Francis Suárez, el alcalde de Miami, amigo de la innovación y fascinado por cómo las nuevas tecnologías están transformando su ciudad, toma casi a diario un cafecito con un invitado, dialoga y lo sube a YouTube. Este compartido café cubano, bien cargado de azúcar, como manda la tradición, con personalidades de la tecnología, el arte y la cultura en la ciudad ha llevado a su despacho a David Beckham, Keith Rabois o Gente de Zona.
Este miércoles contó con un inusual invitado, Stephen Tse, fundador de Harmony, una plataforma de desarrolladores sobre blockchain cuya comunidad no deja de crecer. Especialmente en Miami, donde el arte y la tecnología se dan la mano.
La trayectoria de Stephen Tse es de lo más inesperada. O, mejor dicho, es de lo más deseada dentro de los parámetros de Silicon Valley hasta que dio un valiente giro. Nadie en su sano juicio dejaría un puesto en Apple, con equipo a cargo y después de que la empresa de la manzana comprara su startup, Spotsetter en 2014. Antes pasó por Microsoft, dónde llegó con su doctorado en criptografía bajo el brazo. “El reto estaba ahí, era un paso natural, porque permite emplear muchos de los conocimientos de ingeniería y construir sobre ello”, explica.
De Google a Apple vendiendo su startup
Y de ahí a Google, donde comenzó a meterse en el mundo cripto. Cada jueves después del trabajo, los ahora emprendedores con Harmony se unían y comenzaban a vislumbrar las bondades del blockchain. Comenzaron de manera informal, hasta que en un viaje a China consiguieron su primera y única ronda de financiación de 18 millones de dólares.
Con esta cantidad asegurada comenzó a forjar su equipo, plagado de Googlers, ex-Amazon, antiguos compañeros de Apple o emprendedores ávidos de explorar nuevas fronteras.
En Harmony tienen una obsesión: “Crear una plataforma cuya infraestructura descentralice la economía. Internet ha impactado a millones de personas. El móvil, a cientos de millones. Ahora estamos ante una tecnología que puede impactar directamente en 10.000 millones de personas en el futuro”.
Tse visita Miami con frecuencia, donde tiene una relación cercana con la comunidad cripto, y sigue viviendo en California. Durante la conversación hay dos palabras que repite con frecuencia: consenso y confianza, para la toma de decisiones y para construir juntos.
Tse llegó a Canadá desde su Hong Kong de origen con 17 años. Desde entonces no ha dejado de estudiar e investigar, profundizando en Inteligencia Artificial y criptografía. En su comunidad, sostiene, ambos conocimientos le sirven, también para discernir. “En el equipo busco personas que tenga verdadero talento, que les guste la misión. Los curiosos pueden dejarse caer, pero no siempre se quedan. Los fundadores tenemos la responsabilidad de poner la tónica. Si no se contribuye es muy dácil de comprobar”.
Pero, ¿qué hace tan especial a Harmony? Según su fundador, lo mucho que escuchan y les invitan a aportar. Cuentan, por ejemplo, con un programa de becas para aquellos que se dedican a hacer mejores técnicas en la plataforma.
Más allá de Miami, la plataforma Harmony detecta también crecimiento notable en América Latina. Tse ha procurado visitar la región, antes dela irrupción de COVID, claro. En sus cinco viajes ha conocido México, Argentina, Colombia y Venezuela. Sabe que, en parte, el auge de las criptomonedas en la región está fundamentada por la volatilidad de sus monedas. “La clave está en la confianza. Si tienen situaciones de gran inflación o monedas que fluctúan fuerte, buscan alternativas. Nuestras aplicaciones hacen precisamente eso, construyen confianza a largo plazo.
La apuesta por el arte, en la capital no oficial de América Latina, donde Art Basel es una institución de renombre, es constante. Harmony ha metido un pie con la comunidad de artistas digitales. Los NFTs, como llaman a los activos no fungibles que almacenan la referencia y propiedad de obras de arte dentro del blockchain. También se han involucrado en el DAO, una plataforma no oficial que busca ser auntónoma y descentralizada en la toma de decisiones comunitarias en Miami.
Tendiendo puentes
Una de las preguntas más recurrentes dentro de su comunidad es la posibilidad de que su token, la unidad de valor que cotiza con otras y se utiliza al realidad acciones en su plataforma, se pueda comprar en Coinbase. Por ahora, ni desmiente, ni confirma. Pero sí deja caer que están en conversaciónes. Un diálogo que corrobora su escalada al olimpio del criptomundo. Sí funcionan en Binance, donde el pasado fin de semana su token fue el más cambiado.
Cuando se le pregunta por especulación, Tse es tajante: “Sin innovación no hay valor. Los emprendedores esto lo tienen claro. Siempre habrá especuladores alrededor, pero se detectan fácil. Otra cosa es que los gobiernos no lo apoyen, pero me parece natural. Un gobierno siempre va a ser reactivo”.
Este ánimo comunitario lo impregna todo, empezando por el nombre del token, ONE. “Se llama así porque queremos que te sientas parte de ellos, que seas 'the one'. Los productos no son solo una cuestión de tecnología, sino de pertenencia".