La funcionaria Elena Collado, responsable de las compras de material sanitario en el Ayuntamiento de Madrid, fue tajante con Philippe Haim Solomon aquel 4 de agosto de 2020.
"Llevamos varios días esperando, tal y como estaba comprometido, el certificado de conformidad de las mascarillas FFP2. Al efecto, te he enviado varios mensajes que no has contestado", le reprochó Collado en un e-mail.
"Es por ello que, de no recibir la documentación adecuada a la mayor urgencia posible, debemos acordar la devolución del producto y del dinero. Espero acuse de recibo de esta comunicación para continuar el procedimiento más adecuado", indicó la funcionaria. El asunto del correo: mascarillas. Su relevancia: alta.
Aquel martes de verano, Collado trataba de contactar con Solomon, el empresario, dueño de la consultora neoyorkina Sinclair & Wilde Limited, que vendió 500.000 mascarillas de la marca EKO al Ayuntamiento de Madrid. El consistorio había abonado, el día 24 de marzo, a una cuenta del Bank Of America 1.250.000 euros, la mitad del precio total del pedido, sin saber que el asunto terminaría derivando en una causa judicial por estafa.
Las mascarillas llegaron a Madrid el 23 de abril de 2020. Pero varios certificados de conformidad no. Y la encargada de las compras sanitarias municipales durante la pandemia de la Covid-19 insistió al empresario en aquel mail.
Ante las primeras sospechas, el consistorio ya había ordenado a su banco, el 7 de abril de 2020, la "retrocesión de la transferencia realizada por importe de 1,25 millones de euros", debido al "incumplimiento del contrato por parte del proveedor beneficiario". No obstante, nadie devolvió el dinero.
El e-mail y el extracto bancario están incluidos en el sumario del caso Sinclair & Wilde, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. El Juzgado de Instrucción número 30 de Madrid investiga esta supuesta estafa sufrida por el Ayuntamiento de la capital. Un caso que, no obstante, no guarda relación con la presuntamente cometida por los comisionistas Alberto Luceño y Luis Medina.
La Policía Municipal de Madrid fue la que denunció las presuntas irregularidades de Sinclair & Wilde. Antes, tal y como consta en un atestado incluido en el sumario, el 4 de mayo de 2020, el director general de Emergencias y Protección Civil alertó a los agentes de que, "a pesar de la apariencia de veracidad" de la documentación que acompañaba a las mascarillas, existían "indicios suficientes para presuponer" que no se ajustaba "a los requisitos técnicos de la normativa española ni europea".
Por ello, el consistorio optó por no dotar con ellas al personal de los Servicios de Emergencias, a quienes, en un inicio, preveía repartirlas. Tanto la Policía Municipal como la Asociación Española de Normalización (Aenor) constataron que los avales que Sinclair & Wilde envió al Ayuntamiento no eran adecuados y que el producto no era seguro.
En una carta previa, enviada desde Londres y fechada el 1 de abril de 2020, pocos días después de la firma del contrato, Philippe Solomon garantizó que su empresa asumiría "toda la responsabilidad, asegurándose de que las mercancías (...) a las que se refiere esta exportación sean iguales en cantidad y calidad a las cargadas en el avión con destino Madrid". Todo ello —indicó el empresario—, bajo la "total responsabilidad legal" de la compañía.
A la busca de Solomon
Hace una semana, el Juzgado de Instrucción número 30 de Madrid reabrió el caso Sinclair & Wilde, después de que la Unidad de Investigación de la Policía Municipal aportara nueva información sobre Solomon.
Entre otros extremos, los agentes investigadores han comunicado al magistrado que el empresario tiene su residencia en Inglaterra, algo hasta ahora desconocido. De él se saben pocos datos más: que nació en 1955, es franco-israelí, judío e interesado en la geopolítica africana, continente al que suele viajar. Y que utiliza frecuentemente una segunda identidad: Philippe Victor Chain Hababu.
"Ante una nueva pista sobre el posible paradero de la persona que habría actuado como intermediaria en la operación de compra, procede la reapertura de las actuaciones y practicar nuevas diligencias tendentes al esclarecimiento de los hechos, y la determinación de sus autores", reza el auto del juez Jorge Israel Bartolomé.
Además, ha solicitado al Ayuntamiento de Madrid que aporte al Juzgado las comunicaciones intercambiadas con Solomon durante toda la negociación, así como el contrato firmado con él.
En su informe ampliatorio, la Policía también indicó al juez de que Solomon fue detenido el 23 de diciembre de 1998 por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de EEUU por blanqueo de capitales y robo de cheques. Fue extraditado a Francia, ya que tiene nacionalidad gala.
Por el momento, en el caso Sinclair & Wilde el Ayuntamiento de Madrid está personado como acusación particular. Los partidos Más Madrid y el PSOE, como acciones populares. Podemos también lo ha solicitado al juez, que no lo ha aceptado aún.
El señor Fong
La Justicia cerró esta causa provisionalmente el 19 julio de 2021, después de que, en un primer momento, la Policía Municipal no lograra localizar al supuesto estafador.
Durante su búsqueda, colaboró con la Policía Metropolitana de Nueva York, que en noviembre de 2020 se dirigió a la sede de Sinclair & Wilde Ltd. en una dirección de la urbe estadounidense.
Allí, sin embargo, no hallaron ni rastro de su objetivo. En cambio, encontraron a un tal señor Fong, un ciudadano chino que era el verdadero inquilino de esa suite.
Según reconoció el ciudadano asiático, como "favor" a Solomon, le había permitido registrar su empresa en dicha dirección. Aunque, preguntado por los agentes, Fong manifestó su hartazgo, ya que una gran parte del correo que llegaba allí eran requerimientos judiciales dirigidos al dueño de Sinclair & Wilde.