22 años de cárcel a un guardia civil que intentó envenenar con raticida a una compañera y su familia
El brigada, obsesionado con la mujer, entraba subrepticiamente en la vivienda que ella tenía en el acuartelamiento. "Me corroe la envidia", escribió poco antes del último intento de asesinato.
3 mayo, 2018 16:29El Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha confirmado la condena a un total de 22 años de prisión impuesta a un brigada de la Guardia Civil que intentó matar con veneno a una compañera, a su marido y al hijo de ambos, de tres años de edad, añadiendo a sus comidas y bebidas un raticida y un insecticida para cucarachas.
Los magistrados han desestimado el recurso del acusado contra la sentencia condenatoria dictada por la Audiencia de Alicante, que declaró probado que el guardia civil, que durante cinco años fue superior jerárquico de la víctima en una unidad de atención al ciudadano, empezó a entrar subrepticiamente en la vivienda que la mujer compartía con su familia en el acuartelamiento, donde también residía el brigada.
Utilizaba para ello una copia de las llaves que tenía en su poder, sabiendo, debido a la relación laboral que tenían, cuándo estaba vacía la vivienda. Las entradas se produjeron, al menos, desde diciembre de 2015. El brigada introducía dosis de Clorpirifos y Brodifacoum en las comidas que el matrimonio dejaba preparadas y también metió esas sustancias en botellas y en un salero.
El Clorpirifos es un plaguicida moderadamente peligroso que se utiliza para combatir a cucarachas y garrapatas, entre otros insectos. La intoxicación aguda en los seres humanos se caracteriza por presentar una sintomatología característica que consiste en dolor de cabeza, nauseas, mareos, contracciones musculares, debilidad, aumentos de la sudoración y la salivación. Con una exposición suficiente puede producir inconsciencia, convulsiones e incluso la muerte, y los mismos resultados pueden obtenerse mediante una exposición prolongada. El Brodifacoum es un raticida ligeramente tóxico.
Fotos íntimas
El brigada aprovechaba el allanamiento de la vivienda de su compañera para adueñarse de objetos personales de ella y su familia. Se llevó su pasaporte, a sabiendas de que en fechas próximas el matrimonio tenía planeado un viaje; las llaves del coche y del garaje, dos DNI caducados y una fotografía de ella, así como un juguete sexual, varias bragas de la víctima y un pendrive que contenía fotos de la mujer desnuda y de prácticas sexuales del matrimonio.
La pareja residía en el acuartelamiento desde noviembre de 2012 y, según declararon en el juicio ante la Audiencia de Alicante, empezaron a notar la falta de objetos enseguida. Pero fue cuando observaron el deterioro de la comida que dejaban preparada cuando se inquietaron y decidieron poner una cámara oculta, que descubrió al brigada.
La última entrada de éste en la vivienda se produjo a las 12:51 horas del 3 de junio de 2016. Un poco antes, a las 10:56 horas, el guardia civil escribió en un archivo de word hallado en su ordenador un texto en el que señalaba: 'Bueno, llegó el momento de ver si de verdad tengo valor para hacerlo, lo he planificado muchas veces (al menos en mi pensamiento), pero una cosa es pensarlo y otra atreverse a hacerlo y hacerlo, claro está. Pienso que soy muy cobarde para hacerlo, pero lo necesito, estoy en un constante sinvivir por su culpa, mientras tanto, ella parece ser inmensamente feliz y eso no lo puedo soportar, no me deja dormir por las noches".
"Me corroe la envidia"
"Me corroe la envidia, y me ahoga, si no lo hago creo que reventaré. Pero claro K a una persona no es fácil, al menos para mí, como he dicho hay que tener valor y lo estoy buscando dentro de mí, animándome para encontrarlo y ejecutarlo. Mientras tanto tengo que reconocer que no he estado parado, lo he intentado en otras ocasiones, de forma diferente y sin medir bien el daño que pueda causar, vamos, que no he tenido en cuenta los daños colaterales, no me ha salido bien, pero un día de estos, o bien me sale bien o por el contrario me pillan. Si esto último pasa, no sé qué haría...'.
Durante el juicio, el acusado declaró que estaba obsesionado con su compañera y que le gustaba. Desde que detenido, en junio de 2016, está en la cárcel. Su condena no es firma, contra ella cabe recurrir ante el Tribunal Supremo.