Isabel de Farnesio, nacida el 25 de octubre de 1692 en Parma, Italia, fue una aristócrata italiana y la segunda esposa del rey Felipe V , con quien se casó en 1714. Madre del futuro Carlos III, se convirtió en una de las reinas consortes más poderosas. Su matrimonio fue parte de los esfuerzos diplomáticos para consolidar la dinastía borbónica en España después de la Guerra de Sucesión Española.
Isabel desplegó una gran influencia política en la corte española. Durante el reinado de Felipe V respaldó a ministros y consejeros afines a sus intereses, lo que le permitió tener una autoridad directa en asuntos de gobierno y en la política exterior de España.
Su matrimonio con el primer rey Borbón de España ayudó a asegurar la legitimidad de la nueva dinastía en un momento en que la monarquía española se encontraba en una fase de transición. Ella, junto al rey y un eficaz equipo de ministros, consiguieron sanear España después de una dura contienda. Mejorando económica y militarmente la situación, dieron lugar a una época a la que el hispanista Christopher Storrs denomina "el resurgir español".
A lo largo de su vida, Isabel apoyó activamente a su esposo en cuestiones políticas y diplomáticas. Ese contacto tan estrecho despertó suspicacias por la excesiva influencia que ejercía sobre su marido. Participó en la toma de decisiones gubernamentales y desempeñó un papel en la elección de asesores de confianza, lo que le permitió influir en la dirección política del país. Además, sus alianzas matrimoniales estratégicas para sus hijos contribuyeron a fortalecer los lazos entre la dinastía borbónica y otras casas reales europeas, consolidando así la posición de la dinastía en el escenario internacional.
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Además de su influencia política, Isabel también tuvo un impacto en la cultura y el arte de España. La monarca italiana impulsó la construcción y renovación de varios palacios y residencias reales, como el Palacio Real de Aranjuez y el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso.
La reina consorte también promovió el mecenazgo artístico, apoyando a pintores, escultores y músicos de renombre. Durante su tiempo en la corte, se realizaron numerosas obras de arte y se organizaron eventos musicales y culturales que enriquecieron la vida cultural de la España de ese período. Su interés por el arte y la cultura la llevó a recibir obras de arte valiosas y a enriquecer las posesiones de la monarquía con tesoros artísticos.
Finalmente, Isabel de Farnesio falleció el 11 de julio de 1766 en Aranjuez, España. Aunque su influencia disminuyó después de la muerte de Felipe V en 1746, su legado perdura a través de sus contribuciones a la política, la cultura y la arquitectura española en el siglo XVIII.