El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha propuesto juzgar a un total de 37 personas, entre ellas ocho exalcaldes, el empresario David Marjaliza, técnicos municipales y varios exdirectivos de la empresa Cofely, por las supuestas irregularidades cometidas en la adjudicación de contratos públicos en varios municipios, la mayoría de la Comunidad de Madrid, entre 2012 y 2014 en favor de la compañía de servicios energéticos. El magistrado también propone juzgar a Cofely España SAU como persona jurídica.

En el auto de pase a procedimiento abreviado de la pieza separada 6 del denominado caso Púnica, el magistrado considera los hechos constitutivos de un total de ocho delitos: organización criminal; cohecho para realizar en el ejercicio de su cargo un acto contrario a los deberes inherentes del mismo en concurso prevaricación y revelación de información reservada; tráfico de influencias; fraudes; cohecho del particular en concurso con prevaricación administrativa; fraudes del particular; aprovechamiento de información reservada para sí o para un tercero; y delito de cohecho en persona jurídica.

De igual modo, acuerda el sobreseimiento y archivo de las actuaciones respecto de una treintena de personas y da un plazo a las acusaciones para que en el plazo de diez días formulen escrito de acusación solicitando la apertura de juicio oral o bien el sobreseimiento.

En su resolución, el magistrado explica que esta pieza tiene como objeto exclusivo los hechos que afectan a David Marjaliza como “conseguidor” de contratos públicos para la multinacional Cofely y las actuaciones de esta sociedad, sus empleados y directivos, así como las de los cargos públicos, funcionarios y técnicos participantes en las adjudicaciones concertadas de los mismos.

La investigación afecta a los contratos adjudicados a Cofely en los ayuntamientos de las localidades de Torrejón de Velasco (por valor de 4.111.395 euros); Moraleja de En Medio (2.862.975 euros); Parla (54.659.019 euros); Alcalá de Henares (11.847.479 euros); Valdemoro (50.280.748 euros); Collado Villalba (35.467.135 euros); Móstoles (60.449.119 euros) y Serranillos del Valle (4.205.589 euros), lo que hace un montante total de casi 224 millones de euros.

Junto a ello, indica el auto, las actuaciones del juzgado el 27 de octubre de 2014 en la denominada 'Operación Púnica' interrumpieron los procesos de adjudicación iniciados, pero sin licitarse, en las localidades de Brunete, Almendralejo y Casarrubuelos.

Entre los investigados se encuentran los exalcades de Parla José María Fraile Campos; de Móstoles Daniel Ortiz Espejo; de Collado Villalba Agustín Juárez López de Coca; de Valdemoro José Carlos Boza Lechuga; de Moraleja de En medio Carlos Alberto Estrada Pita; de Torrejón de Velasco Gonzalo Cubas Navarro; de Serranillos del Valle Antonio Sánchez Fernández, y de Almendralejo José García Lobato.

En el caso de este último ayuntamiento, aunque el auto precisa que no se llegó a adjudicar ningún contrato a Cofely por la actuación judicial, el alcalde sí que facilitó supuestamente información del expediente de forma permanente durante su tramitación, por lo que se procede contra él por delito de revelación de información reservada.

Como una organización criminal

Entre marzo del 2012 y octubre del 2014, explica el juez, los investigados de Cofely y David Marjaliza, con su grupo de sociedades instrumentales y testaferros, actuaron "como una presunta organización criminal con una planificación integral, con vocación de permanencia e interviniendo en varios Ayuntamientos objeto de investigación en la pieza 6, pero con la aspiración y la mirada puesta en hacerse con más contratos de eficiencia energética en entidades locales u organismos, ofreciendo acuerdos de corrupción con las autoridades y técnicos que adjudicaban".

"En esta tarea se involucraron hasta diez investigados entre organizadores y partícipes que ejecutaron varios roles que se desplegaban por esferas o círculos concéntricos, siguiendo una secuencia temporal continuada que iba más allá de ser hechos episódicos", añade.

Para darle una apariencia comercial estándar al acuerdo fraudulento que alcanzaron todos ellos, el directivo de Cofely Maurice Didier Roger contrató a Marjaliza bajo la figura jurídica de asesor comercial, a sabiendas de que lo que se esperaba de dicho investigado era que utilizase en sus trabajos de asesor comercial la misma red de contactos e intermediación con alcaldes y concejales que venía utilizando de su etapa anterior de promotor urbanista.

