El Arco de Constantino, que todavía se alza imponente en la plaza del Coliseo, es uno de los principales monumentos de la época de la Antigua Roma que sobreviven casi intactos en la Ciudad Eterna. Pero este martes, el arco triunfal erigido por orden del Senado en el año 315 para celebrar la década en el poder del primer emperador que abrazó el cristianismo se ha visto dañado por una fuerte tormenta que ha sacudido a la capital italiana. De estar en el siglo IV, seguro que sus habitantes lo habrían interpretado como un mal augurio relacionado con la furia de los dioses.
En un comunicado enviado a la agencia Reuters, el Parque Arqueológico del Coliseo ha confirmado que la estructura fue alcanzada por un rayo que desprendió varios fragmentos de mármol. El Arco de Constantino fue alcanzado por el relámpago en su fachada sur, precisamente donde desde hacía dos días se estaba instalando un andamio para llevar a cabo unos trabajo de conservación, que ahora se centrarán en reparar los daños provocados por la tormenta y en reintegrar las pérdidas.
"Todos los fragmentos han sido recuperados y puestos a salvo. Las evaluaciones de los daños ya se están realizando y los análisis continuarán mañana por la mañana [en relación a este miércoles]", han asegurado los responsables del Parque Arqueológico del Coliseo. Según el relato de un testigo recogido por Reuters, "un rayó cayó justo en el arco y vimos trozos volando".
"Los romanos estaban muy atentos a la interpretación del significado de los rayos. Existían los llamados calendarios brontoscópicos que indicaban los diferentes sentidos que tenía la caída de un rayo cada día del año y en diversos lugares", ha explicado el arqueólogo Néstor F. Marqués, responsable de Antigua Roma al Día, en sus redes sociales. "Aunque en algunas ocasiones era considerado como algo positivo, la caída de rayos sobre estructuras o estatuas era un mal augurio que debía ser expiado con ofrendas a los dioses".
La potentísima tromba de agua que sacudió el centro histórico de Roma provocó que en tan solo una hora se registrasen más de 80 mm de lluvia por metro cuadrado, la misma cantidad que en un mes de otoño, además de alcanzarse rachas de viento de 90 kilómetros por hora, según ha informado el Ayuntamiento. Además de los daños en el Arco de Constantino, varias calles se han visto inundadas y el metro se ha visto obligado a cerrar varias estaciones.
"El suceso que ha golpeado Roma no tiene precedentes, porque ha sido muy potente y se ha concentrado en muy poco tiempo y en algunas zonas de la ciudad, empezando por el centro histórico", dijo el alcalde, Roberto Gualtieri, tras la reunión convocada en la noche del martes con los responsables de la policía local y Protección Civil, entre otros. El regidor explicó que la tormenta, que causó derrumbes y caídas de árboles, obligó a "realizar más de 400 intervenciones con gran rapidez y eficacia para ayudar a los ciudadanos y al tráfico" y los daños se minimizaron "por nuestro plan de adaptación al clima y las numerosas acciones que ha identificado y puesto en marcha" .