¿Cuántas veces hemos pensado que “la realidad supera a la ficción”? Vivimos inmersos en un mundo en constante evolución, donde la tecnología avanza a pasos agigantados. Desde mejoras en los procesos de trabajo hasta el impacto positivo en la calidad de vida de las personas, los avances tecnológicos están transformando nuestro día a día.

La oportunidad de aprovechar todos los conocimientos y recursos que nos brinda la tecnología se ha convertido en un motor de crecimiento para startups, pymes y centros tecnológicos en España, cuyos esfuerzos se traducen, entre otras cosas, en desarrollar soluciones nunca vistas y punteras que puedan aplicarse tanto en el ámbito civil como en el militar, que es casi siempre punta de lanza para los grandes avances disruptivos.

En este último ámbito de la defensa, el futuro vislumbra un entorno de conflictos multidominio altamente digitalizados, donde serán protagonistas las nubes de combate, los drones y las capacidades más avanzadas de comunicaciones, sensorización, inteligencia electrónica o, incluso, la tan ansiada invisibilidad.

Indra es líder industrial en España del mayor programa de defensa colaborativo de Europa, el FCAS, que desarrollará el futuro sistema de combate aéreo europeo que entrará en operación en 2040, para lo que necesita de ideas y tecnologías ultrainnovadoras que constituyan nuevos paradigmas. Y qué mejor manera de buscarlas que entre las distintas startups, pymes y centros tecnológicos de todo el territorio español.

Hacia una tecnología ‘inimaginable’

Como empresa tractora de la industria de defensa y tecnológica española, Indra hizo un llamamiento a este ecosistema emprendedor a través de la iniciativa “The FCAS Challenge”, a la cual respondieron más de 70 candidatas dispuestas a dotar al FCAS con sus últimas innovaciones. Ocho de ellas fueron reconocidas por la calidad de sus proyectos, por parte de la tecnológica.

Entre las destacadas, Beamagine es una de ellas y lleva desde su nacimiento, hace siete años en Barcelona, desarrollando sensores LiDAR de escaneo y generación de imágenes en alta resolución que se han utilizado en la industria de la automoción. Ahora quieren adaptarlos a defensa para “dotar al FCAS de sistemas difíciles de detectar por el enemigo”. Otras empresas, como EM3Works, spin-off surgida de las Universidades de Vigo y Extremadura, especialistas en tecnologías de calidad para la baja observabilidad de plataformas de defensa, como buques o aviones, también recibieron una mención.

La inteligencia artificial, tecnología emergente por excelencia, tuvo un papel destacado, lo que reconfirma que es tanto el presente como el mañana. La IA fue protagonista en proyectos como el de la startup del País Vasco Multiverse Computing o en el de la madrileña The Reuse Company. Ambas proponen su aplicación al FCAS para llevarlo “al siguiente nivel”.

El sector de la defensa también se beneficiará de la supercomputación a través de pymes y centros tecnológicos como Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación y Gradiant (Galicia) que, entre algoritmos y ordenadores, desarrollan tecnologías duales que podrían contribuir a programar la nube de combate del FCAS.

Salvaguardia al máximo nivel

Sensores y datos son elementos clave que desempeñan un papel crucial dentro del FCAS. Byevolution Creative Factory, una startup andaluza, quiere encargarse de la protección de la información de las misiones “yendo un paso más allá del blockchain, certificando su fehaciencia y garantizando su seguridad”. Por su parte, la asturiana Pixels-Hub, otra de las entidades reconocidas por Indra, es especialista en el tratamiento y representación de los datos recogidos en los distintos procesos.

Asegurar el tratamiento de todos los datos y la información recabados por satélites, drones de reconocimiento o unidades en tierra, mar o aire es fundamental para analizarlos en conjunto y obtener una visión integral del escenario. Para ello, Red Skios, startup madrileña, presentó una solución basada en tecnología blockchain para “conectar toda la nube de combate y garantizar la seguridad de las comunicaciones en todo momento”.

Pero no sólo se trata de aplicar tecnología puntera, sino también del compromiso de Indra como empresa tractora de la industria española en descubrir, abrazar y potenciar todo el talento existente en las pequeñas y medianas empresas tecnológicas, así como en los centros de investigación y las universidades. Iniciativas como ‘The FCAS Challenge’ no sólo redefinen el sector de la defensa, también posicionan y consolidan a España como un referente en el desarrollo de tecnologías avanzadas de aplicación dual.

La misión en este sentido es clara: que el futuro de la tecnología pueda llegar a alcanzar límites insospechados para garantizar nuestra seguridad y nuestra forma de vida, y que los avances tecnológicos puedan servir de baluarte también para todos los sectores civiles y para mejorar la sociedad.