Uno de los grandes enigmas que rodean a la Edad de Piedra es cuándo empezaron los primeros humanos a usar la madera para fabricar herramientas. Apenas han sobrevivido un puñado de artefactos aislados hechos con este material durante el Pleistoceno (aproximadamente entre hace 2,6 millones y 11.600 años) gracias a condiciones excepcionales de conservación. El más antiguo hasta el momento, un fragmento de tabla pulida de hace unos 780.000 años, ha salido a la luz en el yacimiento israelí de Gesher Benot Ya'aqov. En Europa, en lugares como Clacton-on-Sea (Reino Unido) y en Schöningen (Alemania) se han descubierto lanzas completas con una antigüedad de unos 400.000 y 300.000 años respectivamente. El registro, sin embargo, es mucho más escaso en África, la cuna de la humanidad.
Pero un nuevo hallazgo arqueológico registrado en Kalambo Falls, en la frontera de Zambia con Tanzania, desafía ahora la imagen que tenían los investigadores sobre las habilidades técnicas de los primeros homininos. Hace casi medio millón de años, en un yacimiento que se encuentra a la orilla de un río con una cascada de 235 metros, un grupo de humanos construyó la estructura de madera más antigua de la historia. Los vestigios, dos troncos entrelazados y con evidencias de haber sido manipulados de forma intencionada, han sido documentados por un equipo de arqueólogos de las universidades británicas de Liverpool y Aberystwyth.
Los resultados de la investigación, publicados este miércoles en la revista Nature, apuntan que esta construcción, que data de hace al menos 476.000 años —es decir, anterior incluso a la aparición de la especie Homo sapiens—, podría haber sido una pasarela, una plataforma elevada o los cimientos de una vivienda erigida en la llanura aluvial. Independientemente de su enigmática función, es la evidencia más antigua de manipulación de troncos para hacerlos encajar. El uso de madera por humanos primitivos conocido hasta ahora se limitaba a hacer fuego y fabricar lanzas y palos para cavar.
"Este descubrimiento ha cambiado mi forma de pensar sobre nuestros primeros antepasados. Olvidémonos de la etiqueta de Edad de Piedra y miremos lo que estaban haciendo estos individuos: algo nuevo y grande de madera. Usaron su inteligencia, imaginación y habilidades para crear algo que nunca antes habían visto, algo que nunca antes había existido", explica Larry Barham, director del proyecto de investigación y autor principal del artículo científico. "Transformaron su entorno para hacer la vida más fácil, aunque fuera solo una plataforma para sentarse junto al río y realizar sus actividades diarias. Estas personas se parecían más a nosotros de lo que nos pensábamos".
Los investigadores del proyecto "Deep Roots of Humanity", que estudia cómo se desarrolló la tecnología humana a lo largo de la Edad de Piedra, destacan que este hallazgo disputa la creencia predominante de que los humanos de esta época eran nómadas: en Kalambo Falls habrían tenido una fuente perenne de agua y un bosque a su alrededor que les proporcionaría suficiente alimento para asentarse y construir espacios donde refugiarse.
[Apocalipsis prehistórico: el 98,7% de los primeros humanos se extinguió hace 930.000 años]
Los arqueólogos han hallado en el yacimiento de Kalambo Falls restos de madera modificada de al menos dos fases distintas de ocupación. En la más antigua, que data de hace unos 476.000 años, se ha documentado esa estructura que constaba de dos troncos entrelazados cuyo segmento superior se trabajó para encajar sobre otro tronco subyacente. La segunda fase, de hace entre 390.000 y 324.000 años, ha sacado a la luz los restos de cuatro artefactos de madera más pequeños, entre ellos una cuña y un palo para cavar.
Se trata de un hallazgo que no encuentra paralelos en los contextos paleolíticos de África o Eurasia. Los ejemplos de estructuras creadas por homininos son extremadamente raros. Uno de los pocos conocidos se ha identificado en la cueva de Bruniquel, en Francia, donde hace unos 176.000 años un grupo de neandertales arrancó estalagmitas del suelo y las utilizó para crear enigmáticas estructuras circulares. Por el mismo periodo, en La Cotte de St Brelade, en la isla de Jersey, otra comunidad neandertal organizó su hábitat apilando montones de cráneos de mamut y otros huesos a lo largo de un barranco.
Pero los restos de madera apenas están presentes en sitios tan antiguos ya que se pudre y desaparece. En el yacimiento de Zambia, que forma parte de un área candidata a engrosar la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, las condiciones excepcionales de conservación fueron propiciadas por los altos niveles de agua permanente.
Los artefactos han sido datados a través de análisis de luminiscencia, es decir, el último momento en que los minerales de la arena que rodeaban los trozos de madera estuvieron expuestos a la luz solar. "Las nuevas técnicas de datación tienen implicaciones de gran alcance: nos permiten obtener fechas mucho más antiguas para reconstruir yacimientos que nos ayudan a vislumbrar la evolución humana", añade Geoff Duller, otro de los investigadores principales. "Kalambo Falls había sido excavado en la década de 1960, cuando se documentaron piezas similares de madera. Pero los investigadores fueron incapaces de fecharlas, por lo que la verdadera importancia del sitio no estaba clara hasta ahora".
Annemieke Milks, una arqueóloga de la Universidad de Reading que no ha participado en la investigación, recuerda las limitaciones que presenta el registro arqueológico respecto a la cultura material hecha de madera. Sin embargo, aplaude que "estudios como este resaltan el papel del más humilde de los materiales en la historia humana y, al mismo tiempo, revelan cuándo los humanos empezaron a alterar estructuralmente el planeta para su propio beneficio".