La primera jornada del III Observatorio de los ODS 'Las PS del triple impacto: planeta-personas-prosperidad' termina este lunes 16 de septiembre con una conversación a dos entre Enriqueta Chicano, presidenta del Trbunal de Cuentas, y Ana Pastor, presidenta de AMA. Ambas ponen el foco en las mujeres y los acantilados (que no simples brechas) de cristal. Se enmarca en el objetivo número cinco que es lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta de EL ESPAÑOL y editora de Enclave ODS, es la encargada de moderar.
En el auditorio muchos jóvenes, a quienes tanto las ponentes como la moderadora se ha dirigido en numerosas ocasiones para que entiendan por qué hay que seguir luchando por la igualdad y sepan a qué se refiere exactamente el término acantilado de cristal. En realidad este fenómeno es una especia de trampa para las mujeres, que tienen más posibilidades de llegar a un gran puesto de liderazgo en tiempo de crisis, que en tiempos buenos. Si no logran resolver ese reto se refuerza la idea de que no sirven para estar en el poder.
"No creo que haya una decisión malévola de poner mujeres para que se estrellen. Se piensa, por aquello de los estereotipos, que las mujeres estamos mejor dispuestas para tiempos de crisis, pero para tiempos de bonanza se requieren otras cualidades que se han atribuido a los hombres, como fuerza o ambición", asegura Enriqueta Chicano.
Lo que parece una realidad es que las mujeres están dispuestas a asumir riesgos (a veces no tienen otra opción) y también afrontan mejor el fracaso. Un fracaso que, de producirse, a menudo está motivado por "lo apartados que estamos de los grupos de poder de los hombres", como explica la presidenta del Trbunal de Cuentas.
Tanto Enriqueta como Ana Pastor han conseguido muchos hitos en sus trayectorias y han sido pioneras, por lo tanto, saben cómo han cambiado las cosas, pero también todo el trabajo que queda por hacer. La política del Partido Popular y médico de profesión así lo ha recordado para su audiencia más joven durante la charla: "Me mandaron al peor despacho porque era mujer y durante mi carrera de funcionaria pública la cara de desconfianza me ha acompañado. Siempre se nos ha visto con recelo y se nos ha sometido a un escrutinio mayor que a los hombres. Esto ahora ya no es tan frecuente pero sigue habiendo una cultura de ribetes machistas".
Pastor es vehemente a la hora de hablar de esos acantilados de cristal: "A las mujeres se las pone en las crisis, como una prueba para ver si se estrellan". Sin embargo, y según sus propias palabras las mujeres "nos crecemos ante las dificultades. Yo llegué a ministra de sanidad con la crisis de las vacas locas y salí adelante. O al Ministerio de Fomento con deuda millonaria y tuve que tirar para adelante".
Ambas coinciden en la necesidad y utilidad de las cuotas para llegar a esa igualdad de la sociedad que tanto se reclama. Enriqueta hace hincapié en acabar con falsas teorías y deja claro que en el sistema de cuotas se buscan mujeres bien formadas para ocupar ese puesto y visibilizar así su representación. No es elegir a una candidata simplemente por su género. "¿Será posible que todos los hombres valgan y no valga ninguna mujer?", se pregunta con cierta sorna. También asegura que las cuotas han cumplido el papel y que de no exigirlas la representación femenina bajaría, "porque ya ha pasado".
Ambas ponentes hacen hincapié en la importancia de educar en igualdad y favorecer desde las instituciones que esta sea efectiva. "El poder sigue en manos de los hombres. La sociedad se transforma desde abajo, pero fundamentalmente las mujeres tenemos que seguir en esta lucha porque no hay igualdad real, ya no por nosotras, sino por vosotras. Os va a seguir tocando pelear", le ha dicho Ana Pastor a las jóvenes presentes.
Y como colofón una petición con cierto tono jocoso: "Si no os importa a los hombres, que las mujeres tengan un poco más de poder político y económico".