El ingreso en prisión del expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán y del resto de ex altos condenados por el caso ERE está a la espera de una aclaración que tiene que resolver el Tribunal Supremo.
A los dos días de emitir el fallo firme, el abogado del que fue vicepresidente de la Junta Gaspar Zarrías, Gonzalo Martínez Fresneda, pidió una aclaración de una serie de conceptos sobre el conocimiento por parte de su cliente del modo en el que la Consejería de Empleo resolvía las ayudas. También, "una rectificación de errores" que, a su juicio, se incurría en la sentencia.
El alto tribunal aún no ha contestado a dicho trámite, lo que está retrasando que comience a contar los diez días de plazo que dio la Audiencia el pasado mes de noviembre para el ingreso en prisión de los condenados por malversación, salvo para el exdirector general de Trabajo Juan Márquez, que vio rebajado su castigo a tres años.
En concreto Gaspar Zarrías no está penado con la prisión, pero su letrado pidió esta aclaración de cara al recurso de amparo que va a plantear ante el Tribunal Constitucional.
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Sin embargo, algunas defensas como las del exconsejero de Innovación Francisco Vallejo y el exviceconsejero de Innovación Jesús María Rodríguez Román, ambos condenados a cárcel, han alegado ante la Audiencia de Sevilla que la sentencia del Supremo aún está pendiente de ese trámite.
De ahí, el retraso para que el plazo empiece a correr. Por ello, la pasada semana la Audiencia sevillana emitió una nueva providencia en la que ordenó librar oficio "urgente" al Supremo para que el mismo informe si ha resuelto ya la solicitud de aclaración formulada por la representación de Zarrías.
En cualquier caso, las defensas dan por hecho que todos los condenados podrán pasar la Navidad con sus familiares. El plazo comenzará a contar cuando el Supremo resuelva y la Audiencia dé respuesta a los recursos de súplica planteados por las defensas ante el auto que emitió el pasado mes de noviembre.
Tras ello los condenados serán citados de nuevo para que recojan en mano la notificación. Es decir, Griñán y el resto tendrían que personarse de nuevo en la Audiencia.
Ese día empezarían a contar los días para que escojan la cárcel en la que comenzar a cumplir la condena y la manera de ingresar en ella. No obstante, aunque esas diez jornadas suelen ser naturales, quizás la sala acuerde en el auto de qué manera se contabilizarían.
"Humanizar la Justicia"
Por ello, las defensas dan por hecho que los condenados podrán comer las uvas este año con sus familiares. "Con este caso estamos más papistas que el papa y la Justicia hay que humanizarla", asegura una fuente jurídica conocedora del caso. Y añade: "Sería una excepción que estas personas fueran encarceladas en plena Navidad".
En su recurso de súplica el abogado de Griñán, José María Calero, imploraba a la Audiencia que aplazara tres meses su orden de ingreso en la cárcel, incluso que dirigiera oficios al Gobierno y al Tribunal Supremo con el objetivo de que aceleraran, respectivamente, la tramitación del indulto y el incidente de nulidad.
A su juicio, es innegable que si fuera concedida la medida de gracia parcial o si se estimara la cuestión de nulidad, el ingreso en prisión que ahora se ordenase "resultaría fallido, indebido o improcedente".
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Sin embargo, la cuenta atrás puede comenzar de nuevo en cuanto el Supremo resuelva esa aclaración y la Audiencia los recursos de súplica. Sólo una sorpresa de última hora podría cambiar el futuro más inmediato de Griñán.