Miguel Fernández e Ignacio Moreno tenían planes diferentes para 2020. Moreno pensaba comenzar un máster en Berkeley, la universidad pública más relevante de Silicon Valley, cuna del hippismo e innovación a partes iguales. Fernández fue a Boston para estudiar y de ahí no se ha movido. Fernández es el CEO y Moreno, al que todo el mundo llama Guli, está al frente de producto y tecnología.
Ellos son dos de los cuatro fundadores de Capchase, una startup que ha sorprendido por su rapidez para conseguir fondos y activar un plan ambicioso. Los cuatro fundadores solo se han visto en persona una vez. Fernández tuvo un papel relevante en Geoblink, una startup en la que entendió muy bien como el modelo y los problemas de los SaaS, las empresas que ofrecen software como una suscripción. (la traducción literal sería: Software como servicio).
Acceso inmediato a los ingresos previstos
Trabajando ahí se dio cuenta de que el acceso a los ingresos previstos puede cambiar por completo la vida de una startup. Capchase es una fintech de nueva generación, con un modelo distinto. Permite que las empresas con modelo SaaS puedan acceder a los ingresos del futuro. Es decir, si una compañía los contrata su software durante un año, Capchase les puede adelantar ese dinero para que puedan seguir crecimiento, operando y captando nuevos clientes como si ya lo hubieran facturado. Así no tienen que levantar capital precipitadamente o recurrir a créditos con alto interés.
“Nos dimos cuenta de que otros dan un ratio de apalancamiento y lo devuelven con un interés fijo. Así que decidimos crear un producto único que permite saber el coste de ese capital y el descuento que hacemos. Pueden facturar mensualmente con Capchase y decidir el máximo que les podemos adelantar”, explica el CEO.
El cliente tipo suelen ser startups de Estados Unidos entre fase semilla y serie C que cuentan con ingresos recurrentes pero necesitan ganar en velocidad.
Capchase se formó en mayo de 2020, en los peores momento de la crisis sanitaria, cuando todavía no se sabía demasiado sobre el virus. Del equipo fundacional de cuatro personas han pasado a 20 perfiles de lo más diverso, distribuidos entre Boston y Nueva York en Estados Unidos; Madrid, Valencia y Barcelona en España, y en Europa en Amsterdam, Praga y Brno. El 25% de la plantilla son mujeres.
Ambos destacan el talento como uno de los puntos clave para su éxito: “En España hay un gran talento en Ingeniería. No tenemos nada que envidiar a otros países. Quizá cuesta más dar el salto a una startup, sobre todo si el contrato es en remoto”.
Fondos de Silicon Valley
Uno de los puntos más llamativos de esta nueva fintech es que consiguieron financiación de 4,6 millones de dólares en fase pre-seed, y, en diciembre, 60 millones de dólares para poder prestar a sus clientes. Entre sus inversores se encuentran pesos pesados de Silicon Valley, como Max Levchin, CEO de Affirm y cofundador de Paypal, Caffeinated Capital, un fondo que entra en fase semilla, y Bling Capital, que tuvo olfato para detectar el potencial de GitLab, Docker, Brex o Lyft.
Las metas que se plantean de aquí a 2022 pasan por conseguir que los clientes vean la financiación como parte clave de su operativa. Si tuvieran que, de alguna manera, desvelar su receta mágica, la “secret sauce” como les gusta decir por aquí sería: “Crecer más rápido con un solo click. Somos los que mejor entendemos el modelo SaaS. Integramos tres servicios: cuenta, suscripciones y software de contabilidad en el mismo sitio. Esto nos permite dar acceso a los ingresos futuros en un solo día”.