Gimnasia facial: rutina de ejercicios contra la flacidez

Existen diversas rutinas para cualquier parte del cuerpo: la piel, las uñas, el pelo… y por supuesto, la cara. Cuando nos referimos al rostro podemos hablar de muchos tipos de cuidados, normalmente cosméticos, para ayudarnos a lucir una piel suave, sin imperfecciones o arrugas. En el mercado existe una gran oferta de sérums, cremas y otros tratamientos que puedes aplicar, pero si quieres añadir un plus de cuidado del rostro sin tener que recurrir a impregnarlo con algún producto, la gimnasia facial es una alternativa muy recomendable.

Del mismo modo que nos preocupamos por ejercitar los músculos del cuerpo, la cara también está llena de ellos y a veces parece que no lo tenemos en cuenta. Con distintas prácticas, la gimnasia facial puede ser muy eficaz para mantener la cara firme, tersa y más saludable. Si estás dispuesto a incluir la gimnasia y los ejercicios faciales en tu rutina de belleza, sigue atento a las siguientes prácticas más comunes para comenzar a practicarla.

Antes de empezar, lo ideal es que tu cara esté libre de cualquier resto de maquillaje y profundamente limpia. Hidratarla con una buena crema o sérum que se ajuste a tus necesidades será un plus para que la gimnasia facial vaya haciendo efecto progresivamente. Aquí te recomendamos dos indicadas para reducir líneas de expresión. 

Crema reafirmante Induncare

L´Oreal Paris Dermi Expertise Age Perfect

Rostro en general

Puedes comenzar activando todo el rostro realizando un masaje con las yemas de los dedos, realizando pequeños toquecitos por todas las zonas. De este modo la circulación irá aumentando y mejorando. Otro de los ejercicios consiste en pronunciar las vocales de la forma más exagerada que puedas, incluyendo la expresión de toda la cara. A continuación te recomendamos dos opciones más enfocadas a prevenir y reducir arrugas.

Zona de la boca

Con los labios presionados, tuércelos hacia la derecha y hacia la izquierda, mantén la posición seis segundos en cada lado. Descansa y repite, esto ayudará a tensar las mejillas. Otro movimiento, también con los labios juntos: colócalos como cuando vas a silbar y presiona durante unos pocos segundos hasta que notes tirantez.

Pómulos

Para ejercitar esta zona también hay varios movimientos. Uno sencillo es llenar la boca de aire y mantenerlo como si fueras un globo. Aguanta unos segundos notando que los mofletes tiran, después suelta el aire lentamente y repite hasta cinco veces cuando te hayas relajado. Como segunda técnica, pellizca suavemente los pómulos desde dentro hacia afuera, en dirección a las orejas. También puedes hacerlo por la zona de la mandíbula. Con esto conseguirás activar la circulación, aportar luminosidad (mejor si lo acompañas de una de las cremas que te recomendamos) y tonificar la zona. Puedes hacer dos repeticiones.

Contorno de ojos

Para esta zona también existen productos específicos que te pueden ayudar a potenciar el efecto de la gimnasia facial. Este es uno de los más recomendados:

Puedes aplicar el producto aprovechando el siguiente ejercicio: con las yemas de los dedos, muévelos de dentro a fuera con un ligero ‘tecleteo’, ve desde las bolsas hacia las patas de gallo y cierra el círculo pasando también por las cejas. Otro ejercicio eficaz es estirar suavemente los extremos de los ojos hacia la sien, como si quisieras achinarlos. Aguanta en esa posición unos cinco segundos y repite.

Frente

Para alisar y estirar esta zona, coloca las manos extendidas en forma de arco entre la frente y el nacimiento del cabello. Presiona la zona y tira levemente hacia la coronilla. Mientras cierra los ojos. Notarás que se tensan las cejas y los párpados, además de la frente. Aguanta de cinco a diez segundos en esta posición y después relaja. Repite otras cuatro veces.

Cuello y papada

Esta es una de las zonas que más tiende a la flacidez con el paso del tiempo. Para reafirmarla, uno de los ejercicios más sencillos es pronunciar la letra X diez veces lo más exageradamente que puedas, apretando los músculos. Relaja y puedes hacer otro ejercicio. Esta vez, mantén la boca muy abierta y, a la vez, mueve la mandíbula inferior hacia fuera y que vuelva a su posición normal. Hazlo entre 10 y 15 veces y después destensa cerrando la boca.