El auto continúa relatando que la relación entre Cofely y Marjaliza se instrumentó a través de un contrato de asesoría comercial que fue suscrito el día 1 de mayo de 2012 por la mercantil Cofely. Por dicho contrato la empresa entregaba mensualmente al empresario una cuota fija de 1.500 euros al mes y una parte variable, según fueran las oportunidades de negocio y contratos que se obtenían, hasta un máximo de 155.000 euros.

"El éxito de los contratos conseguidos por Marjaliza llevó a Cofely a preparar un nuevo borrador de contrato reconociéndole para el año 2014-2015 unos honorarios con la posibilidad de unas cuotas variables por 5.500.000 euros, que las actuaciones judiciales del 27 de octubre de 2014 abortaron", según la resolución.

Círculo 0

La dirección jerárquica la ejercía el director general de Cofely Maurice Didier Roger, círculo 0, quien apoyaba las ofertas, las negociaciones de corrupción, los pagos directos por transferencias a las sociedades de Marjaliza. En la siguiente esfera, el departamento comercial de Cofely dirigido por Constantino Álvarez, quien apoyaba las negociaciones de cohechos que instrumentaban Marjaliza y Pedro García Pérez, responsable de terciario de Mercado Publico del Departamento Comercial.

En otro círculo, apunta el juez, el mismo departamento Comercial con Gaela Hamon como responsable de la Oficina Técnica del Departamento Comercial -Back Office- quien, bien a la par, o tras las negociaciones de Marjaliza y Pedro García Pérez, "se infiltraba en los departamentos técnicos de los ayuntamientos, redactando los pliegos de la adjudicación, los informes de necesidad del contrato, los informes de valoración de las ofertas respecto a los criterios subjetivos dependientes de juicios de valor, el precio de las licitaciones, los plazos, la formula económica para limitar el impacto de las bajas en el rango de las puntuaciones, incluso el cambio de ofertas en las fases reservadas tras la presentación de las plicas por los licitadores".

Otro círculo, explica el escrito, los formaban los negociadores Marjaliza y Pedro García en contacto directo con alcaldes, ediles y técnicos, "que se avinieron a adjudicar a Cofely los contratos de eficiencia energética a cambio de recibir comisiones".

Comisiones

Los investigados diseñaron un plan para recuperar el gasto que realizaban con los pagos de comisiones, en perjuicio de los consistorios. El juez señala que dicho plan preveía el reembolso de las dádivas a costa de posibles sobreprecios en los contratos de eficiencia, inflados con facturaciones de prestaciones ficticias o inexistentes de las sociedades instrumentales de Marjaliza que enmascaraban como gastos del contrato, "lo que no era más que los fondos comprometidos como comisiones".

Para ello, siguiendo los propios protocolos de actuación comercial fijados por Cofely, idearon que el importe de las comisiones o dádivas que les venía solicitado por cada Ayuntamiento se recogiese en el Plan de Negocio -Business Plan- como un gasto más del contrato y así pasasen a formar parte de la oferta que Cofely, una vez aprobada por el COMEX, presentaba al Ayuntamiento concernido.

Según el relato del auto, los investigados añadieron un nuevo epígrafe al Business Plan, que iba a recoger los gastos solicitados por el conseguidor para ganar la licitación pública, gastos que llamaron complemento de éxito -Success Fee-, aunque como dicho concepto, aclara, delataba en parte la finalidad de dicho gasto, cambiaron su nombre por el de -Project Management- gestión del proyecto. Desde ese momento, los gastos comprometidos con los colaboradores para el pago a los alcaldes y funcionarios públicos se asentaron en los nuevos epígrafes creados.

El plan no fue viable

La resolución subraya que pese al esfuerzo de los investigados el plan no fue viable en casi ninguno de los ayuntamientos, ni siquiera en aquellos que se contó con el acuerdo de los alcaldes y ediles. Se frustró, explica, por la situación de insolvencia y severa morosidad de la mayoría de los consistorios y los reparos de algunos de los interventores de las instituciones implicadas.

Los ayuntamientos que adjudicaron en 2012 y 2013 no pagaron casi ninguna de las facturas de Cofely, que sí facturó por los primeros servicios iniciales de prestación efectiva por sus propios equipos de trabajo, como la compra de energía, mientras que los ayuntamientos que adjudicaron en 2014 se vieron afectados por la actuación del Juzgado en la Operación Púnica, que "desactivó toda la organización criminal", asegura el instructor