas más maduras
Uno de los puntos diferenciales es que Softbank, normalmente, invierte en fases más avanzadas. Sin embargo, las primeras inversiones son en startups todavía tempranas. “No se ha hecho antes, pero tiene mucho sentido en Miami. La intención es cubrir todo el espectro. Seguir todo el ciclo del emprendedor”, matiza.
8Sleep, centrada en mejorar la calidad del sueño y los beneficios de salud que trae consigo, QuikNode, una solución en blockchain con gran potencial de futuro, y Lumu, de ciberseguridad, son las tres inversiones anunciadas hasta el momento, pero no serán las únicas. “No nos cerramos en cuanto a sectores. Somos agnósticos en ese sentido”, explica.
Si hay un aspecto en el que Silicon Valley ha fallado de manera recurrente es el de la diversidad. Softbank sabe que en Miami eso puede ser diferente: aquí la diversidad transpira en cada acento, en cada restaurante regional… No es casualidad que esta iniciativa la lidere una mujer que además es nacida en México. “Se trata de que esto se refleje tanto en los equipos internos, como en el portfolio”, subraya antes de despedirse.