Pasadas las 14:00 horas del viernes 12 de agosto, uno de los cinco aviones Falcon D900 que se encargan de transportar a la Jefatura de Estado, al presidente del Gobierno y a los ministros en viajes por el interior de España o en el extranjero, operado por el Grupo 45 del Ejército del Aire español, aterrizó en Argel.

El viaje tuvo lugar en medio de la mayor crisis diplomática y económica que ha habido entre Argelia y España. Sin embargo, no consta en la agenda oficial ni los ministerios han informado, o informan, al respecto. Se ignora quién volaba en el interior y el motivo. En todo caso, “que llegó un Falcon a Argel es cierto”, confirma una fuente cercana a la embajada española en Argelia.

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Se barajan "tres posibilidades" para el secreto viaje, según la fuente: "misión militar, humanitaria o energética". De lo que no cabe duda es de que su objetivo principal era calmar la tensión que se desató en marzo y que todavía no se ha conseguido resolver.

De hecho, la 'misión' habría contado con participantes más allá del Gobierno español. Se contempla la posibilidad de que dentro del avión volara un representante del Gobierno de Alemania, de la Unión Europea (UE) y de alguna compañía energética, mantiene la misma fuente.

Estos posibles acompañantes no son casualidad. Justo un día antes de que aterrizase el Falcon en Argelia, el presidente alemán, Olaf Scholz, abogó por la construcción de un gasoducto que una España con el centro de Europa a través de Francia, debido a la crisis energética. Esta conexión gasística se tratará en la cumbre hispano-alemana de octubre en Madrid.

Por otro lado, el representante de la UE no solo habría participado en el viaje por la crisis gasística, sino también para apoyar el reinicio de las relaciones comerciales del país magrebí con uno de sus socios. “Ha habido negociaciones con España en este sentido, y actualmente están en manos de la Comisión Europea en Bruselas”, detalla la fuente consultada en Argel.

GME

Con todo, dentro de las cuestiones que habrían querido tratar los representantes españoles y sus acompañantes en Argel no habría estado la puesta en marcha del gasoducto del Magreb (GME), que Argelia cerró el pasado 31 de octubre por el conflicto diplomático con Marruecos.

¿Por qué? No supondría una ayuda a corto plazo para aumentar al suministro de gas de Europa. Según ha podido saber este diario por fuentes del sector gasista, "los dos gasoductos que cruzan los Pirineos hasta Francia, los de Larrau e Irún, están funcionando al máximo de su capacidad desde hace meses, enviando hacia Europa todo el gas que es posible".

"Así que, aunque se abriera el GME, sería imposible enviar ni una molécula más por estas infraestructuras a corto plazo. La única opción posible es que se terminara el proyecto Midcat y así doblar la capacidad del flujo de gas. Sin embargo, eso no sería posible, al menos y como muy pronto, hasta dentro de dos o tres años", añaden.

Además, la fría relación que existe entre Marruecos y Argelia hacen aún más inviable la posibilidad de una apertura. "Junto con Corea del Norte y del Sur, son los únicos países vecinos del mundo con una frontera tan cerrada", añaden.

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Con todo, las mismas fuentes del sector reconocen que hay que seguir trabajando en buscar un acercamiento entre ambos países.

"Ahora Marruecos puede contar con las plantas de regasificación que hay en España para almacenar el GNL (gas natural licuado) que compre en los mercados internacionales, y Argelia sigue manteniendo sus acuerdos de suministro tanto por tubo como por barco a nuestro país", concluye.

Ruptura

Argelia suspendió el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España el 8 de junio como represalia por el histórico giro del Ejecutivo español en la cuestión del Sáhara Occidental. La carta de Pedro Sánchez al rey Mohamed VI para mostrar su apoyo al plan de autonomía marroquí enfadó al Gobierno argelino, que defiende al Frente Polisario.

Entonces, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, recurrió a la Unión Europea, ya que Argel también bloqueó las transacciones bancarias que paralizaron el comercio bilateral.

En Bruselas, estas medidas se consideraron “a primera vista, una violación del Acuerdo de Asociación (entre la UE y Argelia, suscrito en 2005), en particular en el área de comercio e inversión. Esto llevaría a un tratamiento discriminatorio de un Estado miembro de la UE”.

Dos meses después, el comercio con España sigue suspendido, a excepción del gas, cuyo precio se espera que suba. Actualmente, la empresa nacional de hidrocarburos argelina Sonatrach y la española Naturgy están en negociaciones con el fin de fijar un nuevo precio para el suministro que proviene del gasoducto Medgaz.

Migración y terrorismo

Además del gas y el comercio, hay otros dos ámbitos de colaboración entre España y Argelia que son imprescindibles para nuestro país y Europa: la migración y el terrorismo. De ahí que el Falcon pudiera haber viajado a Argelia en misión militar o humanitaria.

Desde 2008, Madrid y Argel colaboran en la lucha contra el terrorismo y la criminalidad organizada. En concreto, contra el tráfico de seres humanos y las redes de inmigración ilegal. Un acuerdo suscrito en Argel que necesita más que nunca seguir en vigor teniendo en cuenta el ascenso de llegadas de ciudadanos argelinos de manera irregular a España y la situación de inseguridad en los países del Sahel.

Por otro lado, en el contexto de la lucha contra el terrorismo, ambos países intercambian informaciones relativas a los grupos terroristas, a los actos de terrorismo proyectados o cometidos, a los modos de ejecución y a las técnicas utilizadas para la ejecución de tales actos. Además, Argelia contiene y detiene a terroristas en la extensa frontera con Mauritania, Níger y Mali.

Por otro lado, desde que se interrumpieron las relaciones diplomáticas, Argel paralizó la admisión de las repatriaciones de migrantes irregulares desde España. Así demuestra que es un vecino “estratégico” y “principal”, como afirmó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, poco después de que en junio se paralizase el Tratado de Amistad.

Desde ese momento, la diplomacia española comenzó a trabajar de forma silenciosa para proceder a esa desescalada de la situación actual, sin resultados por el momento.