Los criptoactivos se han convertido en uno de los principales dolores de cabeza de los bancos centrales. Su falta de control y rendición de cuentas ante los clientes y su efecto sobre el mercado financiero han llevado a que las autoridades tomen cartas en el asunto. De hecho, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, considera que "las autoridades públicas estamos obligadas a intensificar el seguimiento, regulación y supervisión del mercado de criptoactivos, que incluya una alerta e información constante a los usuarios de los riesgos asociados" a su uso.
El gobernador ha expresado su preocupación por un fenómeno que puede tener importantes ramificaciones en el sector bancario, y que crece de forma exponencial. Los criptovalores más representativos (bitcoins, ethers, tethers, entre otros) "han registrado, por momentos, un volumen de negociación equiparable al de la Bolsa de Nueva York, con una horquilla situada entre el 70% y 95% de esta, y su capitalización agregada ha llegado a alcanzar los 3 billones de dólares, tres veces superior al máximo histórico anterior correspondiente al ejercicio 2017".
Pero estos incrementos también tienen asociados una "elevada volatilidad, como pone de manifiesto que en los últimos meses se han acumulado pérdidas de valor cercanas al 40%".
Todo ello en un marco, considera Hernández de Cos, con numerosos riesgos. "La existencia de grandes oscilaciones en los precios de estos activos puede alterar el sentimiento de los inversores, provocando una sobrerreacción que acabe trascendiendo a otros entornos de negociación", ha explicado. "La necesidad de responder a la volatilidad ajustando frecuentemente las garantías exigibles podría, igualmente, acentuar las ventas de otras clases de activos".
De hecho, "recientemente el FMI alertaba sobre un apreciable incremento de la correlación positiva entre los mercados de criptoactivos y de capitales que, en algunos casos, se ha llegado a multiplicar por 35".
El gobernador del Banco de España ha abordado estas cuestiones durante la inauguración del II Observatorio de las Finanzas, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia. En su intervención, a los riesgos citados ha sumado que los criptoactivos "constituyen un nuevo factor de competencia alrededor de los servicios transaccionales del sector" bancario, para el que se incrementan los "riesgos tanto patrimoniales como reputacionales".
También preocupa la falta de transparencia de estos productos y su uso de cara al usuario. Por ello, ha destacado la regulación por parte de la CNMV de la publicidad de criptoactivos y las iniciativas que a escala internacional se están poniendo en marcha. "Nuestras agendas de trabajo ya contemplan conceder un espacio privilegiado en los próximos meses, por ejemplo, a las finanzas descentralizadas o a los 'tokens' no fungibles".
Sin embargo, la colaboración entre entidades reguladoras es fundamental. "Esta labor, para ser efectiva y eficiente, debe realizarse con una cooperación muy estrecha, tanto internacional como interinstitucional, de forma que se evite la fragmentación y el arbitraje que, en último término, llevarían a una mitigación insuficiente de los riesgos y vulnerabilidades asociados a estos mercados".