El rey emérito abonó con fondos procedentes de una línea de liquidez bancaria la regularización fiscal que sus representantes formalizaron el 9 de diciembre ante la Dirección General de Tributos de la Comunidad de Madrid, según ha sabido EL ESPAÑOL.
Don Juan Carlos pagó a la Administración Tributaria autonómica 678.393,72 euros, incluyendo intereses y recargos, correspondientes a las donaciones recibidas del empresario británico-mexicano Allen Sanginés-Krause por importe de más de 800.000 euros entre 2017 y 2019.
El dinero fue empleado en satisfacer gastos ordinarios de miembros de la familia de Don Juan Carlos, que utilizó para efectuar los pagos a su exayudante de campo, coronel Nicolás Murga. Era éste el que recibía en una cuenta bancaria de la que era titular las transferencias procedentes de Sanginés-Krause, antiguo amigo del exjefe del Estado.
Los fondos regalados al rey emérito por el multimillonario empresario, residente en Londres, no fueron incluidos en su momento por Juan Carlos I ni en el impuesto de sociedades ni en el IRPF.
Su declaración ahora, fuera de plazo y sin haber sido requerido para ello, ha conllevado el abono de la deuda tributaria correspondiente, para lo que ha hecho uso de una línea de liquidez proporcionada por el Banco Santander.
La línea no ha sido concedida ad hoc para la regularización tributaria realizada hace seis días por el rey emérito, sino que fue establecida en 2019. Es un mecanismo habitual para que los clientes de las entidades bancarias puedan hacer frente a necesidades potenciales de liquidez ante una contingencia.
Sin asignación
Don Juan Carlos no dispone desde el pasado marzo de ninguna asignación con cargo al presupuesto de la Casa Real. Hasta ese momento había percibido 37.808 euros de los 198.845 que se le asignaron para todo el año 2020.
El resto de la remuneración que correspondía este año al rey emérito "se ha detraído del Capítulo 0 Familia Real para incrementar el Capítulo 5 Fondo de Contingencia destinado a hacer frente a necesidades de carácter no discrecional y no previstas en el momento inicial que se van presentando a lo largo del año", según ha explicado la Casa del Rey al hacer público el estado de liquidación del presupuesto.
El 15 de marzo, Felipe VI anunció en un comunicado que su padre "deja de percibir la asignación que tiene fijada en los presupuestos". Ya había trascendido que Don Juan Carlos había utilizado una fundación -la Fundación Lucum- para ocultar dinero en Suiza.
Don Felipe fue incluido como segundo beneficiario de los activos de Lucum en marzo de 2011, cuando su padre firmó un "reglamento relativo a la asignación y uso de los bienes" de la fundación. No obstante, esas previsiones quedaron desactivadas en 2012, cuando Juan Carlos I donó todos los fondos -65 millones de euros- a su examante Corinna Larsen.
En su comunicado del pasado marzo, el Rey anunció que renunciaba a la herencia que le pudiera corresponder procedente de su padre "a fin de preservar la ejemplaridad de la Corona" y "en coherencia" con su discurso de proclamación como jefe del Estado, cuando afirmó que "la Corona debe (…) observar una conducta íntegra" ya que "los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren (...) nuestra vida pública".
"El Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos”, añadió Felipe VI.
Don Juan Carlos abdicó en su hijo en 2014.Desde 2015 y hasta el pasado marzo, el total de la asignación que recibió con cargo al erario público ascendió a cerca de un millón de euros.
En 2015 tuvo una asignación de 187.356 euros, el 80% de la remuneración del rey Felipe (234.204 euros) y muy superior a la de la reina Letizia (128.808 euros).
En 2016 don Juan Carlos tuvo una asignación de 189.228 euros, que subió a 191.124 euros en 2017. En 2018 fue de 194.232 euros y en 2019, de 198.845.
Tanto la Administración Tributaria como la Fiscalía van a comprobar la corrección de la regularización efectuada por Don Juan Carlos, lo que incluye verificar el origen de los fondos con los que se ha saldado la deuda fiscal. Fuentes conocedoras del proceso de regularización aseguran que todo está documentado, incluida la línea de liquidez obtenida del banco.